Las Naciones Unidas entran en la escuela

A través de modelo de las Naciones Unidas, diferentes colegios han encontrado la mejor manera de incursionar en temas de gran importancia global, no solo para promover el debate sano sino para enseñar a los jóvenes una perspectiva más amplia del mundo actual y formar en ellos otros valores y responsabilidades.

Cada día, el número de instituciones que lo adoptan crece positivamente y no solo lo desarrollan en su interior sino que asisten a diferentes convocatorias. Por ejemplo, el pasado mes de octubre se realizó el primer modelo de simulación de las Naciones Unidas para Bogotá, llamado SimONU, con la participación de más de 100 colegios de la capital, tanto públicos como privados, de 19 localidades, lo que permitió conformar grupos mixtos de trabajo, como explica Karen Chaves, asistente para la gestión del conocimiento del Centro de Información de las Naciones Unidas para Colombia, Ecuador y Venezuela.

En esta ocasión, el tema central fue el de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, donde los jóvenes se organizaron en comisiones conformadas por un presidente y un segundo presidente, que son la autoridad de cada comisión; ningún profesor ni funcionarios de los colegios intervienen en las discusiones, solamente brindan su asesoría para que se pueda desarrollar el modelo como ocurre en una reunión oficial de la ONU. También tuvieron la oportunidad de hablar sobre el proceso de paz en Colombia, ‘simulando’ lo que sucede en La Habana, con representantes de las Farc, del Gobierno, con puntos claros de análisis y discusión.

Los alumnos tienen que ‘meterse’ en los zapatos de lo que pasa en el país que representan, investigar sobre su realidad, su cultura, su historia e, incluso, como explica Karen Chaves, algunos llegan a utilizar el mismo acento que allí utilizan, y además deben proponer soluciones como en la vida real, apelando siempre a la vía pacífica, respetando las opiniones, las diferencias, pero exponiendo sus puntos de vista con argumentos. Hay sanciones en caso de mal comportamiento.

Fue un resultado muy positivo según alumnos y docentes, ya que también se promovieron el trabajo en equipo y la tolerancia a partir de reconocer lo mejor de cada uno y de entender que no todos somos iguales, lo que se reflejaba en los participantes, provenientes de diferentes localidades.

Objetivos globales

Ya a nivel general, el programa busca promover en los jóvenes la curiosidad por temas de política exterior y relaciones internacionales; la convivencia sana, el conocimiento y reconocimiento de otras culturas, la apropiación de la realidad mundial y la preocupación por la misma, así como el debate y las propuestas razonables.

Así lo refleja la experiencia de instituciones como el Colegio Anglo Americano, el Gimnasio Moderno o el Colegio Nueva Granada, pioneros en la aplicación del modelo, y en donde se habla de otros beneficios no solo no como institución sino a título individual, al lograr que los alumnos mejoren su expresión oral, sus procesos de escritura, de investigación, de exposición y que estén abierto a nuevas ideas, y que a medida que conozcan la realidad mundial entiendan también que no es fácil solucionar los problemas pero que hay que sentarse a dialogar y debatir en busca de las mejores soluciones.

¿Qué les aporta?

Para Fernando Valencia, director del programa de Naciones Unidas en el Colegio San Carlos (Institución educativa vinculada al mismo desde 1982) este modelo motiva a los estudiantes participantes a afianzar sus habilidades de oratoria argumentativa, hablar mejor en público, manejar situaciones de adversidad, resolver conflictos, ponerse de acuerdo y muy importante, aprender a jugar papeles que a veces no van con su forma de pensar, pero que le permiten escuchar al otro y a compartir experiencias provenientes de diferentes contextos y clases sociales.

En su concepto, para lograr un proceso exitoso es importante que cada organización construya una estructura muy sólida, con un manejo logístico preciso y con un gran trabajo en equipo. Esto significa que “los representantes elegidos lleguen a tiempo, estén bien presentados y, sobre todo, muy bien preparados para los temas que se van a discutir, para crear debates productivos y respetuosos de las normas de convivencia”.

Una gran experiencia, dicen alumnos como Alejandro Lobo, estudiante de décimo grado del Colegio San Carlos, quien resalta que este ejercicio le ha permitido “reconocer las realidades que vive cada persona en su contexto particular, y es una gran oportunidad para generar una mayor sensibilización social con respecto a temas como el proceso de paz, los derechos internacionales y aprender a investigar con mayor profundidad sobre temas generales.

Como persona, “me ha ayudado a mejorar mi capacidad de expresión de hablar frente a un grupo, dejar la timidez y manifestar con mayor claridad las ideas para defender una posición, sin generar conflictos radicales, sino propiciando una mayor reflexión en las personas que lo escuchan”.

Escritor: Ángel Galindo