LOS PROBLEMAS DE NUESTRA SOCIEDAD

A medida que la humanidad hace grandes avances tecnológicos y científicos podemos notar también que el retroceso social es cada vez más evidente y podría decir que directamente proporcional a los progresos en estas áreas; dicho retroceso me ha hecho analizar y pensar cuáles pueden ser las causas de este deterioro.

Podría comenzar citando que una de las causas más graves es la pérdida de los valores morales que se inicia con la ruptura de la familia como eje de la sociedad. Dicha ruptura se gesta con la salida de papá y mamá al mercado laboral ya que en la época de nuestros abuelos y padres la madre era quien se encargaba de cimentar en los hijos las bases morales, el respeto y la educación necesaria para lograr mejores seres humanos.

La mujer logró a mediados del siglo pasado los derechos de igualdad que merecían en el ámbito social y laboral generando que dejara el hogar para buscar sus metas y obtener la independencia económica que anhelaba para su desarrollo profesional. Este cambió ha dejado a la familia en segundo plano lo que ha producido muchos de los problemas que vemos en la actualidad, familias rotas, jóvenes con problemas de comportamiento, drogas, alcohol, inestabilidad, depresión y soledad.

Hago esta reflexión sin ánimo de sonar machistas por cuanto desde mi opinión la mujer es y ha sido históricamente el eje del hogar y base fundamental de una familia equilibrada y si a esto le sumamos que la búsqueda de una mejor situación económica y todo lo que conlleva a incrementar lo netamente material ha implicado que las prioridades cambien y los padres más que educar sólo se dedican a proveer y olvidan que esto debe ir acompañado de amor, respeto, educación y normas que nos permitan vivir en comunidad.

En segundo lugar los valores se han ido perdiendo al abolir muchas de las cátedras que nos acompañaron a nosotros y a nuestros padres en nuestra niñez, sea el caso de clases como ética y moral, además de una educación religiosa que nos brinde una guía y orientación para nuestras vidas. Cabe aclarar que en este caso no hago referencia a la enseñanza de una religión si no de las bases morales que nos ayuden a tener una mejor vida sin importar el tipo de religión o creencia que se pueda tener.

En tercer lugar podría citar el rápido desarrollo tecnológico por cuanto en los últimos quince años los avances científicos han aumentado exponencialmente apoyados principalmente por la inversión de las multinacionales que ven en esta situación la posibilidad de seguir masificando sus productos y una forma de enganchar por decirlo de alguna manera a los clientes que se ven envueltos en un consumismos desenfrenado. Es este consumismo acompañado como lo mencione anteriormente de la pérdida de valores, de códigos personales y familiares lo que ha permitido que la tecnología se posicione tan drásticamente, por cuanto los padres en la mayoría de casos suplen su presencia con la compra de aparatos electrónicos tales como juegos de video, teléfonos inteligentes y han olvidado su rol como educadores y formadores de personas sanas y responsables.

En cuarto lugar podemos mencionar que ligado a los avances tecnológicos se encuentra la proliferación del acceso a internet y a las redes sociales, ya sea Facebook, twitter, whastapp, Skype, entre algunas de la muchas posibilidades que podemos encontrar el día de hoy a disposición nuestra y de nuestros jóvenes. Esta masificación del internet y de las redes sociales está generando un grave problema de comunicación, los muchachos ocupan gran parte de su tiempo por decirlo de alguna manera pegados a un ordenador escribiendo o chateando y poco a poco van perdiendo la capacidad de interrelacionarse con su entorno y en casos extremos prefieren vivir en mundos virtuales en donde pueden tener el rostros y las características físicas que les permitan sentirse aceptados y a desestimar el mundo real.

Es en este punto que se vuelve importante el seguimiento y acompañamiento de los padres para evitar que los jóvenes caigan envueltos en situaciones que pueden marcar su vida negativamente y es necesario que se orienten para que aprendan a dosificar los tiempos y que aprendan que en la vida hay cosas más importantes y enriquecedoras que la vida tecnológica, ayudarles a disfrutar de la naturaleza, de hablar y compartir con ellos todas las vivencias que los haga más fuertes física y mentalmente.

En conclusión debemos luchar por restaurar la familia como base de una sociedad sana y los padres deben apersonarse de sus hijos y entender que son ellos en gran medida quienes con su ejemplo aseguran individuos sanos mentalmente, seguros y sobre todo respetuosos de la sociedad. No olvidemos aquella frase que cita que el ejemplo viene por casa y somos nosotros los únicos que podemos lograr un cambio real que restaure una sociedad maltrecha y cada vez más desorientada.

Escritor: juan carlos parra gutierrez

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