Los últimos acontecimientos, ampliamente conocidos por la opinión pública, que tienen que ver con en el desarrollo de las obras de infraestructura en Colombia, en especial en su capital, y los correspondientes descalabros, tanto desde el punto de vista de los cronogramas de ejecución, como de los aspectos legales, financieros, presupuestales y éticos, han traído al orden del día, la imposibilidad de las teorías matemáticas, económicas, jurídicas, contables y administrativas de determinar, con algún grado de certeza, los costos reales de la puesta en marcha de un proyecto de factibilidad, cualquiera sea su naturaleza y destinación, llevando por ende.
A la consecuente, lógica y urgente revaluación de algunos de los supuestos teóricos que soportan dichas prácticas económicas y contables, por lo que es necesario replantear, desde todas las aristas, las bases jurídicas, técnicas y gerenciales del problema, como la necesidad de justificar filosófica y conceptualmente algunas metodologías que han tocado tantos temas sensibles como la pertinencia y justificación de las obras públicas y privadas, las consideraciones éticas y legales, la eficiencia gerencial, el control institucional y la eficacia en el manejo de la cosa pública y el interés privado.
Pensábamos que las dificultades en la concreción de los proyectos particulares y sociales solo ocurrían en Colombia, pero la noticia de los inconvenientes en la ejecución del Proyecto de Ampliación del Canal de Panamá y los sinsabores del vecino gigante, Brasil, que trata de organizar un mundial de fútbol para mediados del 2014 con retrasos, sobrecostos e infinidad de imprevistos, nos lleva a preguntarnos qué está pasando con todo el ciclo de los proyectos en general: la identificación de las necesidades de las comunidades, reales o no tanto; la evaluación en cuanto a los impactos; los dimensionamientos de las soluciones; los estudios de mercados; la priorización de las necesidades.
La evaluación de todas las alternativas para la satisfacción de las necesidades; la identificación de la solución óptima; la evaluación jurídica, económica, financiera, administrativa y de los impactos de la solución adoptada; la ejecución, el control y la auditoría de las obras, antes, durante y con posterioridad a la construcción de las mismas y de los sistemas auxiliares; la puesta en marcha del proyecto como unidad productiva económica y social que satisface una necesidad o necesidades de los ciudadanos con sus respectivas evaluaciones; los controles institucionales, periódicos y constantes, cuando el proyecto esté andando, son los temas a revisar en su totalidad.
Planteamiento del Problema Los modelos existentes de formulación y evaluación de proyectos de obras civiles y de proyectos de gestión, tanto privados como del sector público, no permiten una aproximación a una valoración y evaluación previa cercana a su valor monetario real final. Hipótesis de trabajo No es posible construir un modelo matemático global confiable que facilite la medición, costeo y valoración de un proyecto, con certidumbre del ciento por ciento en su integralidad, por cuanto los cálculos de los proyectistas pueden estar plagados de imprecisiones que afectan su credibilidad, y si bien, las cantidades de obras en planos son fácilmente cuantificables, la ejecución puede presentar variaciones que dificultan su costeo anterior a la ejecución, o sea la determinación de los precios reales con anticipación y por ende, la valoración total real.
Las variables que escapan a la voluntad del proyectista guardan relación con las limitaciones técnicas para conocer, en la práctica, los imprevistos que se presenten en el desarrollo del proyecto: qué esconden los suelos y subsuelos en su totalidad; la existencia de obras anteriores en los sitios de obra; la variación de los precios en el tiempo, lugar; disponibilidad de mano de obra, de la tierra, del transporte y de los materiales indispensables; la tercerización de tareas y su concurrencia en el mercado; la sobrecarga de trámites y la burocracia existente; la presencia de la corrupción como factor de incertidumbre; la debilidad de las leyes para la incorporación oportuna de predios privados a los proyectos y la falta de coordinación estratégica de las políticas y objetivos de desarrollo de las entidades ambientales con las encargadas de dirigir el desarrollo económico y de infraestructura del país.
Los evaluadores de los proyectos, deben tener en cuenta todas las anteriores variables, a las que deben agregar las expectativas de ganancia de los proponentes, su experiencia real, su respeto y apego a las normas de la ingeniería y a las normas de calidad, a la legislación laboral y ambiental, y a toda la legislación integral existente en el país. Solo es posible construir un modelo aproximado a partir de la valoración de pequeñas unidades de medición de obra, dejando abierta la valoración total a la suma de lo proyectado en planos, más la suma de los imprevistos con modelos ya existentes en la actualidad.
Tareas a realizar Como podemos ver, los retos para remover los cimientos teóricos de los supuestos de la literatura de la prospección son muy grandes, por lo tanto, se hace necesario comenzar a trabajar, como institución universitaria, en los aspectos teóricos de las ciencias económicas y contables, por lo menos los que tienen que ver con el costeo y los presupuestos; las bases jurídicas de la contratación de las obras públicas; la revisión de los modelos matemáticos que permiten el costeo de las cantidades de obra; el valor del dinero en el tiempo, variaciones de precios y la relación con los modelos de costeo. Por lo demás, el trabajo de campo jugará un importante papel, ya que las entrevistas con los empresarios, los proyectistas, los académicos y expertos en el tema nos permitirán revaluar y acercarnos a una nueva propuesta de evaluación y costeo de los proyectos privados, con aplicación a las obras de infraestructura y los proyectos públicos, de los que tanto necesitan nuestras comunidades.
Escritor: Javier Honorio Rosero Hernández
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