La globalización y el paradojal redescubrimiento del territorio mientras la sociedad se transforma en glocalización

 La circunstancia de un solo mundo vivido por muchos no es nueva, sí la consciencia del mismo. En los últimos años se produce un cambio de concepciones, el pasaje de la idea de internacionalización a la de globalización, entrando la cultura como factor privilegiado en el nuevo escenario brindado por la dimensión global. El espacio delimitado de lo local, el territorio y la cultura Parecería que como un nosotros crea simultáneamente un otro, la globalización crea o se constituye constituyendo la llamada glocalización.

Es en este sentido que se acuerda con lo expresado por Roldán quien considera que los sujetos sociales se conforman al hacer de sus propias culturas subculturas. Valga observar que el carácter de “sub” se asume en tanto concebida dentro de una más amplia, la “cultura global”. Se estima que este aspecto de culturas subalternas, analizadas como un valor pasible de variación, muestra el movimiento de oscilación entre lo cosmopolita y lo local, que las modela y “las acuna”.

Mencionada la importancia de la dimensión cultural es necesario adentrarse en ella. Roldán sostiene que “En cuanto significado, orientación, contenido, eficacia a la casi totalidad de las acciones humanas, la cultura es al mismo tiempo el mayor factor de humanización (…) y el mayor factor de regularización y control de cada tipo de comportamiento, de relación social, de intercambio de recursos, en primer lugar de aquellos sexuales, de actividad física también [(…) no hay prácticamente ninguno que no sea influenciado de algún modo por los modelos culturales]” .

Castoriadis emprende una labor que apunta a responder ¿Qué es una sociedad? y ¿Qué es lo que mantiene unida a una sociedad? En el marco de éste trabajo expone que el sujeto esta construido “por y para una sociedad” y que éste no la porta consigo como algo externo sino que él mismo “es una parte” de aquella. El filósofo observa así que cada sociedad crea un “cerco de información” que establece todo lo que es y lo que no es – lo bueno y lo malo, lo justo e injusto, qué es Dios, qué es ser mujer, hombre, qué es nación, etc.-, el cual será protegido ante cualquier evento concebido como uno que lo pueda “herir de muerte”. Bajo esta concepción se entiende que cualquier ser humano, en tanto sujeto social, con una merma de su cultura o de un determinado tipo de socialización se siente herido de muerte.

nacional, se considera el concepto de etnia de Cohen para pensar la conformación de los grupos sociales. En efecto, la pertenencia a un grupo cultural y económico recorre la entera experiencia histórica de cada individuo, señalando sea un camino común, sea uno diverso respecto de aquellos concebidos como símiles o diferentes culturales en base al seguimiento o no de las normas de la propia comunidad.El cordón umbilical y la glocalización. La transformación y lo paradojal espacio de lo global. el tejido global. Es esta, a mi modo de ver, una posible imagen de la glocalización.

Lo planteado se estima en sintonía a lo sostenido por Smith respecto a una cultura mundial y global, en tanto argumenta que “se trata de fuerzas todavía impares contra el reproducirse y el multiplicarse de innumerables fuentes de diversidad y de conflicto, para superarlas y realizar una única cultura mundial serían necesarios potentes disparadores unificantes a múltiples niveles – al mismo tiempo socio-culturales, económico y político – que al momento actual no son previsibles” .  Smith agrega una falta de “‘memoria del mundo’, es decir, un patrimonio común de símbolos y valores en grado de ser empleados para consolidar una común identidad” . Como sostiene Roldán , en línea con Martelli, este tipo de fenómenos debe ser objeto de análisis y comparación de la sociología de los procesos culturales a fin de comprender la dinámica social y cultural contemporánea, que bien presenta la coyuntura descripta por Smith a sabiendas de la existencia de “áreas” y prácticas modelo de versiones inter-continentales donde se tiende a mitigar algunos de los efectos de los conflictos etno-nacionales.

Bibliografía

• Bettin Lattes Gianfranco y Raffini Luca, (2011), En Manuale di Sociologia, Volume I, Ed. Dott. Antonio Milani (CEDAM)

• Castoriadis Cornelius, (1989), En La institución imaginaria de la sociedad, Tomo 2. El imaginario social y la institución, Barcelona, Ed. Tusquets.

• Roldán Verónica, (2001), “Definizione di cultura 3 ”, “La storia infinita”, “Sociologia della cultura–globalizzazione”, En Sociologia dei processi culturali, Università per Stranieri di Perugia.

Escritor: Valeria Silvana Roldán