POLÍTICA PÚBLICA DE LA PRIMERA INFANCIA

Introducción. Los niños y las niñas menores de 5 años merecen una atención integral que garantice el pleno desarrollo de sus potencialidades cognitivas, la imaginación, el afecto, la comunicación y la socialización a través de la interacción con otros niños así como con adultos; que en conjunto le permitan gozar de ambientes sanos tanto en el hogar como en otros espacios (escuela, barrio…), además de adquirir las bases necesarias para los procesos de aprendizaje que posteriormente, en la educación formal le permitan acceder al conocimiento.

En consecuencia, la Primera Infancia ,es una etapa clave y crucial, que debe ser aprovechada por los padres de familia y la sociedad para generar espacios y momentos en los cuales los niños y las niñas puedan comenzar a desarrollarse integralmente; por todo esto, el Ministerio de Educación Nacional en el marco de las políticas globales de atención a la niñez, establece una serie de lineamientos normativos, principalmente para el entorno institucional que deben tenerse en cuenta y comprenderse adecuadamente para adaptarlos a las necesidades de los diferentes contextos educativos.

Por tanto, es deber de los profesionales de la educación  y en especial de quienes atienden a esta población de aproximarse a la normatividad, conocerla, criticarla y realizar las adaptaciones pertinentes según las características de la población infantil, que en todo caso considere a cada niño y niña como seres  multidimensionales, para generar procesos educativos integradores en niños y niñas menores de cinco años que sean referentes positivos para  el acceso posterior a la educación formal.

La Primera Infancia un asunto mundial, al cual Colombia no es ajena. Los diferentes gobiernos del mundo incluyendo a Colombia comienzan a interesarse por el desarrollo integral de los menores, al entender que con la inversión social desde temprana edad se obtienen buenos resultados para posibilitar el desarrollo de los pueblos y en especial de las poblaciones menos favorecidas; invertir en la niñez y sus familias en situación de vulnerabilidad social, es realmente empezar a construir Estados que promueven la igualdad social y el restablecimiento de los derechos humanos en pro del desarrollo, avance y progreso para mejorar las condiciones educativas desde tempranas edades, hecho que contribuye a vivir en una sociedad más justa, que se preocupa por sus ciudadanos y por mejorar permanentemente su calidad de vida. Así lo manifiestan los diferentes gobiernos e incluso nuestro país ha mostrado un especial interés por poner en práctica este tipo de políticas, pues son necesarias y urgentes para la sociedad y el momento que en país vive.

De esta manera,  se han diseñado mecanismos, estrategias y programas con el fin de vincular el proceso educativo incluso desde el momento de la gestación de niños y niñas, con programas que dentro de la Política Pública manifiestan un sentido real, necesario y urgente para que las propuestas se materialicen especialmente con niños y niñas de condición vulnerable; estos programas se ofrecen a través de la organización de diferentes entornos. Familiar, comunitario e institucional.

El entorno familiar que “beneficia a los menores de 5 años de zonas rurales o urbanas que son cuidados por sus familias, busca formar a madres, padres y demás cuidadores para fortalecer su rol de educadores en el hogar” (Vélez et al, 2010:65); sin duda que es una excelente oportunidad para ir más allá de lo que políticas nacionales anteriores habían avanzado, además del cuidado y protección se vincula la educación y formación, elementos importantes para el desarrollo no sólo de niños y niñas sino de sus familias, lo cual, seguramente crea ambientes más favorables para el desarrollo social.

Por medio del entorno comunitario, “se atiende a niños y niñas menores de cinco años que actualmente asisten a los Hogares Comunitarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Allí se complementan los servicios de cuidado y nutrición con el componente educativo. Las madres comunitarias responsables de estos hogares reciben formación para garantizar un entorno saludable y adecuado que promueva el desarrollo de competencias y aprendizajes enriquecedores. Para esto se han constituido las Unidades Pedagógicas de Apoyo -UPA-.” (Vélez, et al, 2010: 88).

Finalmente, se encuentra el entorno Institucional que busca generar una oferta urbana frente a la necesidad de atención integral en espacios institucionales para los niños de las familias que requieran que sean atendidos durante cinco días a la semana en jornadas de ocho horas diarias” (Vélez, et al, 2010: 111).

De acuerdo a esto, se observa que en el escenario colombiano se plantea la atención integral a la niñez con objetivos que pretenden mejorar el nivel de vida de niños y niñas menores de 6 años así como de sus familias; lo cual contribuye al desarrollo social, cognitivo, afectivo y comunicativo; de tal manera que ellos puedan ingresar a los 5 años a la vida escolar con el desarrollo y la aplicación de competencias que les permitan involucrarse satisfactoriamente en nuevos escenarios de socialización,  enseñanza y aprendizaje

Esta política, además de articular la educación inicial desde el nivel preescolar e incluso desde el mismo hogar, le apuesta a la solución de diferentes problemas educativos como la deserción escolar, la pérdida de años y la atención bajo condiciones de equidad para niños y niñas en situación de vulnerabilidad y desplazamiento, así como de inclusión para aquellos que presenten necesidades educativas especiales y/o dificultades de aprendizaje, todo esto a la luz de la reivindicación de los derechos de los y las menores en el contexto social, familiar y escolar.

Autor: Milton Mauricio Portilla Benavides