EL TIEMPO

El siguiente texto habla del tiempo, un tema muy estudiado, pensado y reflexionado, un tema sobre el cuál hemos intentado imponernos hemos intentado controlar e incluso en algunas ocasiones, parar. El tiempo es una constante tan abstracta como exacta. Invito a una reflexión sobre la forma en que lo hemos medido, la percepción que se tiene de las cosas, de los lugares, de los olores y de las personas, a medida que este va avanzando.

A lo largo de la historia, el tiempo ha sido una constante, un tema sobre el cuál se ha hablado, estudiado y reflexionado en múltiples ocasiones. Me interesa y me desconcierta a partes iguales el tiempo como dimensión para secuenciar acontecimientos, como sistema de medición y como representación de la realidad. La percepción del tiempo y la forma de lograr representarlo, ha ido cambiando y evolucionando a lo largo de la humanidad y a lo largo de la historia. El lograr captar las tres constantes de, tiempo, espacio y movimiento, ha sido una búsqueda incesante a lo largo de nuestros días. La fotografía, a lo largo de su historia y desde su aparición, ha intentado capturar el tiempo y el movimiento en imágenes, un tiempo y un movimiento desvirtuados ya que aún con la reducción del tiempo que se consiguió con la fotografía instantánea, se perdió la noción del movimiento apareciendo petrificado en el momento de la pose del individuo.

El procedimiento en sí mismo hacía que el sujeto centrara su vida en el momento de exposición, el individuo, por así decirlo, se convertía en la imagen en el más acusado Walter Benjamin) Para Walter Benjamin, la fotografía instantánea se dejaba fuera algo esencial, la captación de ese movimiento real en un espacio determinado que por otro lado, sí aparecía representada en los daguerrotipos. En la fotografía instantánea se perdían por muy corto que fuera el tiempo de exposición. Unos años después, con la aparición del cine, se consigue representar el movimiento y acabar con ese instante fotográfico que hacía que se petrificase. Se empiezan a representan de forma conjunta las tres constantes de tiempo,movimiento y espacio que tanto se anhelaba.

Este tiempo, aún estando unido a las premisas de movimiento y espacio, sigue careciendo de realidad una vez más, debido a la falta de instantaneidad que se resolverá a través de la digitalización de esta temporalidad. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías y la aparición de Internet, asistimos a una nueva concepción y representación del tiempo. Se puede hablar ahora de un tiempo digital, un tiempo virtual. Un tiempo que ha sufrido una desmaterialización donde desaparece la limitación espacial, creándose un nuevo espacio, el espacio virtual donde podemos estar de forma continuada durante las veinticuatro horas del día, los trescientos sesenta y cinco días del año a tiempo real. Surge así la interactividad entre espacio, tiempo y movimiento, lo que nos hace preguntarnos continuamente si, ¿Es este tiempo real? ¿Existe realmente este espacio virtual? ¿Es real la percepción del tiempo que actualmente tenemos?

Estas preguntas, al igual que muchas otras, siguen estando en mi mente, sigo sin poder hallar una respuesta, sigo sin entender la velocidad en que se mueve todo, los nuevos escenarios de los que somos protagonistas, la percepción del paso del tiempo dependiendo de la realidad en la que nos encontremos, etc. Estas nuevas realidades a las que estamos asistiendo continuamente, tienen algo en común, la manipulación de una constante tan abstracta y a la vez tan exacta como puede ser el tiempo, unas realidades que surgen de las máquinas, de entes no naturales y creados por el hombre, realidades que sólo unos pocos pueden llegar a desarrollar y manejar a su antojo, o por el antojo de la humanidad, donde a día de hoy no sabemos si nosotros dominamos nuestras propias máquinas o son ellas las que marcan nuestro destino.

Escritor: Verónica Ortega González.