En este texto, se expondrán las diferentes nociones y definiciones que existen acerca de la corrección de estilo, así como la función del corrector de estilo en el proceso de edición de diferentes documentos, en los aspectos textuales, lingüísticos, gramaticales y ortográficos.
La corrección de estilo es, según Reyes (2003), la identificación, eliminación y corrección de los errores ortográficos en textos. Para Polo (2007), la corrección de estilo se debe ocupar de la corrección genérica de los textos en su sentido general, debe detectar los errores lingüísticos y hacer la respectiva corrección ortotipográfica de los escritos. Por su parte, Barvo (1996) argumenta que la corrección de estilo debe hacer referencia a la consistencia, uniformidad del lenguaje, a la ortografía y reglas de estilo.
Por otra parte, Zavala (2006) dice que la corrección de estilo se debe encargar de la ilación y la estructura interna de la obra, debe atender a la forma y el fondo, señalar errores de concepto, proponer mejoras, encadenar la claridad formal y la claridad conceptual, esclarecer la terminología y buscar los términos precisos. Además, debe fijarse en el orden correcto de las oraciones en el aspecto sintáctico y en la uniformidad de la presentación de datos puntuales como notas, fechas, fichas bibliográficas, gráficas, entre otras. Asimismo, Zavala (2006) menciona que la corrección de estilo debe revisar la puntuación y debe tener en cuenta las reglas y los estilos editoriales.
En su manual de edición literaria y no literaria, Sharpe y Gunther (2005) mencionan que la corrección de estilo debe procurar la atención diligente a las reglas de la gramática, a la sintaxis y uniformidad del texto en general, y a las convenciones de uso y de estilo determinadas para la producción de los textos de las entidades que así lo exijan.
Según Alvis (2011), la corrección de estilo es una parte del proceso de edición en la cual se deben buscar los errores de gramática y de ortografía y se deben evaluar los diferentes niveles del texto que determinan la unidad de este mismo. Estos niveles son la superestructura, la macroestructura y la microestructura.
En su publicación, Alvis (2011) dice que la corrección de estilo debe corregir y no reescribir. Este ejercicio interviene en el plano tipográfico, pues se encarga de la unidad visual y gráfica de los textos; el nivel ortográfico, que debe estar de acuerdo con la norma prescriptiva; el nivel sintáctico, que debe ocuparse del cumplimiento de las reglas del idioma con respecto a la concordancia de género y número, de régimen preposicional, de conjugación verbal, entre otras. Otros aspectos de los que la corrección de estilo se debe ocupar son el nivel pragmático de la lengua y la edición, ya que la corrección debe velar porque se cumplan las reglas del comité editorial.
En relación con la corrección de estilo, Duque (2000) relaciona esta actividad con el proceso de edición, al describirla como una labor editorial que consiste en leer e inspeccionar las oraciones, los párrafos y cada palabra de los diferentes artículos para revisar en el nivel de la microestructura del texto.
Duque (2000) aclara que se puede presentar un tipo de corrección en la cual estén involucradas la corrección tipográfica o mecánica y la corrección literaria. Además, dice que mediante la corrección de estilo se debe comprobar la fluidez global del texto en la cual se incluyen las transiciones de párrafo a párrafo, la legibilidad del texto por medio de oraciones claras y una sintaxis sencilla, la consistencia, el uso de un vocabulario adecuado sin exceso de jerga, la precisión de la redacción, la longitud y variedad oracional, énfasis adecuados y un estilo consistente y coherente a lo largo del artículo y de cada sección del texto.
Con respecto a los errores más comunes que se deben detectar en el nivel estilístico, Alvar, Castillo, García, Jiménez y Medina (1999) reconocen las cacofonías, las repeticiones de términos y conceptos, las redundancias, los abusos de locuciones, adverbios y pronombres, y los problemas de orden y cohesión en los textos.
De acuerdo con el manual de estilo de la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República de Colombia (2009), el estilo y la corrección gramatical abarca no sólo aspectos estilísticos y tipográficos, sino que también debe tratar y garantizar el buen manejo de los tiempos, el uso correcto de las citas directas e indirectas, según el sistema escogido, los sinónimos y los términos, la concordancia gramatical, el uso adecuado de las mayúsculas, las abreviaturas, las siglas, los datos puntuales como fechas, horas y otros datos numéricos, la puntuación y los elementos visuales de edición como las negritas y las cursivas.
Adicionalmente, Moreno (2003), en su manual de corrección de la lengua española, hace énfasis en la coherencia y la cohesión como aspectos fundamentales de las estructuras textuales a los que la corrección de estilo debe atender.
Para una buena cohesión, Moreno (2003) recomienda la revisión, corrección e implementación de marcadores del discurso, los cuales define como unidades que tienen el objetivo de establecer el desarrollo lógico de un tema y su función en los textos es la de articular los diferentes constituyentes de estos.
Por otro lado y con respecto a las funciones del corrector de estilo, Barvo, Posada, Álvarez, Jiménez y Gil (2009) manifiestan que el corrector de estilo es la persona encargada de corregir fallas gramaticales, de sintaxis, semánticas y de ortografía. A él le compete unificar el tono y el registro del escrito, y debe adaptarlo a la variedad de español requerida para su publicación. También será el encargado de distinguir las mayúsculas y las minúsculas, y de decidir el uso de cursivas, comillas según las reglas de la casa editorial. Además, deberá decidir el formato de citas de pie de página y la unificación de la terminología. En caso de ser bilingüe, se encargará de revisar las traducciones para corroborar la correspondencia en todos los niveles de la traducción. Así mismo, describen al corrector de estilo como una persona que conoce, a la perfección, la gramática del español y los signos de corrección, está actualizado sobre los cambios publicados por la Real Academia Española y debe tener una mirada específica en cuanto al texto, sin que esto lleve a la pérdida del sentido general del texto.
Por todo lo anterior, se puede evidenciar que la función de la corrección de estilo no debe tener en cuenta, únicamente, los detalles minúsculos e internos de los textos como lo son la ortografía, la puntuación, la gramática, entre otros, sino que, al mismo tiempo, debe encargarse de articular el texto como un todo y velar para que tanto las estructuras macro y generales, como las micro e internas se entrelacen entre sí y lleven a la producción impecable, clara, natural y coherente de los textos.
Escritor: Jimmy Leonardo Arevalo Zuniga