Niños agresivos

Los niños son personitas con sentimientos y emociones, muchos dicen que son complicados, pero si son complicados los adultos ¿por qué los niños no? Un niño agresor no es que quiera serlo, es el resultado de su entorno y de lo más profundo de su corazón, muchas veces son más agredidos que los demás, ya que por su poco autocontrol se ven expuestos al rechazo de sus pares y lo que es peor aún de los adultos que no somos capaces de contener las emociones de nuestros pequeños y no alcanzamos a dimensionar que ellos razonan de una forma distinta.

Un niño agresor es un niño que necesita amor, comprensión, empatía y debemos entender de donde viene la rabia que hay en su corazón, puede ser por un padre ausente, falta de tiempo con sus pares etc. Todos los niños son distintos, piensan reaccionan y viven su vida de acuerdo a lo que nosotros les entregamos. La vida de hoy es más agitada que la pasada, los padres trabajan a la par y delegan sus labores a sus niñeras, el cansancio de nuestros trabajos hace que descansemos en la televisión, videos juegos que para nuestros niños son sus más fieles compañeros.

Cada día escucho distintas cosas, para los adultos, lo ideal es que no molesten mucho los niños, un niño inquieto suele ser un problema, más aún un niño agresor, el cual incomoda en la sala, en el hogar y a todos los lugares que va, sólo son castigados, criticados, lo que hace que su rabia aumente y la acumula con mucho dolor en su pequeño corazón. A los niños debemos explicarles porque se les castiga, enseñarles que es un acto de amor. Hace poco vi en las noticias que un pequeño de siete años mató a otro de ocho y uno se pregunta ¿qué pasó acá?

¿Un niño a esa edad tendrá esta mala intención? Sin duda que no, él también es víctima es un resultado de una sociedad que no se anticipa ante las señales de los niños, quizás este niño no sabía compartir y no midió su fuerza, o quizás no se prestó atención a lo que él veía en televisión o videojuegos, también la posibilidad de que en el hogar del niño exista este tipo de violencia, tanto que para él sea cotidiano y normal lo que sucedió.

Ahora ¿cómo recuperamos a este niño?, ¿qué hay en su corazón? ¿De que forma le hacemos entender que lo que hizo está mal sin que haya pena en su corazón? Es por eso que las señales de nuestros niños las debemos vigilar, explicarle que no todo lo que sucede en su entorno está bien, que ellos deben elegir el camino que quieren llevar, guiarlos hacía lo correcto. Hay que tener en claro que los niños no son adultos, por lo que debemos vigilarlos, guiarlos, amarlos, cuidarlos y protegerlos.

Si tenemos un niño que es distinto debemos buscar alternativas y resaltar sus cualidades positivas que participe de forma activa con niños de su edad para que conviva y comprenda el respeto hacía el prójimo que desarrolle su capacidad, de compartir, tolerar y saber perder sin frustrarse ya que un niño agresor se frustra de forma rápida y esto desencadena su posible agresión, debemos tranquilizarlo, darle paz, alejarlo del conflicto, indicarles porque no corresponde que haga una agresión, hacerlo que pida disculpas si es necesario y que reconcilie su relación con su par. Muchas veces he escuchado ¿Qué pasa con este niño que no entiende?, la pregunta debiera ser ¿Qué nos pasa a nosotros los adultos que no entendemos? Amor y paciencia para nuestros niños, pues ellos son nuestra esperanza de un futuro lleno de paz.

Escritor: paulina garrido