PODER, POLITICA Y COMUNICACIÓN EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

En la época actual los temas de la política y la educación se han vuelto casi obligatorios, o bien porque los dos temas se relacionan, o bien porque se utilizan para lograr unos objetivos inherentes a cada uno de los dos sectores. En este escrito se pretende realizar una reflexión acerca de la interacción entre la educación, el docente, los medios de comunicación, la política y el fortalecimiento de la democracia, como bases para generar una cultura de libre participación en las instituciones educativas.

Para reconocer dicha interacción, se analizará el papel que tienen los medios de comunicación en el manejo de la información y su influencia en la percepción del quehacer político, desde el punto de vista de su ejercicio y de la influencia positiva o negativa en la actualidad colombiana y en el proceso de modernización. También se analizará su influencia en los modelos educativos, razón por la cual se describirán los roles del docente como comunicador, líder y diseñador de herramientas educativas, además de realizar una breve explicación de los antecedentes políticos de Colombia en este contexto.

Teniendo en cuenta las ideas descritas con anterioridad, se pretende demostrar a lo largo de este escrito que Los medios de comunicación y el maestro como comunicador en ejercicio de su poder de liderazgo, generan en los procesos educativos, herramientas, que permiten el logro de competencias comunicativas y participativas en los miembros de una comunidad estudiantil, permitiendo el conocimiento, apropiación y el entendimiento de la importancia de la política y democracia como fuentes de desarrollo y convivencia en los espacios sociales.

Para sustentar la anterior idea, es necesaria una introducción a los medios de comunicación y su participación en la política y la educación como canales de interacción. Es sabido que los medios de comunicación tienen gran influencia en la percepción que tienen de la vida el ser humano y su entorno social; dicha injerencia coincide con el planteamiento de Thompson (1998:17) el cual explica que ‘’de manera fundamental, el uso de los medios de comunicación transforma la organización espacial y temporal de la vida social, creando nuevas formas de interacción y ejercicio del poder’’, ese poder se puede entender como la influencia que tiene al interior de las comunidades y de la sociedad en general.

Si retomamos la idea del manejo del poder (de los medios de comunicación) es relevante notar su intervención en asuntos educativos y sociales, como explica Valencia (2006:69): “La toma de decisiones, es el ejercicio del poder en la ejecución de una acción, o conjunto de acciones, que los agentes del poder, ya sea elegidos democráticamente o que se imponen despóticamente, determinan al interior de un grupo específico con un fin específico, la finalidad de la política es la que ha cambiado a lo largo de los años” Valencia (2006) explica que la mala política no es otra cosa que el resultado de un incorrecto ejercicio del poder. De acuerdo con esta afirmación, se puede decir que al llevar a cabo de manera incorrecta la función esperada del manejo político, los efectos se observan en la sociedad actual, y se reflejan en las diferentes crisis que se viven los países. En Colombia, se puede describir la crisis teniendo en cuenta las explicaciones de Corredor (2001), quien menciona que la crisis que atraviesa la sociedad colombiana desde los años ochenta se expresa en una marcada violencia que ha generado un freno en el desarrollo y un efecto social muy fuerte.

Las causas y consecuencias de dicha crisis se ven, explica Corredor (2001), en el orden económico, político, cultural e ideológico y se reflejan en una búsqueda constante de soluciones que han tratado de llegar a una sociedad moderna entendida como un complejo proceso histórico de construcción del hombre a la manera de autor de su obra. La modernidad exige que el hombre se haga responsable de si mismo, así como de las consecuencias de los actos que realiza. Este principio de modernidad permite retomar a la importancia de los medios de comunicación en los procesos educativos y políticos; se puede decir que la información mediática es una de las formas de ejercicio del poder que exige mayor responsabilidad en la sociedad por la influencia que tienen al transmitir la información.

La búsqueda de la modernidad entendida bajo dicho principio ha venido mostrando un freno en el desarrollo social y en el alivio de la crisis, a raíz de las prioridades que en el ejercicio del poder y la política se han dado en la sociedad colombiana, a través de los líderes que han ejercido dicha función y la visión que se ha tenido sobre el desarrollo a lo largo de la historia. El freno en el desarrollo social se puede entender a razón de un tipo de modernización, explica Corredor (2001), concebida como de tipo económico y que, complementada con el rezago en la organización social y política, ha generado mayor exclusión y fragmentación social, lo que repercute en los niveles de pobreza, bajo acceso a la educación, y pocas oportunidades de empleo. Pero esa misma búsqueda de la modernidad y las características de la crisis introducen una nueva perspectiva, el cambio; la búsqueda de actores y alternativas de transmisión de la información que permitan cambios que se reflejen en el presente y futuro de la sociedad.

