La escritura es una forma de comunicación que es utilizada por el hombre (en forma genérica) desde hace miles de años y responde a la necesidad de intercambiar ideas, palabras, sentimientos y pensamientos con otros seres humanos, utilizando para esto símbolos que nosotros llamamos y conocemos como letras. En un comienzo la comunicación se efectuaba por medio de sonidos guturales, los que fueron evolucionando hasta transformarse en sonidos intencionados que se convirtieron en palabras, pero esta interacción no era tan eficaz al distanciarnos físicamente, debido a esto acompañamos con gestos la emisión de sonidos y palabras, lo que muchas veces es más efectivo, cobrando así validez la frase “un gesto dice más que mil palabras”, gracias a esto es universal el gesto con la mano para decir ¡ven!, ¡hola! o ¡adiós! entre otros poco decorosos que en esta oportunidad vamos a obviar…pero aquí también encontramos una “piedra de tope” ¿Cuál?…¡la visión! ya que dependiendo de nuestra visual, a cierta distancia captamos poco, casi o nada y ahí la comunicación se “contamina” teniendo como consecuencia que cada uno/a ve lo que quiere, lo que puede o lo que le conviene; pero el ser humano es tan ingenioso que inventó las señales de humo para comunicarse a distancia, las que hoy en día son poco aplicables por la gran contaminación ambiental que nos aqueja y por lo tanto sería imposible descifrar algún mensaje con tanto smog.
Como los humanos somos seres sociales y por ende no nos gusta ni nos hace bien estar solos/as, buscamos la manera de mantenernos en contacto y acortar las distancias, fue así que evolucionamos la comunicación escrita pasando de dibujos en las cavernas, trazos intencionados y signos a las LETRAS que unidas unas con otras forman palabras, oraciones, frases, párrafos y textos que nos mantienen comunicados a pesar del tiempo y la distancia…que mágico…porque las palabras se las lleva el viento en cambio lo escrito permanece, permitiéndonos viajar en el tiempo (pasado o futuro), traspasar información, hechos, historias y anécdotas de una generación a otra, evocar a una persona, conocer la historia del país y del mundo, revivir algún momento que nos marcó…¿quién no tiene guardada por allí alguna carta de amor?, ¿una dedicatoria de algún/a compañero/a de colegio? o ¿algo escrito de puño y letra por alguien que físicamente no está con nosotros y que no podemos o no queremos olvidar y que por eso su escrito lo guardamos como un tesoro?, de acuerdo a esto evoco una canción:”Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esta razón…etc” ¡pues yo tampoco! ya que por medio de la comunicación escrita nos mantenemos unidos, acompañados, conectados e impide que olvidemos al otro/a que forma o formó parte de nuestra vida, es decir, NOS MANTIENE COMUNICADOS.
Claro está que con tantos avances tecnológicos, hemos ido perdiendo la capacidad de comunicarnos eficiente y correctamente a través de este medio, minimizando el uso de palabras y reemplazándolas con imágenes (“emoticones”) o simplemente haciendo abreviaturas antojadizas de palabras, incurriendo en faltas aberrantes que son un insulto a nuestro hermoso y amplio idioma español. Es lamentable que los niños/as, jóvenes e incluso adultos estén sumergidos en este “mundo tecnológico de los mensajes de texto” que han mutilado nuestra capacidad para usar correctamente el lenguaje escrito y lo que es peor aún, que no les importe porque prefieren privilegiar la rapidez, la comodidad y simpleza en el vocabulario escrito.
Cuando se lee un libro u otro escrito de cualquier temática, se amplía el horizonte cultural, desarrollamos la imaginación, mejoramos la ortografía y redacción, aumentamos los niveles de concentración, incorporamos nuevas palabras a nuestro lenguaje y tenemos la gran oportunidad de sumergirnos en la mente gestora del escrito, viendo así un hecho desde otra perspectiva, es decir, solo obtenemos beneficios. Lo mismo ocurre al escribir, nos enfrentamos a una página en blanco que está dispuesta para nosotros, en donde podemos plasmar por medio de la escritura nuestras ideas, pensamientos, sentimientos, opiniones, reflexiones y por sobre todo es una instancia de creación.
Al escribir esta especie de ensayo me sentí como Carrie Bradshaw (para los que no la conocen es la protagonista de la serie Sex and the City) que semana a semana se ve enfrentada a esta página en blanco en donde debe escribir su columna para el “periódico” y muchas veces no encuentra las palabras apropiadas para comenzar y desarrollar su tema, pero siempre lo logra y con mucho éxito…espero que ocurra lo mismo conmigo.
Escritor: Mireya S. Álvarez P.