facilitadores del conocimiento complementarios.

El presente escrito tiene por objeto distinguir las funciones del tutor y del asesor educativo. Se analizan los fines y labores específicas en el rol que como educadores desempeñan en la vida del estudiante. Se concluye que el tutor acompaña al estudiante en su tránsito y estancia dentro de una institución educativa para gestionar las condiciones que promuevan el desarrollo formativo en lo afectivo, social e intelectual, mientras que el asesor educativo clarifica las dudas que el estudiante tiene con respecto a contenidos de conocimiento y/o procederes apropiados ante una situación. La tutoría y la asesoría académica son actividades complementarias ya que a ambas les interesa evitar la reprobación, el rezago y el abandono escolar y promover mejoras en el alumnado en términos de encaminarlo a una educación para la vida.

La convivencia de rutina en las instituciones educativas donde tienen lugar las diversas interacciones entre aprendientes, facilitadores, gestores escolares, administrativos y personal auxiliar demanda cambiar las maneras de pensar la educación (Schmelkes, 1995; Tobón, 2014). Si bien, la globalización y la rapidez con la cual se intercambia información en el planeta requieren que los ciudadanos aprendan-desaprendan-reaprendan constantemente habilidades según las cambiantes condiciones de vida reflejadas en los aspectos social, económico y psicológico, en el ámbito educativo las cosas suelen ser paradójicas. Aunque los discursos de las reformas educativas mexicanas hablen de equidad y desarrollo comunitario (Pacto por México, 2013), pareciera que los hechos cotidianos del aula retratan lo contrario a lo que se espera de la formación del egresado universitario contemporáneo.

El profesorado en su mayoría se dedica a transmitir contenidos de texto para verificar si estos fueron o no memorizados por el alumno mes con mes, las aulas en su estructura no son adecuadas para generar situaciones que simulen ambientes reales con problemas reales del sector productivo, los dirigentes que orquestan el trabajo colegiado para el diseño de situaciones de aprendizaje dinámicas y novedosas están tan inmiscuidos en papeleos para trámites administrativos que poco tiempo les queda para actualizarse pedagógicamente no sólo en la teoría sino en la parte operativa de la ambientación de climas de aprendizaje (Porter,2005). Aunado a esto, los padres de familia en muchos de los casos se encuentran comprometidos económicamente con sus hijos asumiendo que con esto la aculturación se dará por añadidura. Avilés y Poy (2013) comentan los efectos de dichos procederes de la siguiente manera: “Los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA-2012, por sus siglas en inglés) que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) arrojaron que 55 por ciento de los alumnos de 15 años en la asignatura de matemáticas; 41 por ciento en lectura y 47 por ciento en ciencias no tienen las habilidades elementales en esas materias, por lo que tomará al país más de 65 años revertir esa tendencia en la comprensión lectora y 25 años en los saberes científicos y matemáticos” (p.45).

En los centros de estudio la imagen típica es de alumnos pasivos, poco tolerantes a la frustración, inmaduros, con dificultades de rendimiento escolar o un rendimiento con la mínima calificación aprobatoria. 30 millones de analfabetas y una calificación de 6.8 de promedio en desempeño estudiantil según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo cual atenta contra la noble visión de que se educa para la vida (El Informador, 2013). El número de jóvenes que egresan de las universidades aumenta y la desilusión por encontrar un empleo una vez concluidos los estudios de licenciatura también. Asociado a esto, existe la preocupación por cristalizar el plan de vida y carrera en base a la creencia de que concluir los créditos de una profesión y titularse posibilita ingresar al mercado laboral como equivalente de solidez económica, al que le sigue cumplir con las aspiraciones personales de adquirir una vivienda, casarse y formar una familia para dedicarse a crecer en lo ocupacional y personal conforme al paso de los años.

