Porque nuestra existencia posee distintas perspectivas
Comparto la convicción de que hay algo profundamente mal en nuestra Sociedad y que nuestras dificultades culturales, sociales y políticas contemporáneos son en parte una consecuencia de ese hecho. Desde antes de nacer, el ser humano está sometido a una serie de enseñanzas sobre el sentido de la vida y la realidad. Un conjunto de elementos inmateriales extremadamente complejos y difusos que-aparentemente- ayudarían en el futuro a darle la razón verdadera a la existencia.
Todo comienza con la ilusión del saber y del conocimiento supremo, sobre la “verdad”. Una aparente verdad de la cual-como es lógico- nadie está seguro, tan sólo, como lo ilustra tan profundamente Platón en su mito de la caverna, vemos únicamente sombras. Siluetas reflejadas en su escenario dudoso y confuso. Es allí donde se piensa entonces sobre los designios auténticos de la humanidad, designios esculpidos de generación en generación, por las corrientes absurdas de la tempestad ideológica en la que vivimos inmersos.
Y es que precisamente esa basta y agria necedad de continuar alienados en los dogmas sincréticos convencionales, nos mantiene ciegos ante la evidencia de una realización personal verdaderamente eficiente. Es tal el caso de los que continuamente, se empecinan en obligar a sus semejantes a seguir modelos sistemáticos y antiguos, en la creencia irracional de lo divino. Toda la vida, el ser pasa mucho-por no decir que todo-tiempo, utilizando como mecanismo “salvador” o “justificador” de sus actos (Éxitos y fracasos), a lo abstracto, lo divino, lo irreal. Y no precisamente, el ideal onírico de sus fantasías: sino más bien, a la propaganda sociocultural a la que fue sometido desde siempre: la religión.
Ahora bien, el Impacto de la religión en la vida humana es indiscutible. No obstante el enfoque que se le debe dar al abordar la ineficacia de la misma es: ¿La religión hace que el ser sea más moral? ¿Es responsable del desarrollo de la civilización? ¿Cuál es el efecto de la religión en la creatividad y la innovación, y su relación con la «naturaleza humana»?.Responder a estas preguntas beneficiará nuestra comprensión teórica de nosotros mismos como especie y nuestro entendimiento práctico de los factores que influyen en la generosidad y la tolerancia entre nosotros mismos.
La actitud religiosa siempre se basa en la creencia de que hay una entidad que lo abarca todo, un elemento transcendental, que dispone la ley moral y que nosotros, los seres humanos, estamos obligados a someternos a su mandato. Se puede añadir a la multitud de connotaciones atribuidas a la religión, la del movimiento a la luz de la “fe” en un “dios”(o conjunto de ellos) y un sentido de responsabilidad en la “formación” de pensamientos y creencias, para propiciar la promoción de “altos” principios de moral humana para el establecimiento de “buenas relaciones” entre los miembros de la sociedad; No obstante, concuerdo con Marx, la religión se asemeja al opio, pues, da a la gente una ilusión de felicidad artificial, y los mantiene adictos, no los permite liberarse de esa falsedad. Es por ello que puede considerarse que la religión es para gente de mente débil y con problemas emocionales que necesitan una muleta para ir por la vida.
Sin embargo, no todo está perdido, si rechazamos todo aquello con lo cual crecimos, todo aquello que nos ha llevado a la inmersión total, desechar la basura con la que hemos sido llenados desde el principio: Aceptar por fin que el hombre se mueve en su vida por cuatro motivaciones fundamentales: La primera, es su necesidad de ser capaz de aceptar las condiciones básicas de su vida, y el segundo, su necesidad de sentirse y valorarse teniendo relaciones sociales, la tercera su búsqueda para convertirse en su propia persona y el cuarto para lograr algo significativo en el mundo. En concepto teórico, estas motivaciones fundamentales constituyen el marco necesario para tener una vida plena; es decir, llevar a la persona a atreverse (mental y emocionalmente), a inducir decisiones auténticas para lograr un modo verdaderamente responsable de hacer frente a la vida y el mundo.
Es necesario por tanto, que el hombre realice un Análisis Existencial, de modo que no se vea a sí mismo tan cual como la religión lo sugiere; es decir, como el mero resultado de procesos imaginarios o de las influencias de su entorno; sino, como alguien que puede dar forma a sí mismo en las cosas que importan en la vida. Por lo tanto las nociones de ser (existencia), de relación (valores), de libertad de decisión, de responsabilidad (conciencia), deben formar parte de los conceptos fundamentales de la forma analítica existencial del pensamiento de la humanidad; pues sólo así, podremos conducirnos a la idea real del significado tácito y verdadero de nuestra existencia.
Autor: Elvis L. Higuera C.