LOS NEGOCIOS ACTUALES

Hace una década, en Colombia, veíamos que para hacer negocios había que ser un emprendedor y no se necesitaba una idea revolucionaria. Pero, si se requería tesón y cumplir con una serie de requisitos, entre ellos: dinero, propio o a través de un préstamo, y para obtener este último se requería presentar un proyecto claro y bien fundamentado que tuviese TIR (Tasa Interna de Retorno), flujos de caja, contemplar costo del producto y costos de ventas y gastos por el local, los servicios, la nómina y demás.

Así que los profesionales en Administración de Empresas, Economistas y Contadores adquirían especial preponderancia, en aquellas épocas al ser solicitados para asesorar en nuevos proyectos. Y también se decidía si se era productor o intermediario en la cadena de valor o si iba a prestar un servicio. Si, el mundo comercial estaba bien definido… había el sector real de la economía, el sector servicios y el sistema financiero.

El servicio, como valor agregado, era otra cosa, era el factor diferenciador ante empresas productoras, con grandes economías de escala. Queríamos atender muy bien a las personas y empresas y para ello, la selección de personal adquirió relevancia. Sicólogos encabezaban los procesos evaluativos y se escogían perfiles, adecuados a cada una de las necesidades de la empresa, y también se miraban aspectos físicos del candidato: la excelente presentación personal, lenguaje verbal y no verbal y el nivel de confianza proyectada y muchos detalles más, pues la atención era Tu a Tu y no se podía fallar porque, al salir de la visita comercial, había un fila de vendedores ofreciendo más o menos el mismo producto o servicio. , eran los gritos de batalla. Pero, aún nos desplazábamos, nos presentábamos, hablábamos y mostrábamos el producto y/o servicio y lo intercambiábamos por dinero físico; para no enredar más la historia y entrar de lleno a lo que nos atañe hoy. pero, también trajo consigo grandes oportunidades de negocios.

La nueva forma de negociar, persona a persona, es sin que ninguno de los dos esté presente. Ya no conocemos físicamente a nuestro interlocutor, ni siquiera su voz. Ya no interactuamos físicamente con él. Nos remitimos a varias páginas virtuales, a una foto, a un texto. El comprador está más enterado que el vendedor de lo que quiere, no necesita argumentos sobre beneficios y ventajas del producto, ya los conoce y por ello está buscando eso, específicamente, es más ya sabe el precio; solo busca quien se lo consiga al menor costo y en el menor tiempo. No da anticipo. Y tampoco está importando mucho lo de las garantías. el nuevo Modus Vivendi. si, un plazo máximo de cinco días. ¿Se arriesga, tiene los proveedores, el capital inmediato y la actitud para soportar esto? Bienvenido.

Escritor: EDGAR AUGUSTO GARCIA MEDINA