Estética de la existencia y políticas de la vida en la obra literaria de  Jean- Marie Gustave Le Clézio

La siguiente ponencia recopila los resultados  de mi trabajo de grado de maestría en el contexto de un proyecto de investigación más amplio que tiene como objetivo el estudio del relato de filiación en la obra de Jean- Marie-Gustave Le Clézio como modalidad de escritura en  la búsqueda identitaria de  su obra literaria. Dicho estudio, se desarrolló en el marco de la especialidad de literaturas francófonas a cargo de la Doctora Françoise Simasotchi –Bronès, miembro del grupo de investigación “Literaturas e Historias” de la Universidad de Paris 8. Mi propósito es interrogar el concepto de estética de la existencia, la cuestión de la subjetividad confrontada a la disciplina histórica y la literatura como la escritura de relatos que se sitúan en la continuidad de varias generaciones que hace eco a las problemáticas de la Historia contemporánea.

Las obras literarias del Premio Nobel de literatura JMG Le Clézio son consideradas como verdaderos testimonios de sobrevivientes de épocas muy diversas de la Historia contemporánea. El autor explora a través de sus escritos temas postcoloniales de actualidad que permiten una reflexión enmarcada en las investigaciones de Michel Foucault. Las obras literarias analizadas en nuestro estudio son “El Éxtasis material” (1993), “El Africano”, (2004) “La Música del hambre” (2008)  y “Revoluciones” (2003).

En sus obras el autor interroga a través de sus personajes los testimonios, las confesiones, los archivos familiares, la documentación,  las relaciones con la subjetividad que Michel Foucault pensaba  en términos de análisis epistemológico, es decir,  “el discurso de verdad que el sujeto es capaz de decir de él mismo a través de la confesión, el juicio propio o el examen de conciencia […] las practicas del decir- verdadero de si” (Foucault, 1984: 619) La  parrhesia está en el centro de los relatos del literato nobelizado ya que su decir-verdadero propone un discurso que denuncia, despierta, molesta, ofende o critica las convenciones , las hipocresías, ordinarias de la existencia.

El gran reto del autor es demostrar que el vínculo entre la vida y el uso de la palabra estrangula un logos de verdad del cual la filosofía  clásica había hecho una finalidad calmada.Sin embargo, la literatura produce otro tipo de verdad a través la ficción que se constituye en toda realidad humana. Foucault escribía que sus obras podían leerse como tantas « ficciones », él decía: “mi libro es una pura y simple ficción: es  una novela” (Foucault: 1967: 618). Así, él hace de la ficción una dimensión primordial en la construcción de verdad.  Luca Paltrieri explica esta importancia de la ficción en el filósofo en estos términos:

“La actividad filosófica y la lógica del conocimiento ficcional son de este modo ligados por una tarea: actualizar la proximidad enceguecedora de lo íntimo […] [su proyecto] consiste, más en reconstruir la verosimilitud, en  mostrar cómo lo real ha sido posible. Ficcionar lo inexistente del Estado o de la locura, vuelve a mostrar cómo, a partir de un discurso que responde a ciertas reglas lo define como “verdadero, un objeto que no existe puede llegar a ser “algo” a  través de toda una serie practicas bien reales” (Paltrieri, 2014: 76-77)[1]

En este sentido, la escritura de la historia en Le Clézio aparece como una obra de transmisión, una forma de hacer un llamado  al lector, de hablarle, de explicarle su testimonio íntimo, un decir-verdadero que asume las subjetividades del escritor y la de su receptor para integrarlos en el seno mismo del relato. Un libro de transmisión que ata el pasado al presente, que nos une a nosotros los lectores, a una época que se  nos escapa y por la cual nos sentimos de ahora en adelante concernidos. El lector está invitado a seguir los personajes paso a paso en sus dudas, en sus alegrías, en sus miedos, en sus impresiones, en sus pensamientos. De este modo, el autor de Revoluciones afirma a propósito de su obra:

“Yo creo profundamente que la historia es cíclica y que al igual, un ser humano en su breve existencia, puede tener una idea de esos ciclos. Nosotros estamos sometidos más a  los grandes ciclos del tiempo que a los movimientos de la sociedad […] Pero yo agregué otra significación de la palabra revolución. Porque  cada uno debe hacer su propia revolución interior para poder evolucionar y porque los momentos revolucionarios marcan también  nuestra historia[2]”.

