La acción docente, como camino a la mejora de aprendizajes, a partir de la consideración de los estados del capital cultural y el campo educativo

Dentro de la actividad docente se presenta situaciones, que aunque no son abordadas claramente, dada sus características simbólicas, ineludiblemente forman parte del desarrollo escolar de un estudiante promedio. Dentro de la sociología encontramos una gran diversidad de temas, desde perspectivas económicas hasta puramente sociales. Para términos de este trabajo, se abordara el concepto del capital cultural dentro de los estadios del mismo, el concepto de campo en el ámbito educativo, entendiendo la pertinencia de este modelo para comprender las interacciones que se presentan entre profesor y estudiante en clases.

Pierre Bourdieu, presenta el concepto del capital cultural. Respecto a la educación, presenta este concepto para poder dar cuenta de los resultados que los estudiantes en sus experiencias obtienen dentro del mercado escolar (Bourdieu, 2008). Mujica, Guido García y Gutiérrez citan a Bourdieu para dar una clarificadora definición, tanto del capital cultural como de los estados del cual está compuesto. Inicialmente definen al capital cultural como un instrumento para la apropiación de una riqueza simbólica, entendiendo el concepto simbólico como implícito dentro de un proceso, socialmente designada como valiosa para ser buscada y poseída.

A su vez, nos clarifican acerca de los tres estados que posee el concepto de capital cultural, dividiéndolas en dimensiones. Inicialmente describen el capital incorporado como el resultado de un proceso de socialización, basado en la adquisición de patrones culturales realizada primariamente en la familia. Seguidamente explican el estado objetivado, donde el capital cultural existe en la forma de bienes culturales, tales como, pinturas, libros, esculturas, etc.

Para aprehenderse simbólicamente de los bienes descritos se requiere poseer los instrumentos y códigos necesarios para esta adjudicación, por ende, este capital cultural se relaciona estrechamente con el incorporado, pues éste último es la forma en que se apropia del capital objetivado. Finalmente tenemos el estado institucionalizado, donde el capital cultural se materializa a través de los diplomas y títulos escolares. Estos surgen como el resultado de una transmisión cultural con origen en la familia y continuada por la institución educativa, que certifica y acredita la apropiación y adquisición de conocimientos y habilidades específicas intelectuales o motoras, que fueron categorizadas para su desempeño en la sociedad.

Es de suma importancia dar cuenta de las afirmaciones relacionadas con la lucha de poderes en cuanto al nivel socioeconómico, que Bourdieu relaciona con el capital cultural, ya que influye en el éxito escolar en cuanto a que facilita el desempeño de los estudiantes oriundos de medios familiares culturalmente favorecidos. A su vez, da significado a la escuela como una continuación de la educación familiar; mientras que los estudiantes que no tienen la capacidad de adquirir este capital, el medio escolar significa algo ajeno, extraño, distante.

En conclusión, estos autores nos plantean que las diferencias de los estudiantes que presentan su capital cultural que no se ajusta al currículum son reforzadas o debilitan por un sistema educativo que prefiere y privilegia ciertos tipos de comportamientos. Inevitablemente se desprende que quienes carecen de las competencias que promueve el currículum escolar ocasiona, disminuyan sus posibilidades de conseguir el éxito escolar (Bourdieu, citado en Mujica, Guido García y Gutiérrez, 2012).

Para la comprensión del capital cultural, requerimos inicialmente de un contexto donde se generen estos intercambios. Para estos efecto, este articulo plantea el concepto de campo como «(…) espacios estructurados de posiciones o de puestos cuyas propiedades dependen de su posición en dichos espacios y pueden analizarse en forma independiente de las características de sus ocupantes» (Bourdieu, 1990). Ante esto, se clarifica el campo educativo del aula como el eje central, clarificando que los participantes presentes en la interacción a analizar es el profesor de la asignatura de lenguaje y comunicación y el estudiante que adquiere aprendizajes relacionados con diversos objetivos de aprendizaje descritos en las bases curriculares.

Con lo dicho anteriormente, Bourdieu plantea que en campos de diversas disciplinas encontraremos «(…) luchas, cuyas formas específicas habrá que buscar cada vez, entre el recién llegado que trata de romper los cerrojos del derecho de entrada, y el dominante que trata de defender su monopolio y excluir a la competencia» (Bourdieu, 1990). Estos conceptos los relacionamos en cuanto a la entrada de un estudiante a la institución educativa y la defensa que hace el profesor en cuanto a los aprendizajes que debe promocionar en el estudiante recién llegado. Se propone que el campo dará el lugar donde se detecten las interacciones entre profesor-estudiante, identificando episodios violencia simbólica de ocurrencia en el aula.

Finalmente se entiende que la interacción profesor-estudiante dentro del aula es una relación dialéctica, entre los conocimientos y experiencias previas del docente, los estudiantes y las exigencias del sistema educativo. Con lo cual las implicancias de los estados del capital cultural y el reconocimiento del campo educativo, como escenario de significancia potencial a la mejora del aprendizaje de los estudiantes, disminuiría las brechas de violencia simbólica provocada por la no consideración del capital cultural de los niños y niñas que en contextos de vulnerabilidad son los más afectados por la desigualdad social y educativa que se produce dentro del sistema escolar chileno, pero si dentro de las acciones pedagógicas, el docente domina los aspectos disciplinares, contenidos y conocimiento de la realidad social de manera significativa, la mejora en el rendimiento académico y la igualdad escolar en aula será posible y efectiva.

Referencias:
– ANGULO, Félix y REDON, Silvia. Competencias y contenidos: cada uno es su sitio en la formación docente. Estud. pedagóg. [online]. 2011, vol.37, n.2 [citado 2013-06-19], pp. 281-299. Disponible en: . ISSN 0718-0705. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052011000200017.
– Bourdieu, P. (1985). ¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos. (3ra ed.). Ediciones Akal. Madrid.
– Bourdieu, P. (1997). Capital cultural, escuela y espacio social (8va ed.). Siglo veintiuno editores. Madrid.
– Bourdieu, P. (1990). Sociedad y cultura. Editorial Grijalbo S. A. México D. F.
– Castro, A. Mardones, E. Ortiz, A. Quiroga, F. (2013) Interacciones Alumno-Profesor en Contextos de Vulnerabilidad Respecto de la Ocurrencia de Episodios de Violencia Simbólica en Clases de Matemáticas. Formación Universitaria. Vol. 6. Concepción. Chile.
– Mujica Sarmiento, Alejandro; Guido García, Priscila y Gutiérrez Martínez, Rodolfo Enrique. FACTORES MOTIVACIONALES Y DE CAPITAL CULTURAL QUE INCIDEN EN EL COMPORTAMIENTO LECTOR EN ESTUDIANTES MEXICANOS DE NIVEL MEDIO SUPERIOR DE DIFERENTE ESTRATO SOCIAL. Act.Colom.Psicol. [online]. 2012, vol.15, n.1 [citado 2013-07-08], pp. 21-31. Disponible en: . ISSN 0123-9155.
– Muñoz Labraña, C., Victoriano Lamilla, R., Luengo Rodríguez, H., Asorena Carrasco, N., Nail Comicheo, N. El desafío de la formación ciudadana: Principios para un modelo de integración curricular en lenguaje y comunicación y estudio y comprensión de la sociedad para la EGB. Ediciones Facultad de Educación Universidad de Concepción. Concepción.

Escritor: Rodrigo Cabrera García