Lo anterior presupone una escuela mexicana que asume la responsabilidad de capacitar para vivir en compañía de otros, convivir consigo mismo y de la pericia para usar los procedimientos y recursos propios de una disciplina para generar un producto y/o servicio que facilite la integración del ciudadano de una manera productiva a la sociedad.

Entonces, se tiene la doble vertiente de que por un lado se requiere de una capacitación técnica que permita resolver los problemas del ámbito de desempeño de trabajo habitual y por el otro contar con un bagaje actitudinal que además de fomentar una sana convivencia permita enfrentar los retos que la complejidad de la vida compartida solicita. Educar entonces implica dotar al aprendiente de comprensión de conocimientos, habilidades de pensamiento y actitudes para discriminar lo ficticio de lo evidente frente a la realidad en la que se ve inmerso el estudiante (Rugarcía, 2001).

La tarea del educante es demostrar cómo afrontar los dilemas de la existencia mediante el enseñar a ser crítico, creativo, tolerante a lo ambiguo y tener la iniciativa suficiente para emprender nuevos proyectos, valorarlos, modificarlos, eliminarlos y empezar de nuevo, tal cual se presentan las cosas en la realidad personal y colectiva. Para lograr esto, es imprescindible que se atienda al que aprende enseñándole a que solucione por sí mismo los problemas que le lleven a llevar a buen término las metas trazadas dentro de la carrera de su elección con relación positiva a su inclusión en la sociedad acorde a un óptimo desarrollo del proyecto de vida. Son el acompañamiento y la guía informada para la solución de conflictivas en la trayectoria estudiantil del alumno los elementos que permitirán educar para la vida.

aprendizaje, un cúmulo de experiencias compartidas. aprendizaje al psicólogo educativo y la formación en conocimientos, habilidades y actitudes en base a un perfil deseable del ciudadano sensato a todos.

En cada palabra, gesto y actuación cara a cara de los involucrados con el alumno hay una enseñanza, ya que se está compartiendo una idea con respecto al comportamiento deseable en cada momento de la existencia, por qué no hay acto inocente ni vacuo que sea susceptible de escaparse al ojo de la valoración social, ni indiferente a la presencia del alumno, ya que de experiencias es de lo que habla la gente para hacer de la vida algo más llevadero. El dialogo para el caso de una institución educativa es intencionalmente dirigido a preparar para las situaciones que estarán por venir en lo personal y profesional de la existencia del alumno.

La tutoría, acompañar para enseñar a pensar sobre lo educativo y la inserción socio laboral. En estos días es común que se invite a los jóvenes a cursos para mejorar habilidades sociales, académicas, emocionales y hasta de gestión de negocios para que paulatinamente vayan ingresando al mundo laboral y comunal, esperando con esto generar una pronta integración como ciudadano desde que se están cursando los estudios universitarios. Para que esto sea posible, es importante que además de facilitar los aprendizajes en el diseño de ambientes adecuados para ello, el mentor de seguimiento a las actividades desarrolladas dentro de la universidad en vinculación con el medio social de pertenencia desde 3 formas de acompañamiento (ANUIES, 2014):

– Dar a conocer las características y departamentos del centro de estudios elegido para estudiar una profesión.

– Promover el uso por parte del alumno de técnicas y estrategias que le permitan asimilar nuevo conocimiento con facilidad y utilizar el ya obtenido para enfrentar las tareas del día a día en su rol de estudiante.

– Incitar la conciliación entre plan de vida y expectativas de carrera, realizando un análisis prospectivo de sus posibilidades de crecimiento en el contexto de origen u otro alternativo compatible con las aspiraciones del alumno.

Dichas labores se realizan durante la permanencia del/la joven en la institución educativa con la finalidad de ir favoreciendo su autonomía con respecto al desenvolvimiento como profesional de una rama del saber y persona adulta responsable y productiva a la sociedad. Cuando esto no se da entonces es importante trabajar a la par del estudiante para detectar, analizar y generar estrategias de acción que faciliten la reincorporación del alumno en lo académico y lo social, dándole seguimiento al proceso; a esto, se le va a llamar tutoría (Romo, 2011).

