La Literatura Basura

Es un fenómeno reciente y de orígenes inciertos; nadie sabe con seguridad de dónde salió o cuál fue su primer precedente, pero lo cierto es que llegó para quedarse: la literatura basura. Para la crítica literaria en pleno, y en especial sus sectores más ortodoxos, ésta nueva forma de literatura constituye algo así como la hermana negada de la novela rosa; para los lectores refinados, que han logrado desarrollar un gusto por la literatura “de verdad” estas obras no son más que esperpentos creados con la única finalidad de hacer dinero, lo que equipara este fenómeno con otro no menos reconocido: los best sellers, condición que se anuncia con orgullo cuando una de estas historias es llevada al cine o la televisión y que incluso se anuncia con un sticker metálico en el libro. Por lo mismo, consideran que estos autores no son más que unos mediocres que se vendieron a sí mismos y a su obra, por dinero.

Pese a ello, también esta nueva forma de escribir tiene toda una legión de fans alrededor del mundo; algunos aceptan que es un placer culposo mientras que otros tantos, la consideran una rama de la literatura tan respetable y de tanto valor artístico como cualquier otra vertiente considerada seria. Ahora bien, las primeras dudas que asaltan a quienes se les plantea el tema es: ¿cuál es a ciencia cierta la literatura basura? Y ¿qué determina la línea divisoria entre la buena y la mala literatura? Para hallar la respuesta a estas preguntas, será necesario ahondar en algunos de los más claros y representativos ejemplos de la literatura basura.

El autor más reconocido de este poco elogiado tipo de literatura es, sin duda alguna, Paulo Coelho. Para sus detractores, sus obras son un abominable híbrido entre una novela rosa y un libro de auto – superación personal. Esta ecuación, que constituye su gallina de los huevos de oro, es la que lo ha encumbrado como uno de los autores más leídos y admirados alrededor del mundo…al margen de la calidad de sus obras. Sus seguidores, por otra parte, resaltan de sus obras los consejos y las reflexiones existencialistas (propias de libro de auto – ayuda) y lo atractivo, fascinante y atrapante de su trama (propio de la novela rosa).

A Coelho, en número de ventas y fans en el mundo, le siguen autores que además de escribir obras de dudosa calidad literaria, han promovido una moda entre la literatura contemporánea de baja denominación: las sagas y las trilogías. Algunas de las más famosas, y casi igualmente polémicas, son Crepúsculo de Stephanie Meyer, Cincuenta Sombras de Grey de E.L. James, Harry Potter de J.K. Rowlling, El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien y Los Juegos del Hambre de Suzanne Collins; todos ellos dirigidos a jóvenes y adolescentes.

Sin embargo, y contrario a lo que se podría pensar, el auge de los autores de literatura basura no es un fenómeno exclusivo de Europa y Estados Unidos: también en Latinoamerica, otros autores, además de Paulo Coelho, entrarían dentro de este grupo de autores que se perfilan como los nuevos escritores malditos. de Coelho y su obra) y Mario Mendoza son los ejemplos más representativos; y eso hablando solamente de la literatura colombiana. En cuanto al resto de la región, la voz que más se ha hecho escuchar, es la del polémico periodista, presentador y, prodigiosamente, también escritor Jaime Bayly.

Y ¿con qué se encuentra el lector que lee una obra de estos autores? Ante todo se da una separación (en pésimos términos) de los preceptos y las estructuras propias de la literatura tradicional, se presentan personajes telenovelescos, de estructura endeble y nula profundidad dramática o psicológica que se ven envueltos en situaciones propias de un culebrón, y que aquí son narradas en un lenguaje que, en su intento por ser accequible y comprensible para la mayoría, se reduce inevitablemente a una prosa escolar, básica y nimia. Se da claramente una variación de la ecuación de Coelho, combinando temáticas y personajes de telenovelas y películas con apenas una pizca de la realidad nacional, actual o histórica, presentada por medio de un discurso tan cursi y empalagoso como los diálogos de los personajes y las reflexiones personales del narrador.

No obstante, cabe resaltar también el hecho de que el surgimiento de esta nueva forma de hacer literatura casi que “en serie” como si fueran productos “Made in China”, llevó a la crítica, así como a un buen número de lectores, a reevaluar autores y obras hasta cierto punto admirados y reconocidos, degradándolos al nivel de estos autores de literatura basura. Tal es el caso de Isabel Allende, quien pasó de ser considerada una de las voces más emblemáticas de la literatura latinoamericana, seguidora de los pasos de García Márquez en la línea del realismo mágico, a ser uno más entre esos autores que sacan un libro al año todos los años, una imitadora, más que una seguidora, que llegó incluso a lanzar una trilogía y a quien, según la crítica actual, ni siquiera vale la pena considerar una escritora pues el calificativo le queda grande. Por lo mismo, se le considera sólo una escribidora, igual que todos los demás aficionados que hacen literatura en serie para venderla en masa.

En lo referente a la literatura norteamericana, sobresalen R.L. Stine, quien escribe novelas de terror dirigidas a niños y adolescentes, Richard Crichton, autor de ciencia ficción y Stephen King, una de las voces más reconocidas y emblemáticas del género del horror, como los más reconocidos autores que ahora están en la lista de los escritores de basura. No obstante, varios autores, se han salvado de caer en esta denominación: Juan Carlos Botero, Laura Esquivel, Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Angela Becerra y Jorge Franco, son apenas algunos de los autores que demuestran con su obra que la buena literatura aún sigue vigente y en boga, aún cuando sus obras no sean best-sellers.

Escritor: Carlos Andrés Gómez Tabares

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