Los valores en la actualidad

Los valores personales son aquellos principios que nos inculcan desde niños, según la educación impartida en el hogar y el colegio. Es lo que nos define ante cada situación permitiéndonos discriminar entre lo que es bueno o malo. Cuando hablamos de valores, inmediatamente vienen a nuestra mente las palabras: amor, honestidad, tolerancia, paz, igualdad, respeto, solidaridad, entre otras. Es decir todas aquellas virtudes que posee una persona que la hacen única y la convierten en un ser especial y educado.

Cada individuo da una prioridad a sus valores dependiendo de su personalidad o criterio. Tomando en cuenta que cada ser es diferente uno del otro, surgen distintas preguntas según el punto de vista de cada quien en relación al tema: ¿qué valor es más importante que otro? ¿Si es necesario poner en práctica cada uno de los valores conocidos y fortalecerlos cada día? También se suele discutir sobre ¿quién posee buenos valores y quién no? Sin embargo, en la actualidad notamos con preocupación y tristeza que las personas poco a poco van obviando estas virtudes pero ¿por qué? ¿Qué está pasando con la educación de los valores? ¿Se deben enseñar valores en la escuela, cómo y por qué? Nos surgen estas y otras interrogantes cada día. .

Pues bien, dando respuestas a algunas de las preguntas planteadas, podría decir lo siguiente: ¡si claro que son importantes los valores en toda sociedad!, sin amor la humanidad ya se habría extinguido, sin tolerancia cómo podríamos convivir, sin honestidad cómo podrías ganar la confianza de alguien más, sin respeto ¡cómo serian de terribles las relaciones humanas

Haríamos una lista inmensa argumentada en la importancia de cada uno. Solemos criticar a aquella persona que comete un error si no actúa según los buenos valores, pero cuando somos nosotros quienes faltamos no nos gusta oír las opiniones de los demás. Etiquetar a alguien de mal educado o de ser una mala persona por sus acciones no es algo muy loable de nuestra parte, a mi juicio solo Dios puede juzgarnos. Sin embargo reflexionar un poco sobre nuestros actos es algo que deberíamos hacer más seguido y más si nuestro comportamiento ofende o lastima a quienes queremos, porque estos sentimientos son nocivos para las relaciones humanas.

Ahora bien, algunas personas no ponen en práctica los valores, aunque los conocen y saben cuáles son, porque sufren del síndrome de la siguiente frase: “si él o ella, no lo hace, yo tampoco”. Es así como se crea la cadena o virus que se va esparciendo por todo el mundo como una especie de pandemia, al hacer caso omiso de aquello que debemos hacer o no, según nuestra moral y principios.

Pienso firmemente que la educación de nuestros valores viene de casa, es decir la familia, que como bien sabemos es la base fundamental de la sociedad, también es la que debe inculcar a sus hijos, a los hijos de sus hijos y a todas sus generaciones futuras todo acerca de cada uno de los valores ¿qué son y para qué sirven? Como padres debemos velar porque nuestros hijos sean personas sanas física, mental y emocionalmente, ¿cómo podemos lograrlo? La respuesta está en los valores, esa debe ser su base fundamental.

La escuela juega un papel esencial sobre este tema, los maestros deben reafirmar y ejemplificarlos día a día. Cada docente como individuo debería ser alguien con muy buenas virtudes, bien definidas en su personalidad y de esta manera ser un modelo a seguir para sus alumnos, lo cual va desde el nivel educativo inicial hasta el superior. Sugiero de modo personal en este campo, una estrategia para reforzar los valores en cada niño o niña dentro de la institución educativa, es generar situaciones dentro del ambiente de enseñanza-aprendizaje donde deban emplear la práctica y libre ejercicio de ellos. En manos de las familias y maestros esta la posibilidad de formar individuos con valores definidos y arraigados.

Es claro que cada generación es diferente, la generación de mis abuelos fue distinta a la de mis padres y la mía a la generación actual. Se deben adaptar las situaciones a cada época que se está viviendo, pero sin dejar de un lado los valores, pues ellos definen quienes somos, a través de nuestras acciones, decisiones y actitudes. Aunque queramos vivir indiferentes a ellos es inevitable porque siempre estarán presentes.

Es preciso reconocer que lamentablemte en nuestra actualidad tenemos una crisis de valores, estamos algo desorientados al respecto, el norte de cada una de las virtudes que son importantes para la humanidad, se ha ido perdiendo y no se está haciendo nada para recuperarlo. Todos debemos meditar sobre este tema, autoevaluarnos y tratar de mejorar todo aquello que no permite que seamos mejores personas, nunca es tarde para darnos una segunda oportunidad. Trabajemos unidos para fomentarlos, sobre todo en nuestros niños quienes tienen en sus manos la posibilidad de cambiar el mundo por un lugar mejor.

Deberíamos proponer una campaña, donde se empiece a concientizar a las personas sobre la importancia que tienen los valores en cada uno de nosotros, que analicen cada circunstancia que se le presente y que pueda darse cuenta de si las acciones que toma en su debido momento, son las mejores o no. Comencemos ahora, empieza por ti.

Escritor: YURY HERNANDEZ

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