Dentro de la tutoría los problemas presentados tienen que ver con la falta de identificación del estudiante con el contexto de aprendizaje y que implica carencia de la motivación hacia el estudio, ausencia de técnicas y hábitos de estudio, dificultad para aprender colectivamente, problemas no orgánicos de asimilación de conocimiento y para comprender instrucciones de trabajo de aula.

Gestionar condiciones que ayuden a desarrollar habilidades para adquirir conocimiento, emplearlo para afrontar tareas que su vez faciliten una convivencia armónica y un mejor conocimiento de sí mismo es parte torácica de la acción tutorial (Garibay, 2003). El enfoque de las acciones tutoriales ira ligado al Plan de Acción Tutorial diseñado acorde a las necesidades y características del contexto educativo de su aplicación. Para la Universidad del Valle de Puebla los ejes de la tutoría comprenden (Beltrán y Bueno, 2012):

a) Educación para la salud y la sexualidad: Este eje tiene como fundamento la necesidad de fomentar el auto cuidado, tanto de su salud física como de su sexualidad, elemento básico en su desarrollo integral.

b) Fortalecimiento científico académico y cuidado del medio ambiente: Desarrollo de habilidades y destrezas de acuerdo a las capacidades del individuo en: métodos de estudio y técnicas de investigación; incluye contenidos formativos, valorales y actitudinales.

c) Cultura y convivencia: Vida e integración del grupo académico: Integración socio-afectiva y académica (trabajo colaborativo).

d) Fortalecimiento de habilidades para aprender a ser, a hacer: Integra la formación correspondiente a la profesión, autoimagen y roles

Como puede observarse en cada uno de los puntos tratados describen inserciones en las 3 funciones auxiliares de la tutoría: introducir, acompañar y concretizar el plan de vida-carrera mediante el seguimiento a la trayectoria de la relación establecida del estudiante con el desarrollo del plan curricular y su correspondiente evaluación en la aparición de competencias efectivas de trabajo y convivencia en el alumno.

La asesoría educativa, clarificando las ideas para lograr aplicar el conocimiento. Pero, ¿qué se entiende por asesor educativo?. ¿Es nuevo el rol de este en las instituciones educativas?. Niebla y De Leonardo, 2012).

En aquellos años, recién concluida la Revolución Mexicana con la promulgación de la Constitución Mexicana de 1917 uno de los ideales de igualdad era favorecer a los sectores más pobres de la sociedad. Un modo de trabajar en ello fue el fomento a la educación obligatoria mediante el nombramiento de inspectores escolares cuyas funciones estribaron en supervisar que los padres de familia de la clase trabajadora llevaran a sus hijos a las escuelas (Arganaut, 2006). Aunado a esto, los profesores José Vasconcelos y Rafael Ramírez impulsaron un proyecto llamado “Misiones culturales” que consistió en repartir libros en comunidades rurales, también promovieron la institucionalización de centros de profesionalización docente denominados Escuelas Normales de Maestros, cuyos esfuerzos por eficientar la preparación académica y pedagógica de los aspirantes a profesor(a) siguen rindiendo frutos hasta nuestros días.

En los 50´s se funda el Consejo Nacional de Libros y Textos Gratuitos (CONALITEG) a mano del Lic. Martin Luis Gúzman de manera que el conocimiento impartido en las aulas podía ser reforzado con las temáticas impresas en papel de lo tratado en las aulas, en este sentido también los padres de familia podían ser partícipes de la educación de sus hijos auxiliándolos con la ayuda de los textos gratuitos en casa. También se crea el Consejo Nacional Técnico de la Educación (CONALTE) proponiendo medidas para la unificación de la enseñanza mediante planes y programas de estudio, métodos de enseñanza para primaria, secundaria y escuela normal. Ofreciendo capacitación en diversos oficios a obreros y campesinos. En 1958 da inició el “Plan de los Once Años”.

