La trayectoria de Wang Wei en Wang Chuan

   Durante el próspero periodo T’ang, las fincas se multiplicaron rápidamente. Como la gente moderna posee un auto elegante, entonces era muy de moda tener un chalet para la gente en aquel período, de modo que tener chalet se convirtió en un criterio específico para evaluar el estándar de vida de uno, y luego formó un nuevo modo de vivir. Después de más de cien años en desarrollo, el imperio T’ang ya había alcanzado su cima con política muy estable, sin precedentes y con economía bastante floreciente.

En aquel entonces, los letrados, tanto los que ya han trabajado en el gobierno, como aquellos que no consiguieron pasar el examen imperial con éxito, casi todos podían pagar su propio chalet, y, muy curiosamente, les obsesionaba mucho ocupar sitios con paisaje hermoso y ameno para poner chalet y lo seguíaban como meta de la vida.

Poco a poco, aquellos chalets les ofrecieron a los letrados un ambiente muy agradable para vivir y, al mismo tiempo, les facilitó la manera para vivir aislados como ermitaños, inspirándoles la creación de poemas paisajísticos.

Además, según la norma que les pusieron, los funcionarios en el gobierno central tenían un día de descanso que se llamaba 休沐( shiou mu, descansar y lavarse el cabello ) después de cada diez días hábiles. Tal regla también ha ayudado el gran aumento de casas de campos, porque aquellos funcionarios muy ocupados en el servicio oficial, podían aprovechar el tiempo libre para liberarse  del estrés acumulado en una atmósfera plenamente relajante. De ahí que los funcionarios sobre todo, gozaron de privilegio y tenían mucho dinero y poseían un nuevo sitio para descansar, y eso fue una de las causas principales por lo que valoraban cada vez más el shiou mu.

El año 752, el emperador Hsüan Tsung dio un decreto que de aquel entonces, tanto la aristocracia como los magnates y los funcionarios ya no necesitaban pedir permiso previo del gobierno central, antes de comprar chalet o de comprar una finca de propiedad privada, podían hacerlo a sus anchas, con toda libertad, con tal de que dispusieron fondos suficientes (“聞王公百官及富豪之家,比置莊園,咨行吞併,莫具章程.”) Ello ocasionó un desarrollo incesante y continuo aumento de chalets. Antes de aquel decreto, no todas las fincas estaban en mano de los clanes más famosos o poderosos, sino que también las poseía la clase popular. Al mismo tiempo, los funcionarios de aquel entonces seguieron la última moda de hacerse ermitaños en su tiempo libre; de lo que resultó una gran aparición de chalets casi por todas partes en Ch’angan y Loyang, ciudades que eran las dos metrópolis de la dinastía y los centros políticos y culturales. Por otra parte, tanto la capital Ch’angan como Loyang eran montañosas y rodeadas por un panorama grandioso; por lo que venía mucha gente a aquellas dos grandes ciudades para instalar su propiedad inmueble, como aparece mucho en los poemas de aquella época. Muchos poetas del T’ang próspero poseían chalets, cuya gran parte era herencia de los antepasados; por ejemplo, Meng Hao Jan y Tzu Yung (祖詠), dos muy amigos de Wang Wei ya habían poseido fincas de gran dimesión antes de servir en el gobierno.

Otros poetas solían vivir aislados, mientras se preparaban para el examen imperial en fincas pintorescas. Si echamos un vistazo a la recopilación de  los poemas de la dinastía T’ang, veremos una serie de poemas cuyo título tiene algo que ver con el chalet. El chalet, era una finca de dimnesión mayor o menor. Como muchos poetas del período T’ang tenían chalets, ya no fue necesario vivir  particularmente en la motaña o en las soledades para ser ermitaño, sino bastó que residieran en un mundo pequeño tan poético. Para aquellos entonces poetas y letrados, los chalets eran su propio oasis de paz; no se necesitaba buscarlo afuera.

Para los letrados que trabajaban en el gobierno, la combinación de retiramiento y tener los chalets fue cosa de mucha importancia, y formó una filosofía específica de la vida que se les clavaba en el corazón Cofucio dijo una vez: “用之則行,舍之則藏”( si me asignan un puesto, entonces trabajaré en el gobierno; pero si me abandonan, entonces me voy y seré ermitaño) China antigua, hasta que la dinastía Ch’ing fue derrocada en 1911, ha estado siempre en una época feudal, es decir, ha sido siempre una sociedad gobernada por el hombre, no por la ley constitucional.