Su escritura responde una vez más a una exigencia de verdad, o más bien de rigor, dando cuenta al lector de sus pasos y de la manera como él ha podido llegar a ciertas conclusiones concernientes a datos históricos  como nombres de judíos perseguidos y atacados en la plaza pública en Francia, en los periódicos, listas vergonzosas sin fin que acabaron con familias enteras, personajes históricos de la colonización francesa que contribuyeron a abolir la esclavitud, personajes ilustres de la Revolución francesa y las verdades paradójicas de un país que se revolucionaba y al mismo tiempo colonizaba otras tierras.

El autor hace de esta forma, participar al lector de un trabajo de investigación histórica, lo invita a verificar las fuentes, a consultarlas, pero igualmente a juzgar la coherencia de su propósito y de sus interpretaciones, a veces a interrogarse: “si todas esas verdades construidas, inventadas de una raza superior y que habían llenado de mentiras a todo un continente no solo en el nazismo sino en la colonia con la esclavitud, etc.  Momentos de la historia en los que se crearon discursos que todos asumieron como verdaderos.

Le Clézio se quiere reconocer  “testigo del mundo”, así él se hace responsable de su vida,  y de hecho, de querer dar testimonio de lo vivido y de lo visto, la relación entre la vida y la forma que él da a ésta se constituye en la estética de la existencia de la que habla Foucault, el testimonio  compromete la obra literaria  en su vocación ética pero también en su rol estético: dar cuenta de su vida, “hacer de su vida, su verdadera vida” y para ello la escritura de una novela dirigida a un lector. Esto permite que el autor cree una especie de alianza entre su vida y su obra, entre la vida y la forma en la cual la existencia puede ser mirada, contada, analizada, dirigida, escrita.

La creación de una forma orgánica retira al hombre de una vida vegetativa, le da a su alma particular “singular” un “alma viva” que le permite pasar de zoê a bios.  Para Le Clézio, su interés radica en hacer de su vida, “su propia vida” es decir que a través de su obra literaria él recrea su destino, sus preocupaciones, sus metas, sus interrogantes. Contar una historia, su historia es crear un destino en medio de construcciones sociales formateadas en las que todos hacemos parte de una fábrica de sin destinos, donde toda singularidad es censurada.

El último Foucault en   El uso de los placeres se propone   trabajar mediante la producción de sí mismo como sujeto moral, mediante técnicas de sí. Es así como la obra literaria de Le Clézio está en sintonía con las investigaciones del filósofo en materia de estética de la existencia, Foucault se da cuenta que la problematización acerca de lo que el ser humano es,  lo que hace y el mundo en  que vive:

 “estaba ligada a un conjunto de prácticas que tuvieron ciertamente una importancia considerable en nuestras sociedades: es lo que podríamos llamar «las artes de la existencia». Por ellas hay que entender las prácticas sensatas y voluntarias por las que los hombres no sólo fijan reglas de conducta, sino que buscan transformarse a sí mismos, modificarse en su ser singular y hacer de su vida una obra que presenta ciertos valores estéticos y responde a ciertos criterios de estilo. Estas «artes de la existencia», estas «técnicas de sí» sin duda han perdido una parte de su importancia y de su autonomía, una vez integradas al cristianismo, al ejercicio de un poder pastoral y más tarde a prácticas de tipo educativo, médico o psicológico. No por ello es menos cierto que sería necesario hacer o retomar la larga historia de estas estéticas de la existencia y de esas tecnologías de sí “(Foucault, 2008: 16-17).

Es por esto que para Foucault  la noción de parrhesia o decir veraz, actitud de quien habla y dice una verdad que al mismo tiempo comporta un riesgo, un “coraje de la verdad” es primordial.  La  subjetivación del discurso de verdad forma parte de una “política de la verdad”, en la medida en que es un modo de resistencia ante las funciones de dominación de los dispositivos de saber-poder, y se constituye en el marco de una ética del cuidado de sí como práctica de libertad.