Para la década de los años 60 bajo la dirección de Jaime Torrres Bodet a cargo de la Secretaría de Educación Pública se desarrolla el proyecto “Plan de Once Años” cuyo propósito fue incrementar la cobertura y eficiencia terminal de la escuela primaria (Greaves, 2001) dado que las industrias requerían obreros y técnicos calificados, entrelazo condiciones físicas, de capital humano y materiales didácticos para inyectar formas de conocimiento práctico institucionalizado y capacitante de las nuevas generaciones en los sectores urbano y rural, Joaquín Díez-Canedo Flores actual director de la CONALITEG refiere al respecto (Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2013): “Todas las acciones que se articularon alrededor de este proyecto educativo integral, que abarcó desde la construcción de la infraestructura escolar y la preparación de docentes, hasta la dotación de materiales para el estudio, entre otras, giraron alrededor de lo que se denominó el Plan de Once Años, que fijó el alcance de metas claras una vez finalizada la década de los 60”. (p.1).

Tuvo origen en 1968 la educación a distancia en México con el proyecto de telesecundaria cuya finalidad era erradicar el analfabetismo en las comunidades rurales del país. Fue novedoso para la época puesto que se transmitían contenidos educativos por televisión, explicados y clarificados por el docente. En 1971 se crea el Consejo Nacional para el Fomento Educativo (CONAFE) a fin de apoyar el desarrollo de proyectos con capitales económico, técnico y humano. El eje de trabajo fue y sigue siendo la promoción de medios de participación social destinados a ampliar la cobertura educativa del país. Dos años después se funda el Colegio de Bachilleres instruyendo en las modalidades de sistema educativo escolarizado y no escolarizado.

Después en el año de 1978 se funda la Universidad Pedagógica Nacional para la formación de profesionales de la educación especializados en la atención de las necesidades del sistema educativo nacional, estableciendo dentro de sus funciones sustantivas (UPN, 2014): a) La docencia de tipo superior; b) La investigación científica en materia educativa y disciplinas afines y c) La difusión de conocimientos relacionados con la educación y la cultura en general. En este mismo año preocupa vincular la educación con las necesidades de producción en el país y entonces nace el Colegio Nacional para la Educación Profesional y Técnica (CONALEP) en dónde el sistema de enseñanza consistía en una guía teórico-práctica del profesor hacia el alumno para el aprendizaje de un oficio a ser desempeñado en la industria. Al siguiente año ve la luz el Consejo Nacional Consultivo en Educación buscando evaluar el trabajo realizado en las Escuelas Normales.

La década de los 80s se caracteriza por extender el trabajo del docente a las comunidades carentes de instrucción explícita, ya que se crean los albergues escolares. Estos fueron concebidos como agrupaciones de poblaciones indígenas y zonas de marginación urbana a los que se les llevaba instrucción federal adaptada a las condiciones de vida de sus pobladores. El 21 de agosto de 1981 se facilita el otorgamiento de certificados de primaria y secundaria a personas adultas con los servicios de instrucción personalizada y autodidáctica del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), aquí el estudiante revisaba en el hogar materiales de estudio fabricados por la Secretaria de Educación Pública pero bajo supervisión y clarificación de contenidos de un profesor al que visitaba esporádicamente para resolver sus dudas (Instituto Nacional para la Educación de los adultos, 2014).

Las asignaturas se acreditaban periódicamente bajo la solicitud de un examen escrito solicitado por el mismo alumno para ser aplicado en el horario y sede especificado por personal de la SEP. Una vez concluidos los créditos se iniciaba el trámite del certificado de estudios para su posterior entrega. Este formato educativo sigue en boga y es la opción para la gente que trabaja, tiene algún impedimento de salud que no le permita asistir a la escuela o haya carecido de instrucción formal por las razones que fueran en su niñez y juventud.