En la dinastía Tang, aunque la gente teniá oportunidad de trabajar en el gobierno una vez que pasara el examen imperial, a pesar de un origen humilde, pero eso no le aseguraba que cada uno iría definidamente todo viento en popa en su cargo público. Es decir, cuando era suplantado por otro o perdía el favor de las autoridades, sentía naturalmente gran soledad sintiéndose frustrados en el trabajo. Entonces, los letrados chinos casi siempre caían en la miseria; casi siempre estaban en el dilema entre seguir su trabajo humilmente o abandonar el puesto  directamente. Casi no hubo excepción. Chiu Yuan (屈原),  poeta chino de primera línea, se dice que fue el primer letrado que se encontró en este tipo de dilemas. No importa cómo intentaran los letrados después de Chiu Yuan buscar una buena solución para resolverse entre los dos exremos; el dilema siempre estaba allí.

Eso justamente muestra la posición verdadera que poseían los letrados chinos en una sociedad y en un gobierno tradicional: entre seguir aún trabajando en el gobierno o dimitir el cargo, cuando sufrían tropiezos en la carrera; siempre titubeaban entre los dos citados extremos, sin permitirse la menor ambigüedad; porque desde hacia mucho tiempo la gente tenía la idea muy arraigada de que los ermitaños no se preocupaban por la política ni por el pueblo. O que era también imposible para aquellos que se preocupaban por la política y po el pueblo el hacerse ermitaños. Por ejemplo, Han Yu (韓愈), uno de los ocho maestros de la literatura antigua (古文) e innovodores del estilo literario entre la dinastía T’ang y la dinastía Sung de Norte (唐宋八大家), presentó su opinión en una carta dirigida al primer ministro, opinanndo que servir en el gobierno y ser ermitaño eran dos conceptos básicamente conflictivos, que no se podía conciliar. ( “ 山林者, 士之所以獨擅自養而不憂天下者之所安者也, 如有憂天下之心, 則不能矣. “ ) Para los confucionistas, un verdadero intelectual, o un letrado integral, no debía abandonar su propia vocación y apartarse del mundo fácilmente, a menos que se desesperara por la política por completo.

Por lo tanto, lo que hizo Wang Wei para reconciliar los conceptos conflictivos fue en efecto significante. No sólo eliminó la incompatibilidad entre servir en el gobierno y apartarse del mundo, sino que hizo poética la selección entre los dos  exremos. El poeta ignoró el esterotipo sobre los dos conceptos opuestos, e intentó tratar las cosas con una manera más abierta, flexible y diplomática, mientras aceptaba los vaivenes de su vida política con más tolerancia. Ya que se podía  “ estar en conmunión con la naturaleza vestiéndose traje de funcionario” (身拖朱紱猶可浪跡山水). No estaba de acuerdo con el prejuicio procedente de las seis  Dinastías (六朝) de que servir en el gobierno es vulgar, mientras esconderse en la montaña es más elevado. Para él, los dos eran compatibles e iguales. Si era posible ser ermitaño, hacer poemas, hasta llevar una vida de funcionario viviendo en su propio chalet, ¿ por qué no realizar el sueño con gran placer ?

La recopilación de Wang Chuan recoge veinte poemas paisajísticos escritos por Wang Wei y otros veinte armonizados por su mejor amigo, Pei Ti. Cada cuarteta pentasílaba de la colección describe, respectivamente, un pequeño rincón de Wang Chuan., canta su belleza extraordinaria. Aquellos árboles, aquellas floresitas, no dejaban de inspirar al poeta, nutría la creación con el frescor y la fragrancia vegetal, ofrecía una muestra verosímil de la vida, y la personalidad del poeta.

En comparación con otro estilo poético, la cuarteta es más apta para expresar el paisaje tranquilo y el humor plácido interior debido a su corto ritmo y la sílaba más pacífica, así que al versificar, Wang aplicaba muchas veces la cuarteta y la octava de cinco carácteres para describir el paisaje y su chalet.

Aquellas obras poéticas, las sentía el poeta cuando hacía versos según una observación detallida de las distintas características geográficas que tenía el entorno de Wang Chuan. De los veinte, cada uno describe un punto de interés, que es independiente pero al mismo tiempo relativamente relacionado con los otros, que al final forman parte de una serie muy agradable al oido y a la vista. Esa serie no sólo destaca por una imagen vívida y un colorido brillante, sino que muestra un lenguaje conciso y una concepción artística bastante hermosa y variable. Y es más importante el que esa colección amplia el ámbito del tema que el cuarteto de cinco  caracteres puede expresar, con lo que el poeta contribuyó especialmente a la renovación de la serie poética china.

Autor: Wang Jung