Médicos extranjeros, una profesión en auge

La sociedad actual y por qué no decirlo, los medios de comunicación, han provocado que la imagen más habitual que un ciudadano medio tiene al pensar en un inmigrante sea alguien de un estrato social más bien bajo, tal vez llegado en patera (aunque los datos indican que la entrada a nuestro país por este método no supera el 1%) que busca trabajo en la cola del paro o que si, efectivamente tiene un empleo, este es en el sector de la construcción, la limpieza o similares. No obstante, cada vez son más los inmigrantes cualificados en nuestro país y en ciertos sectores, como la medicina, sí consiguen encontrar trabajo.

No hay que olvidar que los médicos, en sus diferentes disciplinas, siempre suelen estar entre listado de las profesiones de difícil ocupación que da a conocer el estado año tras año y para las cuales es más fácil conseguir el permiso de trabajo. Así pues, en la Comunitat Valenciana existen actualmente 600 médicos extranjeros que pese a tener, en principio, una buena situación económica, también necesitan de otras cuestiones para su integración tanto en lo que respecta a su profesión como fuera de ella. Para facilitarles todo este proceso el sindicato CSI-F ha constituido su Sección de Médicos Extranjeros gracias, en buena medida, a la iniciativa de hombres como el sirio Hayssam Racho o de mujeres como la argentina Adriana Chávez.

La sección, que se presentó oficialmente el treinta de marzo, está ahora en sus primeros pasos, pues entre los objetivos primordiales está el volver a contactar con los médicos foráneos porque «se ha perdido un poco el contacto después de que se cerrara la sección de Médicos Extranjeros del Colegio de Médicos», indica un Racho que explica que la misma se cerró tras el cambio en la directiva colegial en septiembre del año pasado. recuerda que los médicos que ahora llegan tienen que enfrentarse a problemas diversos que van desde «adaptarse al sistema español de la seguridad social, saber cómo hacer una receta o los formularios para mandar al paciente a una u otra especialidad» hasta «aprender el idioma».

Desde la sección de médicos extranjeros se intenta ayudar a los compañeros en todas estas cuestiones y por eso se organizan charlas explicativas sobre la normativa española, se asesora personalmente a los recién llegados y también se les imparten clases de español si proceden de un país de habla no hispana. Algo que es posible, en gran medida, gracias a la colaboración de instituciones como la Generalitat Valenciana.

Racho le otorga también mucha importancia a los Congresos médicos que se organizan tanto en Valencia como a nivel internacional e incluso en países como el suyo porque «nos permiten conocernos y mejorar en nuestras respectivas disciplinas». Además, al extranjero le son útiles para aumentar sus redes sociales, algo tan importante cuando uno reside lejos de los suyos. La larga y cruenta guerra que arrasa Siria últimamente ha impedido que se organice allí un congreso de médicos extranjeros donde desde Valencia se mandaba cada año una nutrida expedición. Racho, mira al cielo, suspira, y espera que pronto se acabe con tanta barbarie.

Racho y Adriana coinciden en que a los foráneos les choca especialmente que algunas competencias en temas sanitarios estén descentralizadas y pueda cambiar la normativa si vives en una comunidad u otra: «Es algo que a muchos les cuesta entender, pero al final se adaptan», explica. Finalmente, se muestra orgulloso por la creación esta comisión de médicos extranjeros porque, entre otras cosas, es pionera en este país: «En ningún sitio de España existe algo similar, pero estamos abiertos a expandirlo donde haga falta» asevera.

Escritor: Gerard Sánchez Ferrando