EL JUEGO EN LA PRIMERA INFANCIA

Uno de los principales objetivos en la tarea de ser Docentes de Primera Infancia consiste en educar a los niños y niñas y ayudarlos a crecer. Pero, ¿Cómo podemos favorecer el desarrollo de las habilidades de los niños y niñas?

Para responder esta pregunta es necesario hablar del desarrollo del niño entre los 0 meses y los 5 años de edad, denominada “Primera Infancia”, etapa en la cual los niños se expresan principalmente por medio del juego, que tiene componentes lúdicos y educativos.

Para el niño el juego es la representación de la vida, es la principal fuente de aprendizaje, es la forma de adquirir habilidades sociales. Supone que jugar responde a la necesidad de los niños de tocar, ver, oler, expresar, soñar, crear, experimentar. Es una fuente de alegría en donde el niño realiza actividades libres, puede tener iniciativa y se impulsa a descubrir el mundo.

Dentro de los escenarios pedagógicos, se entiende el juego como un Derecho Fundamental del Niño, el cual está reconocido por la Convención Internacional de los Derechos del Niño y ratificado en la Organización de las Naciones Unidas. De acuerdo con lo dicho el juego debe ser utilizado para aprender, es una excelente forma de adquirir resultados comportamentales en los niños, les permite sentirse libres y es una forma de descansar dentro del aula de clase.

Por lo planteado anteriormente, se puede pensar dentro de las instituciones educativas que presten algún servicio a la Primera Infancia en espacios lúdicos que le permitan al docente ajustarse a las necesidades e intereses de los niños y niñas, planteándose objetivos específicos que permitan plasmar contenidos de una manera óptima.

Las instituciones educativas constituyen uno de los principales espacios de socialización de los seres humanos, en la primera infancia el juego contribuye a la formación de hábitos de cooperación y ayuda en los niños, tanto consigo mismo como con el otro, la comunicación utilizada dentro del juego favorece la práctica de actitudes sociales y afectivas que posibilitan llegar a una convivencia adecuada, teniendo como base el respeto, la tolerancia, adquiriendo la capacidad de obtener normas y establecer acuerdos.

Es ineludible que dentro de estos espacios pedagógicos se garantice el derecho al juego, aunque en algunas instituciones no sea un tema prioritario, es importante buscar la existencia de espacios de juego donde los niños tengan vocería para actividades lúdicas y creativas donde el docente debe estar dispuesto a estar abierto a las posibilidades que se le planteen.

El patio es el lugar donde los niños tienen la posibilidad de expresarse libremente, allí los pequeños son súper héroes, las niñas son princesas y toda la realidad se vuelve un mundo de fantasía donde lo imposible se hace posible, donde los niños y niñas se expresan y son felices; es allí donde se hace un alto a las actividades académicas y se toma un nuevo aire.

El patio es más que cuatro paredes, es un punto de encuentro de saberes, es el lugar de la institución educativa donde el juego llega a su máxima expresión, no existen restricciones y el papel del docente es involucrarse en el juego para supervisar el bienestar y la seguridad de los niños.

La hora de recreo en términos lúdicos es debe convertir en una maravillosa opción de vida donde los niños y niñas experimentan libertad por medio del juego, es en el recreo donde docentes y estudiantes se convierten en iguales, donde los limites solo los pone la imaginación, donde el tiempo libre es una opción de divertirse y a la vez aprender.

Pero dentro de las Instituciones Educativas de Primera Infancia no solo podemos hablar del patio como escenario de juego, las aulas de clase deben ser espacios donde el docente invente juegos de acuerdo a una necesidad específica. Espacios donde los niños y niñas tengan posibilidad de movimiento hacen que los pequeños tengan más entusiasmo y disposición para aprender.

El juego en niños y niñas de 0 meses a 5 años no necesariamente tiene que ser estructurado, pueden ser dinámicas simples donde se le puede sacar un mejor provecho a la clase y al mismo tiempo los pequeños aprenderán conceptos que permanecerán para toda su vida.

 autor: María Carolina González