Historia cultural china – 4 parte –

Para el pueblo Ch’u, al principio todas aquellas deidades que representaban la naturaleza fueron objeto del sacrificio, mientras los hombres y las deidades pertenecieron a dos mundos distintos y no se trataban mucho. Pero como el pueblo Ch’u creía en brujurías y le gustaba imaginar, poco a poco creía que los hombres eran capaz para comunicar mejor con las deidades por medio de los  brujos o por medio del ambiente misterioso cuando realizaban el ritual. Al final, no sólo se creía que los brujos servían para invitar a las deidades a presentarse en el rito, sino también se creía que las deidades podían testificar la fidelidad y la devoción de alguien hacia su propia patira.

 

Tal vez la razón por la que el pueblo Ch’u creía que los seres humanos y la naturaleza eran iguales en posición, tiene que ver con el medio ambiente geográfico que le rodeaba. Situado en el sur de China, en el reino de Ch’u predominaba un clima mucho más suave y agradable que el norte.

Para gente que nació allí, apenas se imaginaba cuán horribles eran las calamidades naturales que se repetían cada dos por tres en el norte. Rodeado siempre por un paisaje relativamente riente y ameno, vivía en una zona del clima templado que no carecía de alimentos, el pueblo Ch’u nunca pensaba que la naturaleza era cruel o dura; tampoco se le ocurrió que era superior a otros hombres en posición ni creía supersticiosamente que ciertos fenómenos naturales ocurridos tenían que ver con la prosperidad y la extinción de la nación, o con el orden y el desorden social.

Para el pueblo Ch’u, la naturaleza era como un buen compañero o un buen profesor que le inspiraba en silencio. Además, como los autores de Las Elegías de Ch’u no eran de clase inferior que tenía que vivír del trabajo como los del El Libro de las Odas; sino que todos eran letrados o cortesanos desilusionados en el gobierno, por ello siempre observaban la naturaleza con ojos del poeta triste, desde una óptica romática y poética. En vez de clavar la atención en la función práctica de la naturaleza, a los poetas no les importaba si las montañas o los ríos les abastecerían de víveres suficientes, sino sobre el valor espiritual que existía. Para los poetas, el encanto de la naturaleza estaba allá en el bosque o en el banco de arena poblado de  hierba fina y buena, que simbolizaba el ideal y un charácter integral. Mientras miraban hacia arriba para contemplar las montañas elevadas o fijaban la mirada en un manantial claro que corría hacia abajo, como si la naturaleza les aplacaría la angustia que sufría o les purificaría las almas contaminadas

 

Aunque en el reino de Ch’u se producía todo tipo de productos alimentos en abundancia, apenas carecía de víveres. Pero las plantas que aparecieron en Las Elegías de Ch’u no eran cualquier cosa corriente, sino hierbas finas y árboles preciosos que olían muchísimo, que sólo se podía hallarlos en lo profundo de la montaña. Cuando los poetas iban en busca de las plantas que olían mucho, lo que importaba más era el valor y la rareza, poniendo de relieve la significación simbólica de ellas.

Aquellas plantas, como orquídea y angélica, eran adornos naturales que la gente solía llevar.  Los poetas las recogían y las llevaban porque querían conservar y defender su moral que nadíe la podía deshonrar. Además, la flor de loto nacía en el lodo sin manchar su integridad (荷花出淤泥而不染); los poetas entonces se vestieron ropa con dibujo del loto, porque querían que su propio character fuera tan noble e inmaculado como él; en cuanto se decía que se podía prolongar la vida comiendo el crisantemo y liquen (靈芝, hongo de la inmortalidad)   de prolongar la vida.

No obstante, el verso “夕餐秋菊之落英”(comer los pétalos caídos de la  crisantema otoñal por la tarde) en Las Elegias de Chu no quiere decir que Chü Yüan también  quería prolongar su vida, sino el poeta quería con mucho deseo de guardar las virtudes tan  elevadas como la flor antes de envejerse a fin de servir por el rey de Chu; y, según la leyenda lique, 靈芝, hongo de la inmortalidad es la encarnación de la diosa de la montaña Wu, y esa  diosa justamente fue la novia ideal de los brujos, entonces se dice “ los brujos entran en la  montaña en busca del lique” es la metáfora para representar “ buscar pareja ideal”. Al fin y al  cabo, la frase lleva significado extendido de ir en búsqueda dee las ideas de uno.

 

Los poetas empezaron a buscar este tipo de hierbas medicinales milagrosas, para simbolizar una búsqueda de cierto ideal que siempre anhelaban. Así que los poetas iban de alpinismo o visitaban de los lagos y ríos no sólo para recoger las citadas plantas aromáticas, con esperanza que alcanzar una personalidad refinada tan preciosa como la hierba fina que exhalaba fragancia, sino también porque querían relajarse con desahogo por completo en el abrazo de la madre naturaleza hasta que reanimarse.

 

Los poemas recogidos en Las Elegías de Ch’u tienen mucho que ver con Chiu Yuan, el primer gran poeta de la historia china. Se dice que algunos de ellos eran de imitación con el nombre del poeta. Al principio Chiu era funcionario de alto rango en el gobierno, pero luego se exilió en el campo porque alguien no dejaba de sembrar la cizaña entre él y el rey Huai, y al final el rey lo despidió. La desgracia que sufrió el poeta, no obstante fue el mayor motivo de su poesía.

 

Durante aquellos años de exilio, Chiu compuso un montón de obra literaria, repleta de gran añoranza sobre la patria y la pasión interminable, dedicada al pueblo. Las Elegías de Ch’u fue una colección poética en la que predominaba un lenguaje muy refinado y muy adornado; también preponderaba una imaginación fantástica con metáforas novedosas, lo que fue uno de los orígenes de la literatura china.

En esa recopilación poética, se notaba un sentimiento patriótico muy expreso y una preocupación incesante por el bienestar del pueblo; también se podía dar cuenta de una melancolía causada por la desconfianza del rey, una pesimismo insorportable, por el que el poeta tenía que vivir aislado en la naturaleza por necesidad. Ya que el poder del reinó declinaba y el rey ya no confiaba en él como antes, el poeta no tenía otro remedio que exiliarse para apartarse del rey y del gobierno. El poeta, no  quería ni podía dejarse llevar de la corriente; estaba destinado a llevar una vida desventurada. Después de ser caluminado por desdicha, volvió a ser suplantado por sus colegas en el gobierno, claro que se sentía deprimido y decepcionado sobre el futuro. En estas circunstancias, no le quedó otra salida que marcharse para evitar todos los líos en el gobierno. O vivir en la montaña o remar un bote para visitar todas las partes del reino. Ya que era tan deprimido y cansado del mundo, a lo mejor fue una buena idea el irse con el viento para ir a un sitio nadie lo conocía y vivir allí hasta el último día de su vida.

Autor:  Wang Jung