¿EXISTE LA VERDAD ABSOLUTA?

A la mayoría de nosotros cuando somos pequeños, nuestros padres, maestros y mayores, nos han insistido en que debemos decir la verdad y que debemos actuar conforme a ella, expresiones como; “si no dice la verdad se lo va a llevar el coco”, “sea hombre diga la verdad”, nos marcaron y en algunos casos nos intimidaron tanto, que crecimos con la concepción de que la verdad debía primar por encima de cualquier cosa, lo que nunca nos dijeron o definieron fue en qué consiste la verdad, solo ahora y después de haber pasado por la escuela, el colegio y la universidad o simplemente por la vida, nos venimos a dar cuenta de que la verdad como tal no existe y que para poder llegar a un consenso debemos recurrir a una serie de elementos que aunque no logran llevarnos totalmente a la veracidad.

Si nos permiten actuar dentro de los límites establecidos y preconcebidos por nuestras sociedades, o sea que podemos y debemos utilizar; la percepción, el contexto, el lenguaje, la cultura, entre otros para poder delimitar los términos y poder avanzar en el conocimiento, labor bien difícil ya que nuestro día a día está marcado por personas que difieren de nuestra concepción del mundo y en algunos casos sectarios o totalitarios que solo ven el blanco y el negro.nca la variada gama de colores entre estos, espero que las personas se den la oportunidad de compartir con seres de otras regiones, culturas, religiones, partidos políticos, en fin tantas manifestaciones con tan ricas visiones, con el fin de que iniciemos la construcción del camino de tolerancia y comprensión que requiere nuestro mundo para alcanzar verdades compartidas que sirven para el actuar en determinado momento, lugar y tiempo, sin impedir la cosmovisión de otra persona.

Quisiera ejemplificar lo anterior con la labor de instructor que llevo, ya que muchas veces se me pregunta por el nivel educativo de mis aprendices, entonces si digo que el promedio del grupo es de 4, esto será un indicativo de su nivel de aprendizaje y desarrollo de seres humanos, no estaré manipulando la verdad, ya que esto es solo un número y deja por fuera las particularidades de cada aprendiz, ¿cuál es su desarrollo como ser?, ¿qué puede o sabe hacer? y ¿realmente que conoce?, para responder a estos interrogantes con la “verdad”, tendríamos que evaluar cada persona desde diferentes visiones, con la ayuda de las ciencias sociales y humanas las cuales nos permitirían empezar adentrándonos en el ser, hasta llegar a sus relaciones con la sociedad y el entorno.

Con la ayuda de las ciencias exactas y experimentales, con las cuales podríamos evaluar sus diferentes capacidades de forma más objetiva y después de hacer esto podríamos decir, ¿que hemos llegado a la verdad sobre su rendimiento o conocimiento?, queda ahí el interrogante, ya que no lo he hecho y hasta ahora desconozco de alguien que haya alcanzado este nivel de investigación, pero remitiéndome a lo aprendido, podría decir que no, ya que hasta ahora la verdad es una construcción limitada de los seres humanos y que dependiendo el nivel de profundidad que se requiera una respuesta es tan buena como otra, o sea que se puede concluir que depende, ¿para qué quieres la respuesta o qué esperas de ella?.

Como había dicho antes la verdad absoluta no existe y que depende del contexto, el lenguaje, la perspectiva, la cultura, y algunos incluyen la individualidad de cada ser humano, aunque no sé si sea necesario o prudente hacerlo como uno más de los factores, ya que el modela y define a los otros, es el punto inicial de donde parte la duda e incansablemente busca bases sólidas, unificadas, que le brinden seguridad, donde aferrarse y sentir que definió la verdad, para sí mismo y para el mundo, uno sin ambigüedades, sin azar, sin lo desconocido, en fin un lugar donde se conoce el principio, el ahora y el final, por eso hasta ahora había practicado mi verdad incontrovertible, con mi familia, mis amigos y en el trabajo, en donde mentes jóvenes ávidas de conocimiento, cifraban su esperanza de que pudiera guiarlos en el aprendizaje requerido, pero desde hace poco les digo, lo que acabo de contar es mi verdad no es absoluta ni mucho menos, es un inicio para que cada quien empiece a buscar la suya.

Quiero con este escrito invitar a todos lo que lo lean a emprender el camino del conocimiento, aceptando el aporte de otros seres humanos y nunca volver a decir que mi verdad está por encima de cualquier otro, antes de empezar a discutir un tema, tratare de limitarlo muy bien, desde donde me están hablando, quién me está hablando, con qué fin lo hace, que lenguaje utiliza, cual es el foco de la conversación y por último dejar abierta la puerta del cuestionamiento, con el fin de enriquecer mi saber y conocer.

Escritor: Carlos Alberto Morales Molina