En 1992 se conforma el “Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica” en dónde por un lado se arregla la transferencia de la educación preescolar, primaria, secundaria y normal del control federal a los estados (Aguílar, 2001; Espinosa, 2004) y por el otro se busca la participación de la sociedad generando producción de nuevos libros de texto para niños y maestros elaborados por concurso abierto, dónde participaron especialistas de la educación con doctorado en la temática de educación básica. También surge en 1993 el proyecto de carrera magisterial en el cual se establecieron como prioridades modificar: 1) planes y programas de estudio; 2) Mejorar la formación de los docentes; 3) Mejorar la gestión institucional y el trabajo docente y 4) Apoyar al equipamiento físico e infraestructura general de los planteles escolares. Para 1999 se emiten los lineamientos para el funcionamiento del Consejo Nacional de Participación Social, el cuál previo la existencia de un consejo escolar en cada escuela Primaria pública, en la cual se integraran maestros, padres de familia y directivos escolares a manera de conjuntar esfuerzos de apoyo para la mejora en el rendimiento del niño de Primaria.

Para el decenio 2000-2010 se introduce el programa de Enciclomedia basada en el desarrollo de contenidos de conocimiento en formato virtual, en dónde el profesor auxiliaba al alumno para realizar algunas tareas que requirieran búsqueda de información (Secretaria de Educación Pública, 2014). También hacen aparición el internet y con ello la introducción de pizarrones inteligentes (blackboard). Por otro lado entran a escena las redes sociales cómo Hi5 y Facebook que comienzan a establecer nuevos modos de aprender basados en el intercambio de opiniones entre gente común y especialistas en distintos temas a través de una computadora. El docente se convirtió en un guía que basaba su trabajo en el uso de las tecnologías de la información para agilizar el intercambio de información ya no sólo de manera impresa sino digital y de manera inmediata. Debates, círculos de discusión y creación de páginas de internet con contenidos temáticos disciplinarios comenzaron a ser parte de la cotidianeidad del estudiante y del profesor (Eusse y Piña, 2005), cuya tendencia se deja sentir actualmente ya que es posible cursar estudios a nivel superior de manera autónoma y desde casa bajo la modalidad online con la consejería y supervisión de un profesor asesor de contenidos y procedimientos de estudio.

¿Quién es el asesor? A lo largo de la historia de la educación en México el asesor ha sido el experto que comparte sus experiencias de conocimiento para que el aprendiz entre contacto con nuevas formas de ver la relación del hombre con la realidad y proceda conforme a lo esperado por las comunidades disciplinares.

La función social de este puede ser entendida como la transmisión de conocimientos de un experto sobre alguna temática a un conjunto de personas ávidas por desarrollar un trabajo o proyecto; tal como se ha presentado en este escrito, su aparición en los escenarios educativos no es nueva (Hamilton, 2008). La característica principal de la asesoría es que es la persona más experimentada quién aconseja y guía al menos informado para realizar algo. Se brinda consejo indicando el ¿cómo?, ¿para qué? Y ¿dónde? aplicar el conocimiento.

La ayuda proporcionada se circunscribe a explicar y aclarar los puntos específicos que un estudiante no comprenda sobre algún contenido de conocimiento. Los encuentros se dan para compartir la experiencia que se ha tenido para abordar situaciones similares acerca de las que consulta el asesorado. El propósito es que una vez que se pasa de tener fragmentos de información sobre un tópico a conclusiones definitivas acerca las partes que estructuran y dotan de sentido al conocimiento, entonces, el individuo que consulto es capaz de cumplir con los criterios de logro asociados al desempeño exitoso de una tarea.

