Pinceladas sobre la Lactancia Materna

Eso de que “nadie nos enseña a ser madres o padres” es un cliché que ha dejado de tener la veracidad de antaño. Actualmente, para bien o para mal, la información va de un lado a otro a través de libros, revistas, cursos presenciales en los centros de salud, el amplio universo de Internet, entre otras fuentes, y ese ir y venir puede aportar valiosas experiencias para adoptar en el modelo de crianza escogido, o bien sumir a los recientes progenitores en un mar de incertidumbres.

Es por ello que el sentido común, esa extraña capacidad que ha guiado a madres, abuelas y bisabuelas, que no es otra cosa que la propia conciencia y la experiencia que poco a poco se va adquiriendo en el día a día con el niño, debe cobrar la relevancia debida y permitir así a los padres desarrollar plenamente su nuevo rol. Hay temas de dudas recurrentes que pueden variar la satisfacción de sus respuestas en función del ámbito sociocultural en el que se desenvuelvan. Es el caso de la lactancia materna. La OMS y UNICEF recomiendan este tipo de alimentación de manera exclusiva y a demanda durante los 6 primeros meses de vida del bebé y a partir de ahí, mantenerla hasta los 2 años introduciendo otros alimentos de manera complementaria. Sin embargo, hay quienes por decisión propia, por recomendación médica o por motivos de diversa índole no pueden o simplemente no quieren seguir dicha recomendación.

En este punto entra también en juego la incompatibilidad del sistema laboral que en muchos países no considera esta recomendación para la concesión de la baja por maternidad, que así como en Suecia puede llegar a 96 semanas, en España no supera las 16 y en Portugal, las 12. Pero eso es otro tema. Mecánica de la toma Para quienes deciden apostar por esta recomendación, existen una serie de factores a tener en cuenta. sólo leche de la madre (ya sea extraída o directo del pecho) y a demanda. hijo.

. El niño sabe perfectamente cuánto necesita tomar y cada cuanto. Es fundamental dar un solo pecho cada vez, hasta que el niño lo suelte y ya a la siguiente toma ofrecer el otro. ¿Por qué? Muy simple: porque la leche tiene varias etapas. La primera que sale es muy líquida y tiene la función de hidratar y calmar la sed. Es como si de primer plato nos tomásemos una sopa. Luego viene la leche más entera, más grasa, más alimenticia, cuya función es aportar los nutrientes que el niño necesita. Es lo que llamaríamos el segundo plato, que bien podría ser un trozo de bistec. , el niño no haya alcanzado a probar bistec y se haya tenido que conformar con dos platos de sopa. Al principio puede resultar bastante duro, pero tarde o temprano el bebé acaba por adoptar un ritmo.

. Mientras más succiona el niño, más leche saldrá y, por norma general, no hará falta complementar con otro tipo de alimentación si se siguen estas recomendaciones (salvo situaciones médicas específicas) A partir del sexto mes de vida del bebé, ya se deberían empezar a introducir otros alimentos: cereales (primero sin gluten) y pan, frutas, verduras y carne, siempre dejando pasar 3 días antes de introducir un alimento nuevo para detectar posibles alergias o intolerancias. A los 9 meses, el pescado y la yema de huevo y a los 12 el huevo entero y algunas verduras como las acelgas que es preferible introducir de manera más tardía.

Los recientes padres deberían tener en cuenta que el chupete no se debe ofrecer hasta pasados los primeros 15 días de vida para evitar que el recién nacido confunda el tipo de succión que requiere el pezón respecto al del chupete. Sin embargo, cabe destacar que aunque aún no se ha demostrado, el chupete podría ser el mejor amigo “anti-muerte súbita”, al fomentar la constante succión del bebé.

¿Y todo esto por qué? Porque además de los beneficios a nivel alimentario y económico, la lactancia materna permite fomentar el desarrollo cognitivo y sensorial del niño, además de proporcionarle anticuerpos fundamentales para enfrentar posibles enfermedades. Y por si esto no fuera suficiente aliciente, la madre se beneficia de un menor riesgo de cáncer de ovario y de mama.

Escritor : Alejandra Velasco Blanquer