Muchas ramas o especialidades como la filosofía, psicología, antropología, epistemología y recientemente la neurociencia buscan la respuesta inmediata a la creciente problemática educativa, no hay duda que estos han sido de enorme ayuda, empero seguimos cuestionándonos los docentes de hoy, sobre donde está el meollo del problema. Desde mi escritorio, pretendo que esta misiva más que un ensayo académico, apele a la identidad dormida del maestro, del docente peruano e intento explicar desde mi mirada netamente pedagógica, con óptica cotidiana de pedagoga rural, urbana, citadina, nacional; algunos cuestionamientos sobre la temática.
Cuando hablamos de educación tratamos de hurgar en las causas que nos llevaron a ser países con decepcionantes resultados respecto de la calidad educativa, es entonces que culpamos a los docentes, los padres, la familia, la sociedad, la iglesia, el estado y claro está también el estudiante. nos limitamos a la definición básica de guiador de estudiantes, y luego de muchos centenares de años y un par de revoluciones educativas podemos hablar de una renovación de formas de enseñanza y aprendizaje. Las corrientes pedagógicas son oportunidades pertinentes, respuestas sustanciales a las diversas necesidades de una sociedad con diferentes características y contundentes idiosincrasias fundamentadas en paradigmas solidos difíciles de resquebrajar.
Por ello es casi imposible de innovar el pensamiento del maestro latino quien está convencido que debe tener cual pitonisa un estilo eminente y erudito sobre su propio estilo de enseñanza , olvidando por otro lado que cada estudiante tiene disímiles estilos de aprendizaje que deben ser direccionados por él , a fin de que ellos descubran y potencialicen sus propias capacidades, habilidades , destrezas y por supuesto también, lograr que fortalezcan sus debilidades haciéndolas potencialmente oportunidades; luego tenemos el paradigma de los padres de familia quienes están más que convencidos de que obligando al hijo a memorizar la mayor cantidad de contenidos los cuales deben estar plasmados definitivamente en una evaluación escrita como si fuera esta la única, absoluta e indecible nota la certificación absoluta de estudiante idóneo ; por otro lado no debemos de dejar de mencionar el paradigma social que tenemos al creer que la educación es un cuantioso gasto para un estado y no una forma absoluta y legal de inversión para el eminente futuro de un país y finalmente , es importante anotar que los estudiantes tienen sus propios tabúes que los esquematizan como investigadores académicos.
Soy una maestra común y silvestre e interactuó en una escuela pública por ello entiendo obligatoriamente que existen corrientes pedagógicas como la tradicional cuyo eje motivador y actor único es el profesor, o el conductismo que apoyado en la psicología (Piaget)busca la interiorización de nuestros estudiantes, la conductista y el afán de guiar el comportamiento de los jóvenes , también están las que afirman que la pedagogía concluyentemente tiene que ser social- constructivista ( Ausubel- Vygotsky) y que los jóvenes deber desarrollar sus competencias mediante la relación con sus pares.
A todo esto, asentamos que tenemos basta teoría e investigaciones concienzudas respecto de los quehaceres pedagógicos, por lo tanto para los que creemos que la educación es el medio de desarrollo social, cultural y económico de un país también profesamos que toda esta teoría no es suficiente cuando queremos solucionar a priori y desde las aulas los problemas urgentes de nuestros jóvenes y niños.
El docente debe forjarse en la actividad cotidiana e innovar en estrategias vivenciales, inmiscuirse en la vida familiar de sus estudiantes para una enseñanza significativa e ir más allá incluso, para lograr mínimamente cumplir sus competencias axiológicas y éticas trazadas en sus diferentes asignaturas. Debe convertirse en el personaje motivador social y luchar con los otros medios que asolan con la atención de los jóvenes y niños emergidos en esta era de abrumadora tecnología y avasalladora informática.
Tiene que suplir en muchos casos al padre, madre e incluso al sacerdote espiritual de una comunidad enseñando no solo con la retórica trivial sino con el ejemplo arduo aquellos valores perdidos de la sociedad moderno. Ser pedagogo es saberse un profesional de la humanidad por y para la humanidad , por eso sabemos que ninguna corriente pedagógica será praxis sino se hace un diagnostico nimio y real de las necesidades y flaquezas educativas, solo si eso se cumple podremos tener una clara idea de nuestra dirección, de las rutas de aprendizaje a seguir y la planificación acertada al elaborar nuestras mallas curriculares de acorde a estas necesidades, por lo tanto es apremiante que cambiamos el paradigma respecto de la forma de evaluar nuestros propuestas, proyectos y planes, incluso de nuestra propia evaluación como seres actuantes en este proceso educativo.
Finalmente, cuando las autoridades y las sociedades conciban que invertir en la educación de sus pueblos es vital para mejorar como sociedad democrática, y que solo la cultura logre el desarrollo socio-cultural y económico de sus ciudadanos señalaremos que somos una sociedad competente.
Escritor: Sonia TERREROS SUÁREZ.
Los comentarios están cerrados.