Por lo regular es el estudiante quién se acerca al/la profesor(a) para solicitar que el profesor le ayude a conectar las ideas sobre un contenido de conocimiento con el fin de encontrar coherencia a lo que intenta entender. Una vez que el alumno ha comprendido la temática entonces podrá continuar con la secuencia temática de una asignatura, presentar un examen, realizar un trabajo especial y hacer cosas que la falta de experiencia con actividades que le son ajenas no le permiten.

La figura del asesor es la de alguien que domina un arte, oficio, profesión u ocupación y que auxilia con su saber a quién desea aprender (Sayes, 2008). Pero además del dominio es necesario que posea paciencia, sea persuasivo y tenga gusto por enseñar a otros lo que para él/ella resulta simple de entender. Por otra parte, el asesorado debe de estar convencido de la sapiencia de aquel a quien va a consultar y tener interés por aprender, ya que el asesoramiento educativo básicamente consiste en resolver inquietudes de un consultante. inexperto. Enlistando las características generales de la asesoría educativa se enunciarían de la siguiente manera:

• Es un espacio donde los estudiantes pueden resolver sus dudas específicas respecto a alguna materia con el apoyo de un profesor.

• Es un respaldo que el profesor puede brindar a los estudiantes para comprender mejor los temas expuestos anteriormente y revisados por ellos.

• Es una actividad creada con el propósito de ayudar a los alumnos que han tenido dificultades académicas en el estudio de su carrera profesional.

El asesor educativo es un especialista en su materia con la intención de solventar las dudas de los estudiantes que muestran deficiencias de conocimiento en el entendimiento de un contenido de información, procederes correctos en la realización de una actividad y una vez que se subsanan las interrogantes del estudiante su misión se ha dado por hecha. El asesor educativo y el tutor facilitadores complementarios del desarrollo personal Hablar de asesoramiento y de tutoría en educación es situar al educador como el que pone en contacto al que aprende con el conocimiento y sus formas de adquisición (Rodríguez, González, y Espadas, 2010).

Es dejar de trasmitir contenidos textuales de conocimiento para convertirse en el acompañante del maestro en potencia. Es partir de formas previas de asimilación del conocimiento por parte del aprendiente para fomentar la discusión crítica ligada a la solución de problemas de la realidad cambiante basándose en argumentos que se sustenten en contenidos de conocimiento científicamente validados. Quién asimila el nuevo conocimiento es el alumno, a través de la mediación del docente, pero quienes salen beneficiados por el intercambio de experiencias dialogadas son el profesor y el alumno.

Es encargo social de la tutoría construir un puente de confianza entre el aprendiz y el facilitador con respecto a la relación del primero con la institución educativa en lo administrativo, la ejecución de los planes y programas de estudio, y la movilización de las competencias adquiridas en el proyecto de vida (Pérez, 2011). La asesoría educativa complementa la preparación académica del estudiante para que pueda resolver las actividades en los planes y programas de estudio y así tener una adecuada integración en los ambientes de aprendizaje. Se resuelven dudas estudiantiles para que pueda haber continuidad en los cursos y generar acreditación y titulación que son las traducciones actuales de egreso de la universidad.

El tutor y el asesor educativo no cumplen funciones iguales sino complementarias ya que mientras uno acompaña al alumno durante su estancia en la universidad, el otro le auxilia proporcionando información y consejería acerca de cómo proceder en una situación confusa en la cual el alumno se declara incompetente para afrontarla. El tutor acompaña y el asesor aconseja, pero ambos facilitan el contacto del aprendiz con el conocimiento, favoreciendo el tránsito escolar del aprendiente. Ni el tutor da psicoterapia pero tampoco el asesor da significado al conocimiento del aprendiz, sólo son mediadores que comparten el objetivo de prevenir la reprobación, el rezago y el abandono escolar y el perfeccionamiento de capacidades para un adecuado desenvolvimiento social.

