LOS JUICIOS ÉTICOS LIMITAN LOS MÉTODOS DISPONIBLES EN LA CREACIÓN DEL CONOCIMIENTO TANTO EN LAS ARTES COMO EN LAS CIENCIAS NATURALES. DISCUTA ESTA AFIRMACIÓN

Para poder discutir si los juicios éticos limitan los métodos disponibles en la creación de conocimiento, tanto en artes como en ciencias naturales, primero tenemos que analizar si existe un componente catalogado como “bueno” o “malo”, es decir, se debe concretar cuando un componente es “bueno” o “malo” y que este tenga un carácter universal sin restricciones temporales o culturales. Como se puede evidenciar rápidamente los juicios éticos están condicionados a nivel individual (personal) y colectivo (sociedad) y no gozan de un carácter universal. De este modo, una persona según su cultura y la época en la que vive catalogará como “bueno” o “malo”, generando juicios de valor condicionados a su visión limitada al tiempo y cultura, y otra persona en otro contexto diferente podrá tener un concepto diferente de lo “bueno” o “malo”, siendo ambas válidas.
Pero, ¿existe el arte bueno o malo? El arte es un área del conocimiento en el que pueden llegar a generarse discusiones en la concepción del propio concepto, supeditada a la cultura, costumbres, etc. de cada persona o sociedad. El ideal de belleza es un claro ejemplo, en épocas pasadas se consideraba positivo ilustrar las mujeres con obesidad, en la actualidad esta concepción ha cambiado radicalmente, ilustrándose a la mujer como esbelta, por tanto, los pintores actuales verán como “malo” ilustrar una mujer obesa, debido a que la sociedad nos ha empapado con el juicio de valor delgadez = belleza, pero en realidad ilustrar una mujer obesa no es ni “bueno” ni “malo”, ese apelativo lo cataloga la sociedad en la que vivimos y cambia en función del tiempo y las nuevas formas de vida.
Otro ejemplo interesante es el nudismo, para algunos artistas el nudismo es una expresión natural, para otro es un acto de exhibicionismo que debería estar totalmente prohibido, de esta forma unos en función de su juicio ético conformado desde su nacimiento, educación de los padres, contexto económico y social considerara el nudismo como una expresión del arte y otros como un acto de exhibicionismo, por tanto, se podría afirmar que los juicios éticos si afectan el desarrollo y evolución del arte, toda vez que indicar al creador y el público que observará la obra si es “bueno” o “malo” lo que se ilustra.
A título personal, y para cerrar el capítulo del arte, considero que el mismo es una expresión de nuestro ser a nivel individual y colectivo, por tanto, estará altamente influenciado por nuestra manera de observar la realidad y desarrollar juicios éticos, afirmando tantos argumentos y contrargumentos como queramos, pues los pilares básicos de dichos argumentos y contrargumentos descansaran en nuestros juicios.
Por otra parte, introduciéndonos en la ciencia, esta ha ido desarrollándose desde que las sociedades humanas sentir la necesidad de comprender el mundo y de aplicar este conocimiento para su beneficio. A partir del Renacimiento se convirtió en una actividad con unos métodos bien delimitados y durante el siglo XX su desarrollo ha sido explosivo, ya que nos ha permitido un conocimiento del mundo físico de una gran profundidad. En este mismo siglo hemos desarrollado métodos de análisis de los seres vivos y hoy vamos conociendo las bases moleculares y celulares de los organismos biológicos-y, como consecuencia, de nosotros mismos y nuestras patologías. Todo esto ha hecho que la investigación científica haya convertido en una actividad compleja con reglas de funcionamiento bien establecidas.
Un claro ejemplo de las limitaciones de los juicios éticos en los métodos de investigación en las ciencias naturales se puede encontrar en el uso de animales para experimentar. La sensibilidad de las sociedades avanzadas respecto a cómo tratamos a los animales en los laboratorios ha hecho que en la mayoría de los países se dicten normas cada vez más estrictas. Actualmente se ha aceptado el llamado «principio de las tres erres». Según este principio, a la hora de diseñar un experimento que utiliza animales hay que considerar si se puede reemplazar por otros métodos, si se puede reducir el número de animales y si es posible refinar los protocolos de manera que se reduzca el sufrimiento de los animales. En todo el mundo hay comités de experimentación animal que examinan los protocolos y los deben aprobar.
Otro aspecto en el que el trabajo del laboratorio está regulado de forma comprensible es el de la seguridad. Esto quiere decir que hay que controlar que los experimentos que se llevan a cabo en el laboratorio no puedan causar problemas de salud en los trabajadores que los realizan o en la población en general. Por ello hay normas que indican en qué condiciones se pueden llevar a cabo experimentos con organismos patógenos para los humanos o también para los animales. Hay también regulaciones que tratan de minimizar la posibilidad de efectos sobre el medio ambiente que podrían producirse por la experimentación con patógenos de animales o de plantas, o con su transporte.
