Integración educacional: Las Barreras a vencer para una Educación de Calidad

Actualmente en Chile, se produce una dicotomía al momento de tratar la integración escolar de aquellos alumnos que poseen condiciones diferentes como la hiperactividad, problemas de lenguaje o también alguna discapacidad física. El Estado llama a la integración inmediata de todos los alumnos sin distinción de condiciones a cualquier establecimiento educacional del país; sin embargo la realidad dista a favor o en contra de lo que el Estado exige.

En los últimos diez años se ha incrementado el número de escuelas de lenguaje o de trastornos del aprendizaje, por ende la oferta para este tipo de alumnos también es más variada y condiciona de mejor forma su proceso educacional; pero es claro que aún no se ha podido cumplir con la demanda de la población por lo que el Estado de Chile llama a la inclusión de estos alumnos a los establecimientos educacionales tradicionales. A pesar de que la orden es la integración, los centros educativos son reacios a los cambios o generan una integración que no satisface en su totalidad las necesidades especiales de los alumnos, es ahí donde se generan las grandes distancias educativas entre los alumnos destacados y los que no resultan serlo tanto.

El gran problema de la integración parece ser la implementación adecuada para este tipo de alumnos, una implementación que va desde la infraestructura del edificio (rampas de acceso, barandas, servicios higiénicos adecuados, etc.), la gestión administrativa, hasta la integración en el aula misma.

Al interior del aula se genera el proceso más importante de la integración educativa que es el proceso de enseñanza aprendizaje, el cual debe ser de calidad para todos sin distinción, pero ¿cómo generar un proceso igualmente exitoso para todos los alumnos, si cada uno de ellos tiene una forma distinta de aprender? .La respuesta a esta interrogante tiene más de una alternativa correcta, pues son múltiples los factores que inciden en una educación de calidad.

En primer lugar se encuentran los conocimientos docentes, la formación académica de las universidades que imparten las carreras de pedagogías deben estar direccionadas hacia la integración, ya que es vital que los docentes posean las capacidades para enfrentarse a la realidad escolar. Cabe destacar que el número de universidades que imparten la carrera de pedagogía que se ajustan a este tipo de cambios es muy reducido, ya que no poseen este punto dentro de sus mallas curriculares, al igual que las experiencias pedagógicas en distintas realidades socioeconómicas, por lo que no satisfacen la demanda de la realidad escolar chilena.

. En segundo lugar se encuentra el núcleo familiar, el cual es de vital importancia para generar una red de apoyo al estudiante; este punto en particular esta casi extinto en la sociedad actual, debido a que la familia no se involucra en los asuntos escolares, sino que los entiende como una tarea exclusiva del establecimiento educacional, por lo que generar una aprendizaje significativo para los estudiantes que poseen alguna dificultad se hace aún más engorroso.

En tercer lugar se encuentra la comunidad en donde se inserta el centro educacional, la cual tampoco se hace partícipe del proceso de enseñanza aprendizaje, se puede observar que la estructura de la ciudad de Santiago y de las de Chile en general no proporcionan los espacios adecuados para el aprendizaje y el desarrollo de sentimientos tan importantes como la identidad local; esto se refleja en el reducido número de bibliotecas públicas, museos o lugares de esparcimientos como áreas verdes, y se hace más intenso al alejarse del centro de la ciudad de Santiago, hacia las comunas periféricas.

En resumidas cuentas, la integración debe ser un proceso gradual y para su exitosa implementación es vital que la llamada “comunidad educativa” funcione como tal, en forma práctica y eficiente en cada uno de sus organismos.

Bibliografía
Freire Paulo, Cartas a quien Pretende Enseñar.

Escritor: Gabriela de los Ángeles Aguilera Meneses