LENGUAJE: LECTURA, ESCRITURA Y TECNOLOGÍA

La formación de toda persona dentro de una sociedad, esta involucrada a la capacidad del lenguaje como instrumento que se adquiere y desarrolla en contextos: familia, colegio y espacios socioculturales, junto con formas distintas de conocimiento, apreciación e interpretación de la realidad, para cubrir así unas necesidades particulares y colectivas de la sociedad. A partir de esto, en la formación del lenguaje, cabe resaltar el proceso en el que toda persona genera un significado que permite reconstruir un sentido en las manifestaciones lingüísticas, es decir, permitir a través del acercamiento a los procesos de lectura y escritura el desarrollo de competencias, que posibiliten el ser comprensivo y critico de las experiencias de vida y aprendizaje.

De esta manera, el desarrollo de procesos mentales como la abstracción, el análisis, la síntesis, la inferencia, la inducción, la deducción, la comparación y la asociación, hacen posible interactuar social y culturalmente a través del procesos de dialogo con escritores que plantean una visión de mundo, en sus obras y textos, expresión que lleva al individuo a articular sus habilidades y conocimientos para ser aplicados a su realidad y poder construir pensamiento y transformar su entorno. En la actualidad, el lenguaje se concibe ya en la construcción de espacios interculturales y también los tecnológicos que brindan nuevos ámbitos y recursos de mejoramiento y formación constante, que propician cambios de situaciones y actitudes a las exigencias y necesidades del siglo XXI.

No obstante, el acercamiento y la utilización de estas herramientas no deja de lado la interacción con otros instrumentos como lo son los libros; cabe citar la frase de Jorge Luis Borges “de todo los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de

su voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación”.1 Así, el libro, se podría catalogar como una forma de expresión más concreta de un mundo real y estético, de un mundo inspirado en conocimiento, en ideales, en experiencias y en la búsqueda de transformación de la sociedad. Al acercarnos a los libros y a los textos, estamos iniciando un camino que nos presenta diversos espacios o lugares imaginativos, utópicos e históricos y tal ves cercanos a cada una de nuestras vivencias.

Vendría bien cuestionarse, primero, sobre el manejo de las herramientas y aplicaciones que la tecnología nos presenta y segundo el papel que juegan los libros y textos y la importancia que estos tienen como parte del aprendizaje, sean experiencias de casa o del ámbito educativo. Al dar respuesta, no podríamos desvincular ninguno de estos dos escenarios, la interacción de la tecnología en el día a día, por los mismos requerimientos y las diversas posibilidades que ofrecen en un mundo globalizado; y la lectura y la escritura como ejercicios que llevan procesos de pensamiento, conocimiento y reflexión personal y social.

Es una gran labor la que deben presentar y realizar los procesos de formación y orientación, por que el medio tecnológico, busca atraer y llegar a los niños, jóvenes y adultos a través de entornos y comunidades virtuales, de redes sociales, de chat, de plataformas educativas, de sitios web con innumerables contenidos; sin embargo, encontramos brechas o falencias en la actividad de la lectura, el placer que genera y la habilidades que desarrolla. Leer representa una forma de valorar nuestro entorno, de apreciar experiencias de vida.

Es allí, donde, el aprendizaje en el hogar, las propuestas educativas y de los medios de comunicación deben encaminar nuevas rutas de mejoramiento, frente al manejo de la tecnología y al trabajo de fomentar la lectura y la escritura; Es decir crear espacios de diálogo y reflexión permanente entre estos escenarios de interacción, para ir menguando esa distancia de las costumbres fundamentales- leer y escribir- para garantizar, una excelente y productiva utilización de los medios tecnológicos, de poder comprender la información que se brinda y así crear sentido a los distintos escenarios de aprendizaje y socialización.

¿No aprendemos a leer signos, imágenes, palabras, gestos, emociones y pensamientos, desde muy chicos, en nuestro entorno familiar y escolar, con nuestros amigos y demás personas que hacen parte de nuestras vivencias?, El lenguaje se construye, en la comprensión e interpretación de un mundo idealizado, a veces de un mundo hecho poema, de una sociedad que necesita aprender a formar hábitos que complementen y reconstruyan la realidad.

Escritor: Samary Eugenia navarro garcia.

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