LOS NUEVOS MEDIOS CONFIGURAN NUEVOS CÓDIGOS

En la actualidad, la “escasez de lectura” en la gran mayoría de los estudiantes de la educación básica y superior es un problema y una realidad con las que un gran número de docentes ha tenido que lidiar; los interrogantes al respecto giran en su mayoría entorno a aquellos factores que causan el desapego o falta de deseo por la lectura de los textos que manejan el código escrito. Particularmente, la escasez de lectura ha sido el talón de Aquiles para los maestros de literatura, pues al promover la lectura literaria, sobre todo aquella que hace parte del canon clásico, los estudiantes no suelen pasar de las primeras páginas de una novela sin considerarla aburrida o fastidiosa.

A pesar de estos inconvenientes, el problema no radica en que los jóvenes no puedan dedicar horas a una actividad que requiera de su constante atención, concentración e interpretación, pues vemos que la gran mayoría de ellos pueden pasar mucho tiempo frente a la pantalla de su televisor, un computador o un videojuego resolviendo problemas, solucionando acertijos, opinando o rebatiendo argumentos en un estado de Facebook, Twitter, Myspace, entre otros espacios de la web.

Si se reflexiona sobre la dinámica comunicativa que ofrecen los medios masivos de comunicación como “lecturas” y que estas, al igual que la escritura, necesitan del dominio de códigos específicos para ser interpretados, entonces, nos damos cuenta que el problema principal no radicaría en que los estudiantes no estén leyendo, sino, que lo están haciendo de formas diferentes a las tradicionales. El poder dominar otros modos semióticos sería entrar en contacto con otros lenguajes que también crean significados. Si se limita, o más bien, si se generaliza que la lectura sólo concierne al texto escrito, se estaría mostrando tan solo una pequeña porción de la misma.

Gallardo (2006) nos dice que las urgencias culturales y comunicativas de hoy no son las mismas que tuvieron nuestros padres o abuelos, pues la forma de vivir el mundo actual es completamente diferente a la de ellos. Esta realidad se hace clara en la medida que podemos observar, que el código escrito ya no tiene la misma preminencia en la sociedad actual, pues los medios masivos de comunicación poco a poco lo han desplazado y puesto en el marco cultural lo visual, masivo, digital y virtual como elementos que dominan la vida pública y privada de la mayoría de las masas. Esta clase de textos y lecturas que ofrecen los medios hacen uso de la simultaneidad de diferentes modos semióticos para crear significado; esto se conoce como multimodalidad (Kress & Van Leeuwen, 2001).

No cabe duda que los avances en las nuevas tecnologías de la información como los celulares, tabletas, computadoras, entre otros, están presentes en casi todas las áreas de la vida moderna. Esto ha vuelto la preferencia de las masas hacia la “imagen” (Kress, 2003), y en consecuencia, han configurado lecturas gobernadas por su lógica, cuya dinámica de producción e interpretación se rige por sus propias reglas estructurales que difieren de las lógicas del texto escrito. Pero ¿Cuál es la diferencia entre estas dos lógicas?

Kress (2003), dice que la organización de la escritura se rige por la lógica del discurso hablado, por lo tanto, está presidida por la lógica del tiempo y la lógica de la secuencia de sus elementos en el tiempo en disposiciones gobernadas temporalmente; es decir, para hablar o escribir es necesario decir una cosa y después otra, una palabra y una frase tras otra, de tal manera que una vendría primero, luego otra y otra al final.

Por el contrario, la dinámica e interacción con la imagen y su información, como la que ofrecen los nuevos medios y, por ende, el texto multimodal, está gobernada por la lógica del espacio y por la lógica de la simultaneidad de sus elementos en disposiciones organizadas espacialmente. Con esta dinámica de lectura, el sujeto construye una ruta a partir del orden de los elementos visuales en el espacio de representación; por ejemplo, si uno o varios de dichos elementos se sitúan en el centro, por lo general adquieren una mayor primacía en comparación con los que están ubicados a su alrededor; o si se posicionan arriba toman un estatus de “superioridad” o por el contrario, si se ubican abajo tomarían un estatus de “inferioridad”.

Ahora bien, como el mundo actual se vuelca hacia la preferencia del texto multimodal en muchos ámbitos, y las nuevas tecnologías facilitan, apoyan e intensifican esta preferencia, las lecturas que configuran los medios están regidas por lógica de la imagen. Si se incluye a la escritura en estos textos, no tendría la misma preminencia para significar como la tendría en un libro, cuento o novela, pues con los medios, el código escrito estaría sometido a la lógica espacial; es decir, la escritura encajaría en cómo, cuándo y dónde el orden de los elementos espaciales de representación la ubiquen (Kress, 2003).

Los textos multimodales armonizan distintos signos, y permiten que un lector armonice diferentes modos semióticos, como lingüísticos, visuales, gestuales, auditivos, con el fin de extraer un significado coherente o más acorde con la intención del texto. Efectivamente, muchos de los adolescentes que están acostumbrados a los avances tecnológicos, poseen unas habilidades que les permiten decodificar los textos multimodales, habilidades que exigen procesos de interpretación más diversos, pues cada sistema semiótico tiene sus propias maneras de configurar el significado y poseen una carga o potencial comunicativo (Kress & Van Leeuwen, 2001). Entonces, y con lo dicho hasta el momento con respecto a la lectura, sería incorrecto hablar sobre la escasez de lectura, sino más bien sobre la falta de dominio del código de una de las muchas formas en las que esta se presenta: “la lectura del texto escrito”.

BIBLIOGRAFÍA

Gallardo Álvarez, I. (2006). La lectura de textos literarios en el colegio ¿Por qué no leen los estudiantes? Revista educación 30.

Kress, G. (2003). El alfabetismo en la era de los nuevos medios de comunicación. Traducción: J.M.Pomares. Ediciones Aljibe. Colecciones Aulae. Routledge, London.

Kress, G. and Van Leeuwen, T. (2001). Multimodal Discourse – The Modes and Media of Contemporary Communication. London: Arnold.

Escritor: Edward Morales Teherán

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