El asesor educativo da consejos, el tutor opciones de acción. Al aconsejar el asesor se asume como especialista de un campo disciplinar para dar respuestas a lo que linealmente le pregunta el alumno. La relación del tutor es de acercamiento empático dónde se escucha al aprendiz con la intención de generar reflexión sobre lo que dice, es dialogar y discutir respetuosamente acerca de los asuntos que aquejan al alumno y que impactan positiva o negativamente en su estancia y tránsito en el curso de sus estudios. Cabe señalar que la tutoría no se remite a las actividades del aula y dentro de la institución educativa, sino que trata de ampliar los horizontes de contacto del alumnado con el conocimiento y su vinculación con la existencia del mismo. Tanto la tutoría como la asesoría educativa son tareas indispensables del facilitador de aprendizajes que en efecto piense a la educación como una formación para la vida.

Conclusiones:

– La universidad como cualquier otra agrupación comunitaria es el lugar dónde se comparten experiencias humanas y es desde las mismas dónde en realidad se generan los aprendizajes del estudiante y el profesor. A dicha interacción se le denomina proceso de enseñanza-aprendizaje, eje rector del educar, encomienda social del profesorado por excelencia.

– El educar comprende formar y capacitar para la vida. Al estar educado se dice que se está preparado para la vida, lo cual implica saber actuar en congruencia con el propio plan de vida y carrera empleando los recursos técnicos y personales para tal fin. La tarea del educador entonces es crear condiciones para habilitar al estudiante en los aspectos técnicos de sus estudios de licenciatura y en los relativos a hábitos de convivencia social cotidiana.

– La tutoría es el acompañamiento brindado al alumno con el propósito de que este logre concluir con sus estudios, a partir de la guía en 3 áreas: conocimiento de la institución educativa dónde se encuentra inscrito, enseñanza de técnicas y hábitos de estudio que le permitan desenvolverse con soltura en su estancia y tránsito por la universidad; también incluye la reflexión acerca de las relaciones establecidas del alumno con el contexto social, como la familia, el grupo de pares y amigos. La última forma de acción tutorial es incentivar la incorporación del estudiante al mercado laboral partiendo del análisis de su proyecto de vida y carrera. Tiene carácter formativo y se familiariza con los aspectos emocional y social del estudiante.

– En la asesoría educativa la función es de consultoría sobre dudas que aquejan al estudiante sobre un proceder conveniente ante una situación insoluble para el alumno o bien una orientación basada en la información proporcionada por un experto, quién puede ser o no un docente. Es una ayuda centrada en el problema y se concretiza a situaciones específicas de inquietudes académicas por parte del alumno. Es trabajar con el conocimiento vago del alumno sobre una temática y hacer que se cuestione hasta lograr plena comprensión de sus ideas.

– La acción de la tutoría es formativa, mientras la asesoría educativa es más académica, sin embargo las dos se complementan e incluso la asesoría está incluida en la tutoría, lo que las diferencia son sus fines; mientras que la tutoría busca que el estudiante ejercite sus habilidades cognitivas para impactar en las áreas social, emocional y física, la asesoría sólo busca informar para que sea el estudiante con clarifique ideas y actué adecuadamente ante una situación.

– Tanto el tutor como el asesor educativo son mediadores del aprendiz con el conocimiento, buscan dentro de sus posibilidades evitar el fracaso escolar.

– La asesoría educativa y la tutoría son complementarias en el sentido de que guían el comportamiento del estudiante para la mejora de los desempeños dentro de una institución educativa.

– El tutor acompaña y gestiona junto con el alumno una prospectiva positiva de su estancia tránsito de la universidad al mundo productivo y adulto social.

– El asesor educativo instruye y documenta de viva voz al alumno para que resuelva los enredos de tipo académico que pudieran presentarse en su trayectoria escolar.
– Mientras que la labor del tutor es formativa la del asesor educativo es más técnica.

– Un tutor y un asesor educativo comprometidos con la educación son personas cuya insignia vocacional es el “educar para la vida”.

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Escritor:  Sergio Arenas

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