Los niños en edad escolar viven su primera experiencia de diferentes maneras, dependiendo de la institución que escojan sus padres, hay instituciones educativas que tienen diferentes modelos y estrategias pedagógicas para enseñar, para empezar la vida de un niño en la sociedad.
Ahora bien se describe que la edad preescolar oscila en edades entre los 3 a 5 años, tanto para los grandes psicólogos como para los docentes es la época donde los niños experimentan desde todas las dimensiones su vida, ya sea jugando, ya sea obteniendo resultados académicos, ya sea compartiendo el espacio con diferentes personas, esto hace que el niño viva una vida rodeados de grandes retos para el futuro.
Los niños en general viven el día a día, no deben preocuparse más que por explorar con sus manos, creando obras de arte, tanto en lo artístico como en su proceso escritor, moldeando plastilina, haciendo bolitas, amasando, tocando, disfrutando de sus alimentos; todo esto lo lleva a mejorar su conjunto de habilidades motoras, así mismo los diferentes elementos que se desarrollan dentro de un aula de clase, pero lo más importante es saberlos escuchar. Ahora con una sociedad donde las familias disfuncionales, nuestros niños vienen con una carga emocional inmensa.
Ahora el colegio o la escuela se convierten en los espacio para dejar a los niños cuando los padres trabajan, un espacio para generar independencia y hasta a veces crear nuevos lazos familiares. Por ende es importante reconocer la educación que queremos brindar a esos niños, como es sabido las instituciones que ofrecen una educación preescolar siempre piensan en el niño del futuro, por eso los modelos pedagógicos de cada uno son diversos, algunos modelos que son más acogidos, no por todos, pero la gran mayoría, es la educación por medio del juego o por proyectos, cada uno tiene sus particularidades.
El primero guiado y reconocido por María Montessori (1870-1952), quien reconocía que el niño aprendía a través de su propio espacio y desde su propia experiencia a través de diferentes contextos de los cuales los que más se reconocen son desde su interés, desde su compartir; para llegar a crear un espacio continuo y eficaz para aprender para vivir.
En cambio la educación por proyectos es un poco más retador y complejo donde se da un enfoque más interdisciplinar a partir de un tema de interés y relacionándolo con cada una de las áreas del conocimiento. Si es bien sabido sus precursores fueron psicólogos y educadores tales como Lev Vygotsky, Jerome Bruner, Jean Piaget y John Dewey.
Pero como es bien sabido no solo estás están a la orden del día, hay muchas variadas y diversas maneras de emprender el camino a su vida escolar, en medio de muchas experiencias compartidas, estudiadas y socializadas, depende de la institución educativa la enseñanza para los niños y la experiencia ya sea buena, mala o regular en la vida de los infantes, estas quedaran marcadas en su vida.
Es por eso que es de gran importancia crear lazos afectivos con los infantes, reconocer sus habilidades, fortalezas y a su vez sus dificultades y sus debilidades, para comprender y entender las mejores prácticas que se pueden emplear para crear un ambiente ameno e interesante para él, no olvidando la parte primordial enseñar con afecto y amor lo que se necesita para ser mejor ciudadano.
Las primeras experiencias en el aula deben enfocarse en la diversificación de los estudiantes, no todos aprende en el mismo ritmo, no todos quieren aprender de la misma manera y los mismos contenidos. Es decir, debemos enfocarnos en brindarles las posibilidades de crear su propio aprendizaje por medio de ayudas independientes y sociales.
Los niños adquieren su aprendizaje por medio de relaciones con su entorno, no solo el que le brinda la escuela, sino el que le brinda la sociedad y su comunidad inmediata, por lo cual es necesario y propicio generar en la nueva era escolar una didáctica en donde se ofrezca mayores posibilidades para crear en los niños fortalezas en sus vivencias mezclándolas con su aprendizaje, aquel que los padres quieren y el que la sociedad exige.
Por: Diana Achuri Rodriguez