La Ciudad Ideal

¿Puedes imaginar un lugar donde todos los ciudadanos vivan bien y todo funcione a la perfección?, ¿Crees que es posible lograr una comunidad perfecta?, ¿Qué características debería poseer necesariamente un lugar como ese? Platón (de quién te contaremos más adelante) se atrevió a contestar estas preguntas y nos una propuesta detallada sobre cómo debería ser la ciudad ideal. ¿Quién es Platón? Cuando investigamos una idea es muy importante saber quién la dijo y por qué lo hizo.

Platón, el autor del texto al que aquí nos referimos, fue un filósofo griego de la 347 a. de C.) considerado una de las figuras más influyentes y destacadas en la historia de filosofía. Sus textos, escritos todos en forma de diálogo (como una obra de teatro) abarcan los más diversos temas: política, ética (moral, virtudes), retórica, etc. Pensemos que en la Grecia antigua las ciencias y distintas disciplinas intelectuales que hoy conocemos estaban apenas surgiendo, por lo que Platón se transformó en referente de muchos de estos temas, los que enseñaba a través de su textos y de la Academia, una escuela que él fundó y donde daba a conocer a sus asistentes las ideas que nos legó en sus escritos y otras que solo los varones inscritos en dicha escuela pudieron conocer.

” En la gran mayoría de los diálogos de Platón encontramos como protagonista a otra de las grandes figuras de la filosofía: Sócrates, un hombre sencillo, que vivía del favor de sus amigos aristócratas para poder subsistir y dedicarse de lleno a la reflexión filosófica. Sócrates no escribió nada (tenía algunas razones para creer que la palabra oral era más valiosa que la palabra escrita), sin embargo, conocemos gran parte de su pensamiento gracias a los diálogos platónicos. Producto de sus ideas revolucionarias para la época, Sócrates fue acusado de si quieres Para muchos, sobre todo para Platón, estos cargos eran injustos y más aun lo fue la sentencia: Sócrates fue condenado a beber la cicuta (un poderoso veneno), muriendo instantáneamente.

El juicio fue llevado a cabo bajo el régimen democrático (del que la ciudad de Atenas fue la madre), por lo que Platón no solo sintió tristeza por la pérdida de su amigo y maestro, sino que también le pareció que el gobierno del pueblo adolecía de serías fallas y así fue como sintió el deber de idear una nueva forma de gobierno para lo que el imaginó como la ciudad ideal. El proyecto de Ciudad Ideal Si queremos no solo vivir, sino que vivir bien (una de las afirmaciones más características de Sócrates), la democracia, al menos para Platón, no era la alternativa correcta, pues la decisión de los ciudadanos ignorantes (así los veía Platón) había acabado con la vida del ciudadano más valioso y sabio de Atenas (tal y como lo dijo el Oráculo de Delfos).

En consecuencia, para formar la Ciudad ideal, Platón creyó que era importante partir quitándole el excesivo poder político a los ciudadanos comunes y ponerlo en manos de un grupo selecto que supiera realmente qué es lo mejor para el pueblo. Ese grupo (el más alto de una sociedad de tres castas o estratos sociales), debería poseer por sobre todo las virtudes de la sabiduría y la justicia, para poder mantener el orden y la prosperidad de la ciudad. Y quién mejor y más sabio para gobernar que un filósofo… al menos eso creía Platón.

En este esquema, los filósofos gobernantes se ubican el lo más alto de un sistema social piramidal. En la casta intermedia estarían los guardianes, que cuidan a la ciudad (algo así como las fuerzas de orden) y en lo más bajo, en la base de la pirámide, encontramos la casta de los artesanos o como los llamaríamos ahora, los obreros. En ellos descansaría la responsabilidad de la producción que permitiría sostener materialmente a la ciudad.

Este proyecto se podría concretar de forma efectiva, a juicio de Platón, si cada uno de los ciudadanos fuera capaz de entender y realizar su naturaleza (para este filósofo la naturaleza humana esta predeterminada: yo poseo características previas a mi nacimiento, según mi tipo de alma). Si cada ciudadano hace lo que debe hacer, cada función se cumpliría impecablemente y el funcionamiento sería armónico, ordenado y próspero. Así, el filósofo gobernante nos dirá cómo vivir, el guardián cuidará de nuestra vida y el artesano u obrero nos permitirá sustentar la vida. Y si nací para ser obrero, debo cumplir mi destino sin cuestionar, para que las cosas funcionen bien… eso me recomendaría Platón.

Algunas reflexiones sobre la propuesta de Platón Si bien la propuesta de Platón nunca fue llevaba a cabo (a pesar de sus infructuosos intentos que lo llevaron en una oportunidad a convertirse en esclavo), podemos observar que ciertas características no son tan lejanas a la realidad que vivimos hoy. Nuestra sociedad está claramente estratificada (dividida) según el poder adquisitivo y sobre todo por el origen se sus ciudadanos.

La anhelada movilidad social (para las clases media y baja), que se puede alcanzar por ejemplo, a través del logro de un título universitario, es un fenómeno que puede sacar de su lugar a algunos miembros de la sociedad. ¿Crees tú que la movilidad social es una mala idea? ¿Será mejor la idea de descubrir para qué estoy hecho y vivir acorde a eso? ¿Qué pasa si el rol que me corresponde cumplir es distinto (o incluso se opone) a quien deseo ser? Pensando en este aspecto, en los roles de los ciudadanos ¿qué características propondrías tú para formar la ciudad ideal?.

Escritor: Javiera Díaz

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