LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CON LA EDUACIÓN

Es lamentable ver como en Colombia el tema de la calidad de nuestros profesionales parece no importar, y son pocas las instituciones que indagan sobre las causas por las cuales la investigación es una tarea a la cual pocos se quieren enfrentar; o la razón por la cual en ciencia y tecnología estemos a años luz de países desarrollados; mucho menos nos preguntamos sobre algo tan evidente cómo la escasez de profesionales con capacidad de fundar empresas de éxito.

Empecemos por analizar la familia como núcleo primario de todo ser humano, cimiento de la formación integral, primera influencia de la formación de nuestro carácter, y vemos que con frecuencia los padres no se preocupan porque en esta primera etapa de la vida, el infante adquiera prácticas que desarrollen a futuro su conocimiento; no se infunden habilidades como el orden, la relación, la memoria, el ejemplo más claro lo podemos encontrar en algo tan simple como una comunicación oral durante la cual el padre en vez de corregir y enseñar a articular de manera correcta a sus hijo cuando lo escucha pronunciar algo gracioso al utilizar mal las sílabas, se ríe, o simplemente en el afán de demostrar afecto al menor, termina hablándole con los mismos garabatos.

Es lamentable que en aquella importante etapa inicial de nuestra formación, los padres cuando no se ven obligados a laborar, se limitan a alimentar, a asear, y a proporcionarnos los demás cuidados básicos para nuestra subsistencia, todo ello, sin aporte intelectual.

En segundo lugar, las instituciones de educación formal, la cual comprende los niveles de preescolar, educación básica y educación media, allí tampoco brindan los educadores las herramientas necesarias para el desenvolvimiento del estudiante en la vida cotidiana tales como la lectura, no mirada sólo como traducción de signos sino como la manera de llegar a la interpretación general de un texto y llegar a una conclusión lógica sobre lo leído, la coherencia y la lógica, como elementos fundamentales a la hora de enfrentar un problema matemático donde es preciso hallar la operación correcta para resolverlo, y las materias complejas y no menos importantes como son las ciencias y la filosofía.

Podemos decir que estamos tan cortos de educación en Colombia que ni siquiera se enseña sino que se pretende enseñar, y es una aseveración que hago con conocimiento de causa al encontrarme día a día con alumnos universitarios con mala redacción, deplorable ortografía, y deficiente interpretación de lectura, sin dejar de lado que cualquier persona debe cómo mínimo sumar, restar, y realizar otras operaciones básicas que no saben hacer sin ayuda de la calculadora.

Ahora la educación superior en la que se ha vuelto mucho más importante para las entidades educativas pensar en la rentabilidad que debe generarse en el respectivo semestre, que en las medidas a tenerse en cuenta para el mejoramiento y la óptima formación de los estudiantes los cuales deben egresar con la capacidad de enfrentar cualquier reto que se les presente, tanto en lo profesional como en lo personal. Vemos como cada día la formación profesional es más precaria y la cátedra debe ser mirada como el espacio propicio para reforzar aspectos tales como la interpretación de lectura, la investigación, entre otros. No debemos presumir que los estudiantes ya conocen, indaguemos.

No puedo terminar el presente escrito sin mencionar lo ocurrido hace poco en dos de las universidades más prestigiosas de la ciudad de la eterna primavera, donde en una de ellas varios estudiantes presentaron falso un certificado de inglés que requerían para su graduación, y en la otra, se presentó un penoso escándalo protagonizado por estudiantes y personal administrativo al detectarse que estos últimos adulteraban notas en el sistema para evitar repetir materias que en realidad habían reprobado los alumnos, a cambio de que éstos pagaran por el favor. Si aquellos estudiantes fueran de medicina pagaría por ver la cara de uno de los empleados de dichas universidades en un hospital, percatándose que está a punto de ser operado por un cirujano que él hubiera ayudado a graduar con trampas porque, muy seguramente, dicho médico no es un profesional idóneo.

Finalmente, preguntémonos ¿a nuestro Estado Colombiano le preocupa nuestra educación?. La respuesta no es difícil de obtener si sólo pensamos en las gestiones que se hacen para modificar los modelos pedagógicos, en las politícas de educación y, finalmente, en la programación que se transmite por televisión, un reality, una serie, otra novela sobre narcotráfico, cualquier cosa con tal de que no se esté pensando en lo realmente importante; por Dios, canales privados o públicos, es de suma importancia y una necesidad supervisar el uso de tan importante medio de comunicación.

La consigna general debe ser una educación con calidad porque sólo el aprendizaje nos lleva al conocimiento, componente fundamental para realizar todas las actividades y tareas, llegar a las metas, lograr estabilidad, e inevitablemente alcanzar el éxito; también pensemos en el impacto que tendría para el desarrollo del país llegar al punto de lograr que, semestre a semestre, germinen miles de profesionales con excelente formación.

Detrás de Simón Bolívar estuvo su mentor Simón Rodríguez, gran filósofo y educador; detrás de Alejandro Magno estuvo el polímata Aristóteles y cómo ellos, podríamos seguir señalando a otros próceres y sus tutores, para concluir que el conocimiento siempre ha estado ahí.

Escritor: Olga Piedrahita