Comprender un proceso complejo como lo es la integración social de minorías LGBTI en sociedades heteronormativas, parte de una visión equitativa e inclusiva desde una perspectiva que involucra la diversidad sexual, la educación y la inclusión como grandes ideas principales de un trabajo investigativo, que busca reconocer como agente transformador del desarrollo inclusivo, equitativo e íntegro de todas las personas, sea cual fuere su condición física, mental o sexual.
Para estudiar a la educación como un sistema de transformación social, es necesario abordar de manera imperante aspectos esenciales de la diversidad sexual. Si bien es cierto que muchas veces la diversidad sexual puede ser sugerida como una práctica que meramente amplia las necesidades y gustos sexuales de las personas, parece necesario realizar una salvedad ante esa definición y ahondar un poco más para poder ver la otra cara de la misma moneda. Escobar (2007) nos relata que la diversidad debe entenderse como un hecho de la sexualidad humana, la cual no debe denotarse como perversa; debe reconocerse como derecho a ser diferente y permitir la singularidad de cada persona. La misma ha nacido para oponerse a la imposición binaria de la heteronormatividad.
Y es que la naturalidad de la formación social masculinizada que ha existido por siglos, nos ha llevado a desarrollarnos como seres heterogéneos reproductores del conocimiento, por lo que estas nuevas aventuras disruptivas de las normas y estándares sociales, hacen de este tema una polémica total. A estas alturas de un desarrollo social postmoderno, ya no se puede hablar solo de la selección natural binaria hombre-mujer, sino que ciertamente, el abanico de tendencias ha aumentado; dentro del mismo se encuentra la minoría LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales) que siguen siendo humanos, ciudadanos, personas, con la diferencia de que ellos carecen de un sistema inclusivo social, lo que condiciona a la tan llamada discriminación y estigmatización.
Es necesario que la educación, concebida como una creación humana, impulse y apoye cambios que promuevan la inclusión de todos sin distinción de raza, etnia, color o tendencia sexual. La educación es un proceso para el desarrollo y crecimiento de los seres humanos en el colectivo social. Frigerio y Lambruschini (2002) afirman que ejercer el oficio de educador busca “concretar un trabajo psíquico, llevar adelante una actividad intelectual reflexiva, y realizar la acción eminentemente política de coparticipar en la construcción de identidades de sujetos sociales, y de ser colaboradores en la formación de subjetividades”.(pág. 2).
El estudio de las individualidades y las convivencias discriminatorias por orientación sexual desde el ámbito educativo, permite conocer la importancia de la inclusión social y su afección en personas que sufren rechazo por no desarrollar patrones “normales” de convivencia (en este caso la no heterosexualidad) y romper con el orden social establecido. Para desarrollar métodos inclusivo-sociales desde un ambiente educativo, es necesario y primordial comenzar con procesos de sensibilización sobre el tema en cuestión, jornadas informativas que puedan llegar a las comunidades educativas y filtrar valores de aceptación, sensibilidad, fraternidad y apoyo hacia las personas discriminadas por su preferencia sexual. No se pretende formar en base al sentimiento de lástima, sino entorno a la lucha por la igualdad, inclusión y equidad, no solo de personas sexodiversas, sino de cualquier ser, sin importar etnia, color o condición.
Finalmente es necesario no olvidar, que la educación es uno de los canales más importantes de difusión, información y comunicación, a través del cual se puede promover y propiciar la inclusión de las personas con orientaciones sexuales diversas con el fin de encontrar un desarrollo educativo, social, íntegro y equitativo. La educación tiene el deber de ser inclusiva y transformadora desde cualquier perspectiva y promover la no discriminación. Es momento de desechar los modelos culturales añejos y caducos, para darle paso a nuevas transiciones sociales y permitirle a las sociedades y nacionalidades, desarrollar y crear propuestas educativas que satisfagan las necesidades de todos sin exclusión.
Escritor: Andrea Bermudez