Investigación y Desarrollo.

La investigación y desarrollo (I+D) es el proceso mediante el cual el ser humano obtiene nuevos conocimientos y desarrolla nuevos productos. Si bien no todos los productos se obtienen vía I+D, aquellos que generan mayor valor agregado tienen en común un componente de investigación que los soporta. La I+D no es un proceso estático, sino que es dinámico con varias fases, varios tipos, varios actores y varios resultados. Por lo anterior, no existe una fórmula única para realizar la investigación y el desarrollo, sino que es un proceso complejo que requiere un análisis detallado de las distintas etapas para promover políticas específicas. A continuación se describen algunas de los tipos de investigación que componen la I+D, de acuerdo al Manual de Frascati:

-Investigación básica: Es el inicio de la investigación, generalmente realizada por las universidades y los centros de investigación. Su objetivo es aumentar el conocimiento y avanzar en el estado de la ciencia, sin tener un fin práctico en el corto plazo. Entre sus actividades se incluyen ejercicios netamente teóricos, y también con componentes experimentales. Un ejemplo de investigación básica en ciencias naturales puede ser el análisis taxonómico de una nueva especie, o el estudio de las propiedades de una partícula.

nvestigación aplicada: Como su nombre lo indica, este tipo de investigación busca aplicar el conocimiento en un aspecto concreto. Aprovecha los conocimientos desarrollados por la investigación básica para llevarlos a resolver problemas específicos de la sociedad, ya sean sociales, ingenieriles, o económicos. En este tipo de investigación, hay mayor vinculación de otros actores sociales, como las empresas. Ejemplos de investigación aplicada pueden ser: analizar el impacto de una política determinada; estudiar la influencia de la alimentación sobre la producción avícola, analizar los procesos de corrosión en unos productos específicos, etc.

Desarrollo tecnológico: Este tipo de investigación busca llegar a desarrollar nuevos productos y servicios, o a mejorar significativamente los existentes. Este es un paso fundamental en la innovación, ya que el desarrollo tecnológico genera diversas invenciones, y algunas de ellas pueden llegar con éxito al mercado. El desarrollo tecnológico se aprovecha tanto de los conocimientos producidos por las otras etapas de la investigación, como de la experiencia personal de los encargados del diseño. En esta etapa, la participación de las empresas es significativa, ya que ellas pueden obtener significativas ganancias en productividad e ingresos con el desarrollo de nuevos productos y/o servicios.

Baja inversión en estas actividades, lo cual se agrava si se considera que gran parte de la inversión es pública. Son pocas las empresas que toman en serio la necesidad de desarrollar nuevos productos y servicios. Por ejemplo, Colombia invierte el 0,18% de su PIB en I+D, mientras que España invertía el 1,33%, ambos valores para 2011. Para ver datos de otros países, puedes analizar los datos que la Ricyt ofrece en su sitio web: http://www.ricyt.org.

Lo anterior no quiere decir que la utilidad de la I+D radica solo en su beneficio económico para las empresas y el desarrollo económico, porque esto llevaría a pensar que la Investigación Básica es inútil y, por tanto, no debe ser apoyada. Al contrario, la investigación básica es fundamental en el desarrollo de las sociedades, ya que ella permite avanzar en el conocimiento, y da los fundamentos para que objetivos más prácticos sean desarrollados. Por ejemplo, sin la investigación básica no se habrían desarrollado los transistores, y sin ellos el desarrollo de la electrónica habría sido imposible. De igual modo, los estudios básicos sobre programación, lenguaje y sistemas, nunca habrían permitido el desarrollo de la informática, por lo que no dispondríamos ahora de los beneficios de la expansión que ha caracterizado a las Tecnologías de Información y Comunicación.

Para concluir, es necesario que los gobiernos apoyen a la I+D, soportando la investigación de las universidades y formando el personal cualificado, y también es necesario un mayor involucramiento de las empresas en estas actividades. Pero la clave es aprovechar las especialidades que estas organizaciones tienen: no es necesario que las universidades desarrollen productos, o que las empresas hagan investigación básica. Cada una aprovechando sus ventajas estratégicas y estableciendo alianzas con las otras, pueden promover el desarrollo económico, de un modo más competitivo. Para ello es necesario que las instituciones se comuniquen entre sí y aprendan a hablar el lenguaje de los otros, permitiendo que el dialogo y las oportunidades fluyan.

Escritor: César Orlando Pallares Delgado