François Truffaut

Seine en octubre de 1984. Vivió una infancia difícil en París, junto a su madre (Janine de Monferrand) y a su padrastro. En la adolescencia algunos robos y travesuras lo dejaron mal parado frente a su familia y a la policía, sin embargo, pudo sortear la permanencia en las correccionales juveniles y más tarde, desertó del ejército.

Su forma de vida cambiaría completamente cuando el crítico y teórico de cine André Bazin y su esposa Janine lo tomaron bajo su tutela. Luc Godard, Claude Chabrol, Eric Rohmer y Jacques Rivette, endonde se dedica a señalar los vicios y los errores del cine de la época, denominado Cinéma de Qualité. Consideraba que era necesaria una renovación de la forma narrativa y productiva del cine. El Festival de Cannes les dio el impulso consagratorio. En dicho evento, Truffaut ganó el Premio a mejor director con Los cuatrocientos golpes y varios de sus compañeros pudieron mostrar sus películas evidenciando cambios en el arte.

Este nuevo estilo fue denominado por André Bazin, Nouvelle Vague (la nueva ola).Sus características eran especialmente las de un cine sencillo, abierto y despreocupado, realista, emancipado de formalidades. Se plantea una gran libertad expresiva la cual permite a los directores jugar con diferentes ritmos de montaje, yuxtaponer diversos tamaños de planos, combinar planos panorámicos con otros entrecortados o con cámara en mano y desafiar la coherencia espacio-temporal de la representación clásica al establecer quiebres de continuidad y saltos de eje entre los planos. Una apuesta interesante fue la de dejar un poco de lado la historia, el guión propiamente dicho, para centrar su atención en la forma de contar dicha historia.

La serie Doinel Antoine Doinel es, casi con seguridad, el personaje más importante creado por François Truffaut. No solamente por lo interesante de este protagonista en sí y el relato sobre su vida, sino también, porque representa en muchos pasajes de las películas al propio director. Antoine Doinel es un alter ego de Truffaut; quien, sin embargo puede contener su subjetividad y, como director narra los acontecimientos con una marcada distancia. Intenta no discriminar los pasajes principales de los secundarios, y describe los sucesos con una gran sequedad informativa, pero el resultado no puede dejar de ser el esperado: los espectadores se conmueven con esta mirada fría, pero a la vez atrevida y fresca, llena de realismo sobre la vida y el destino del infortunado Antoine, especialmente en Los cuatrocientos golpes cuando aún es un niño.

Su vida se va desarrollando a través se cinco películas filmadas entre 1959 y 1979, Los cuatrocientos golpes (1959), Antoine y Collette (1962), La hora del amor o Besos robados (1968), Domicilio conyugal (1970) y Amor en fuga (1979). Realmente es más que atractivo y novedoso contar la vida de un personaje cinematográfico a lo largo de tantos años. Los mismos actores participan en los diferentes films y los vemos crecer, lo cual nos acerca más aún su vivencia.

Antoine Doinel no es un personaje ejemplar, sin embargo tiene encanto, carisma pero también claros defectos. Es hijo de una joven soltera. Vive con su abuela hasta los 8 años, cuando se muda con su madre y su padre adoptivo. La mujer se muestra despreocupada por su persona, limita su relación a lo necesario y muchas veces lo rechaza como si fuera una carga en su vida. Las travesuras y robos que comete en su niñez, son justificados por sus ganas y necesidad de vivir lejos de estos padres desinteresados e incomprensivos, quienes al no poder controlarlo lo llevan a un Centro de Observación de Menores.

Este pasado deja una huella importante en su personalidad. En las películas siguientes a Los cuatrocientos golpes notamos varios indicios: según recalca no se enamora de una joven en particular, sino de toda la familia, elige a las jóvenes que tienen padres amables, ya que los prefiere a los suyos. No se opone abiertamente en sociedad, pero intenta vivir al margen, desconfiando de ella, procurando que lo acepten aquellos a quienes él quiere, pero a los cuales no puede brindarle el amor que de ellos recibe.

No cabe duda que fue vital para el director el hecho de haber acabado de una manera positiva la historia de este personaje. Después pudo entonces emprender sus proyectos más ambiciosos. Algunos críticos tienden a decir que después de salvar a Doinel quiere salvarse a sí mismo a través de su estética. Estas últimas películas son parábolas sin enseñanza, fábulas sin moraleja, donde puede experimentar la dicción pura, no teniendo que remitirse a lo autobiográfico. Los personajes no son simbólicos, al igual que las situaciones, ya que no debe exorcizar el pasado.

Se sabe que unos meses antes de morir en 1984 víctima de un tumor cerebral quería plasmar sus recuerdos en una biografía que uniera inspiraciones y obras realizadas. Pensaba titularla Le scénario d`une vie, pero no pudo ser. Solía comentar que el filmaba las películas que hubiera querido ver; y la gente las miraba por considerarlo un autor y director con una entrega sincera y profunda hacia su arte. Realmente considero que a pesar de no haber podido realizar esta última obra concentrando en un film su vida profesional junto a su vida personal, su alma debe descansar tranquila, en cierta forma lo ha hecho, ya que todas sus películas de la serie Doinel pueden considerarse parte de una pequeña biografía en cinta.

Escritor: Aldana Moroz