En épocas de crisis, y cuando no también, estamos en la búsqueda de rendir y optimizar nuestro dinero, lo hacemos cada vez que aprovechamos las ofertas para realizar nuestras compras, al igual que al usar cupones de descuento. En otras ocasiones cuando existe mayor bonanza, preferimos ser más cautelosos y decidimos ahorrar e incluso invertir, a fin de cuenta es lo que siempre recomiendan los analistas financieros, asi que es una buena opción. Pero, de inmediato nos asalta la duda ¿en cuál entidad financiera confiamos nuestro dinero?
Por lo general, la alternativa más común y recomendada es la de los Bancos comerciales, no obstante, existe una oportunidad que aunque no es novedosa, cada vez se logra expandir en mayor medida en nuestros países, me refiero a las cooperativas, en las cuales puedes ahorrar, a la par que inviertes. Seguramente, a estas alturas te estarás preguntando: ¿cómo puede ser esto posible?
En la cooperativa eres socio y beneficiario.
Empecemos por definir en qué consiste una cooperativa, para que de esta manera puedas entender más claramente esta alternativa socio-económica. Se trata pues, de una asociación de personas, que comparten interés o necesidades en común y buscan satisfacerlas con el trabajo propio. Se podría considerar como una forma empresarial, con las ventajas de que en su mayoría están libres de pagar tributos y buscan el bienestar colectivo muy por encima del personal. Existen muchas finalidades de las cooperativas, asi es posible conseguirlas de tipo agrícolas, de servicios médicos, funerarios, seguros, y de ahorro y préstamo. No obstante, también es posible la existencia de una cooperativa de servicios múltiples.
Los principios sobre los que se basa una cooperativa independientemente de la razón de su existencia, son el trabajo, solidaridad, cooperación, asociación libre, gestión democrática, interés por la capacitación, colaboración con otras cooperativas y atención a la comunidad. En palabras resumidas, se trata pues de una empresa sin fines lucrativos, en la cual, desde el momento en el que decides aportar un porcentaje acordado, no sólo lo estás ahorrando sino que también te conviertes en socio de la misma, por lo cual recibirás ingresos por concepto de ganancias e interés. Dependiendo de la finalidad de la cooperativa, desde ella es posible acceder a servicios bancarios (prestamos, hipotecas, financiamientos, cuentas de ahorro), o servicios de otra índole, como médicos, funerarios, estudiantiles. Y como aquí, el fin es el bienestar colectivo y no los intereses de un accionista (porque todos lo son), se convierte asi en una alternativa de desarrollo local capaz de incentivar la participación económica de las personas.
No todo es color de rosa en una cooperativa.
Sin embargo, antes que corras a integrarte a una cooperativa, debes estar consciente de ciertos aspectos, que tal vez no resulten de tu agrado. Por ejemplo, en esta sociedad, todos deben trabajar por igual, nadie es jefe de nadie (recuerda: todos son socios), esto implica además que las ganancias se reparten de forma igualitaria independientemente de la labor que te corresponda dentro de la misma. Mi recomendación, es que te conviertas en accionista de la cooperativa que consideres de tu agrado, pero sin dejar de lado completamente las entidades bancarias comerciales, con sus beneficios adicionales.