Está claro que concepciones tradicionales en cuestiones tan importantes para nuestra sociedad como la paternidad han sido sacudidas por la aplicación de las técnicas de reproducción asistida, por dar un ejemplo. Y si queremos otro, los descubrimientos de las neurociencias, que en este momento están en plena fase de expansión, están haciendo tambalearse conceptos que están en la base de nuestra sociedad, como el del significado de la libertad individual. Por esta razón, es comprensible que haya personas que sientan que algunas convicciones íntimas están siendo atacadas por resultados de la ciencia y se pregunten hacia dónde nos lleva la investigación científica. Y una de las posibles conclusiones que a veces sentimos formulada es que hay que parar, al menos, algunos aspectos de la investigación.
Un caso emblemático se da en la búsqueda que utiliza células madre de origen embrionario humano. Por una parte, en su mayoría se ve la necesidad de hacer investigación en una vía que nos puede llevar a tratamientos que pueden resolver enfermedades basadas en la degeneración de algunos tejidos importantes, como es el caso de tejidos del corazón en infartos, de células del cerebro en la enfermedad de Parkinson o del páncreas en ciertos tipos de diabetes. Pero, por otra parte, hay personas que tienen fuertes convicciones según las que utilizar embriones humanos – incluso aquellos que resultan de programas de fecundación in vitro y que no se utilizarán – representa un ataque a la vida humana. Por estas personas, por ejemplo de religión católica, hacer utilizar embriones equivale prácticamente a un asesinato.
Cuando se presentan conflictos como estos hay que tomar decisiones que suelen ser difíciles. Los parlamentos están planteando este tipo de problemas de manera cada vez más frecuente y por eso les es útil que las posibles opciones hayan sido elaboradas por grupos integrados por personas con conocimiento científico, pero también con una formación jurídica o filosófica. Elaborar este tipo de cuestiones es también una función de los comités de ética. Hay que decir que estas opciones se plantean de forma diferente en cada país. El peso que se da en cada lugar a diferentes tipos de valores tiene una fuerte base cultural y por tanto es difícil generalizar.
Otro claro ejemplo sería la clonación humana y de animales, que tuvo un boom hace una década, estando en la actualidad limitada en la investigación por considerarse antiético y contrario a las disposiciones legales. La clonación humana podría argumentarse como un paso científico relevante para aumentar la longevidad, erradicar enfermedades fundamentadas en malformaciones, cáncer, mejoramiento de la especie humana, etc., las cuales son muy válidas y honorables. Por otra parte, atentaría contra la dignidad del ser humano, fuertes implicaciones sociales y jurídicas, pues podrían existir varios YO o crear humanos más inteligentes, fuertes, etc., surgiendo discriminaciones laborales y sociales, lo cual sería repudiado a nivel social.
Como se puede observar, ambos argumentos (“bueno” y “malo”) tienen sus ventajas e inconvenientes derivados de la percepción ética de la sociedad actual, valores éticos que podrían cambiar en una década, en dos, tres, etc., convirtiéndose lo “malo” en “bueno” y lo “bueno” en “malo”, por consiguiente los juicios éticos son cambiantes en el tiempo y según la sociedad.
De lo anterior, se observa que las investigaciones están condicionadas a los juicios morales, de los científicos, gobernadores y de la propia sociedad, por tanto, el juicio moral es el juicio inmediato práctico sobre el carácter moral de nuestras acciones. Se trata pues del medio por el que se puede conocer qué es el bien en un determinado lugar y momento que tiene en cuenta todas las circunstancias conocidas y conscientes del momento y de la situación.
Es el último juicio práctico de la mente, norma subjetiva de la moralidad, a través de la cual la ley (norma objetiva) se personaliza para lograr la plena eficacia en el orden ético. Pero el valor de la norma de la conciencia es diferente al de la ley: la ley obliga, la conciencia la manifiesta la persona.

CONCLUSIÓN
Los juicios éticos tienen un fuerte límite en la metodología de investigación que se utilizará para ampliar en conocimiento de las ciencias naturales, y más aún, cuando estas se fundamentan en métodos basados en la observación, requiriendo necesariamente someter a experimentos a diferentes animales e incluso seres humanos.
Por otra parte, y en relación al arte, su impacto no es tan notorio debido a que esta área del saber no requiere métodos de “laboratorio”, por tanto, los juicios éticos tendrán una menor repercusión, y serán más cambiantes en el tiempo que la ciencia.
De lo anterior, se podría escribir una historia de los juicios ético a lo largo de los siglos, determinando cambios que se han producido y los hechos más relevantes que los han motivado.
En resumen, los juicios éticos se fundamentan en nuestro interior, en la forma de observar la vida que cada individuo tiene, y por tanto, de la aplicación de “bueno” o “malo” sobre cualquier método de investigación que se utilice para ampliar el conocimiento de las ciencias naturales o el arte, o cualquier otro saber.

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