La exploración que conlleva Le Clézio al escribir sobre su vida y  la de sus ancestros para crear su estética literaria nos permite constatar que él se interroga a través de su relato de filiación una escritura que marca el comienzo de una época que une la sociedad y la historia a través del Yo. Esta entidad, sinónimo de subjetividad, continúa en expresar el mundo contemporáneo en su búsqueda de lo auténtico y de lo documental, la globalización ha rehabilitado el relato como vía de acceso a la persona y a la historia.  En este sentido, el plano ético o plano de la subjetivación que construye Le Clézio  hacen parte de los aspectos morales de los que habla el filósofo y en las que  predominan  en la moral los modos de subjetivación y prácticas de sí, y el acento recae sobre las formas de relacionarse consigo mismo y sobre las técnicas que permiten transformar el propio modo de ser. Son experiencias morales orientadas hacia la “ética”:

Para Foucault, es posible pensar en una ética como estética de la existencia, a partir de la idea de convertir el bios en material para una obra de arte, como “una estructura muy vigorosa de la existencia, sin ninguna relación con lo jurídico per se, con un sistema autoritario, con una estructura disciplinaria” (Foucault, “Sobre la genealogía de la ética: una visión de conjunto de un trabajo en proceso”. En: Dreyfus y Rabinow, 2001: 268).

Para él, es una ética de la inmanencia, en la medida en que no se basa en valores ni normas sociales trascendentes. Es hacer de la propia existencia la materia para constituirse como una obra, como un trabajo artesanal sobre sí mismo, del que también forma parte el otro. En este caso, Le Clézio propone una escritura del Yo que se quiere innovadora ya que esta ofrece un espacio de reflexión. La importancia de esta nueva escritura del Yo: “es el proyecto literario de decirlo todo, sobre si y sobre los otros jugando sobre el equilibrio entre verdad y mentira” (Boulé y Hervé, 2008:161). Le Clézio a su manera, comprende que la ficción del Yo le da la inspiración para contar y para contarse, para redefinirse en el propósito de volver a darle un sentido a esta parte de su vida que parece escapar al lectorado. La libertad para el sentido no puede llevarse a cabo sin la libertad para la ética y ahí se reanuda de nuevo una exigencia: el enigma de la alteridad en si-mismo.

En consecuencia, el escritor no concibe la literatura como un trabajo puramente estético, al contrario, esta es la constatación más fuerte que el trabajo del escritor no es solamente el de transfigurar, sino una literatura de la reivindicación que incita el lector a salir de su enmudecimiento, de su ceguera y de su pasividad. Para Le Clézio escribir es una exploración total de si, del Otro y del mundo en el cual, el autor busca llevar al lector su ideal de pensar y de sentir en los otros y que los otros piensen y sientan en él.

Referencias

Le Clézio, JMG.  Dans la forêt de paradoxes. (2008). Discours de réception du Prix Nobel de Littérature, Bretagne. Conférence Nobel. Fondation Nobel.

Etoile Errante. (1992) Paris : Gallimard.

L’Extase matérielle. (1967). Essai, Paris : Gallimard,

Révolutions. (2003). Paris : Gallimard,

Ritournelle de la faim. (2008). Paris : Gallimard,.

Boulé, Jean Pierre et  Guibert, Hervé. (2001). L’Entreprise de l’écriture du moi.  Paris: L’Harmattan.

Foucault, M. (2010). Defender la sociedad. Curso en el Collège de France 1975- 1976.  Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica. Foucault, M. (2010b).

[1] La traducción es de mi autoría.

[2] Duplat, Guy.  Le Clézio et les révolutions intérieures. [En ligne]. Disponible sur le World Wide Web: http://www.lalibre.be/culture/livres/le-clezio-et-les-revolutions-interieures-51b87cd8e4b0de6db9a84c2f. Consulté le 23 avril 2014.

Autor: Martha Isabel Muelas Hurtado