Fuente que Emana

Intentar abordar de manera seria y responsable la problemática inherente a las organizaciones, producto del devenir cotidiano y de la incertidumbre del entorno, implica un análisis juicioso, coherente, consistente y sistemático de una serie de componentes fundamentales que afectan de manera directa la posibilidad de sobrellevar las cargas y de generar ambientes organizacionales sanos y productivos.

En tal sentido, por un lado, acercarse a este componente que tiene el carácter de inmaterial (el psiquismo corporativo, la cultura organizacional y el alma empresarial) y por el otro, a esa masa corpórea que se conduce y que camina por el sendero de los mercados, requiere de un amplio conocimiento empírico y de un acervo teórico y conceptual que alimente y eleve la capacidad cognitiva y de discernimiento de los sujetos que dirigen, que laboran o que piensan el acontecer y el futuro de las organizaciones, cualesquiera sean ellas.

Tal conocimiento empírico es importante y denota una acumulación de experticia en determinado campo del quehacer humano, pero por si sólo no representa la fuente fundamental del conocimiento que permite la investigación aplicada, la aprehensión de conceptos, la estructuración epistemológica, la construcción de teoría y el seguimiento riguroso y sistemático de los procesos inherentes a la administración y a las organizaciones que se alimentan de ella. Dicha fuente emana de la formación académica. Una formación que se extiende en el ciclo propedéutico elevándose por encima de los conocimientos básicos, complejizando el discernimiento, ampliando la disertación y el disenso, enalteciendo los consensos, realzando los valores, los principios y la ética y exaltando la responsabilidad y el compromiso social

Formación que debe ser rica en fundamentos teóricos, en conceptos que den cuerpo y alma al constructo administrativo, diversa, actual, pertinente y que sepa identificar y comprender los momentos a los cuales se enfrenta para así responder a las necesidades y exigencias del medio. Para ello, es menester que sea impartida por un claustro universitario con todos los pergaminos, la historia, el buen nombre, la rigurosidad y la capacidad administrativa y educativa. Igualmente, se requieren muchos años de historia universitaria, un conocimiento acumulado de siglos, muchos aciertos y desaciertos, una imagen consolidada, un reconocimiento local, nacional e internacional, una amplia experiencia investigativa disciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar, una ética corporativa y una capacidad instalada que permita responder adecuadamente.

Ahora bien, al encontrar la formación en dicho claustro, hay que asirse a ella, porque de su mano vendrá el crecimiento personal y profesional, el conocimiento universal y la capacidad de pensamiento crítico y constructivo del ámbito empresarial y el respeto por los valores culturales, por el compromiso ambiental y social y por la ética en la actuación. De igual manera, al asirse, importantísimo será llevar con honor la responsabilidad y el orgullo de pertenecer a una institución que cuenta con tan altas calidades académicas. Por estas razones y por otras más, es que me atrevo decididamente a pertenecer a esta comunidad llamada alma mater y sumergirme en las agitadas y turbulentas aguas del conocimiento impartido por ustedes en su maestría en gestión de la ciencia, la tecnología y la innovacion.

Escritor: William Dario Montoya Cuartas