Teniendo en cuenta los antecedentes sobre el poder, su ejercicio y la importancia política dentro del desarrollo de la sociedad descritos, se retoma la necesidad de encontrar los actores que permitan dicho cambio; en esta búsqueda se han definido dos actores. El primero de ellos es el ejercicio y uso del poder de los medios de comunicación, mencionados con anterioridad pero vistos bajo la óptica de un cambio en su paradigma. Barbero (1991) explica que los medios en el pasado comunicaban e informaban (a veces con ambigüedad) y en general transmitían información. Pero Barbero (1991) propone un cambio según el cual sería preferible la adopción del paradigma informacional como el modelo para pensar los problemas sociales, si se tiene de base la comunicación al modo de transmisión de la información y establecida esa comunicación sin ambigüedades y con claridad metodológica.

Como complemento a la idea anterior, es necesario que el cambio se genere también en la forma de comunicar. Barbero (1991) sugiere revisar la forma de socializar la comunicación vista desde los problemas culturales y las operaciones del intercambio social; este nuevo concepto de comunicación permite repensar el concepto de cultura y adentrarse en el manejo de la información social para todos, carente de exclusiones por diferencias culturales. como la producción institucionalizada y generalizada de bienes simbólicos a través de la fijación y transmisión de la información. Esta terminología introduce el concepto de la comunicación dentro de las instituciones en general, y el manejo de los grandes grupos sociales, aquellos que reciben toda la información. En este contexto, se puede analizar la tendencia a relacionar el ejercicio del poder, la política y la democracia con el uso exclusivamente público. Al ser interrelacionados estos términos se habla del ejercicio del poder de la comunicación en las instituciones y principalmente en las educativas, donde los cambios son posibles, los grupos sociales diversos y mezclados culturalmente.

Las diferentes instituciones en las que los seres humanos socializan son diversas y en general en todas ellas se adquiere algún tipo de conocimiento; dentro de este concepto la familia y la escuela adquieren la mayor importancia. La primera porque ofrece al ser humano las bases afectivas para su desarrollo personal y las primeras conceptualizaciones sobre liderazgo y ejercicio del poder, enmarcados en los valores que se promueven en su interior como opción de vivencia social. La segunda, genera en sus miembros la opción de interactuar con sus compañeros e intercambiar y reconocer en el otro la diferencia: este intercambio adquiere una gran relevancia social ya que el manejo y guía que la institución ha tenido con respecto a los valores de convivencia, el manejo del poder y de la comunicación por medio de la transmisión de información han generado bastantes cambios a nivel social, que repercuten considerablemente en el comportamiento de los miembros de la sociedad colombiana.

Con anterioridad se mencionó un primer actor, dentro de todos los procesos descritos para generar el cambio los medios de comunicación y la comunicación, enmarcándola en las instituciones y su importancia social; el segundo actor, que adquiere igual relevancia al reconocer el impacto social que genera la escuela en la sociedad es el educador, actor principal de los procesos mediáticos de la escuela. El docente es el eje central de los canales de comunicación, tiene gran influencia y responsabilidad en el manejo de la interacción educación – medios – sociedad y el poder, el cual ejerce, a veces sin conocer realmente su liderazgo, y este ejercicio tiene efectos en la democracia y la política por la toma de decisiones en los asuntos que afectan a su grupo social.

El referente anterior que pone de manifiesto la importancia de los maestros en la sociedad, exige de ellos un cambio de paradigma en la forma como ejercen su rol de comunicadores. El docente no solo debe dedicarse a enseñar, debe generar estrategias y ser ejemplo de ellas para formar fundamentos para la vida, para la convivencia y, principalmente, ejercer su poder para enmarcar dentro de un concepto de valores sociales el efecto que los medios de comunicación pueden tener en sus alumnos. El maestro puede utilizar los medios a modo de intercambio de ideas, la tecnología puesta a su servicio le permite socializar de una manera diferente con sus alumnos. El primer cambio que puede realizar es romper el paradigma de la tecnología, esto implica reconocer que los jóvenes se comunican de manera diferente y que él lo puede hacer de igual forma.

De acuerdo con el concepto anterior, sobre el poder de los medios en los jóvenes estudiantes, se ve otra función de los maestros, al ser diseñadores de estrategias didácticas que generen competencias comunicativas y participativas con respecto a la toma de decisiones y la responsabilidad que se obtiene de acuerdo con la actitud que se adopta en una situación dada. Los jóvenes pueden ser guiados por medio de la vivencia y la reflexión para que adquieran las fortalezas que les permitan distinguir lo adecuado de lo que no lo es y puedan llegar a ser autónomos en sus decisiones.

, hacia una mayor participación, enmarcada en una nueva cultura de respeto y autonomía que permita el desarrollo de una democracia madura, que genere el crecimiento y desarrollo de los países. También se puede concluir que es posible cambiar la forma de hacer política y de ejercer el poder a través de un cambio de los roles del maestro, si éste toma conciencia de su papel como comunicador y ejemplo en el ejercicio del poder y la democracia.

BIBLIOGRAFÍA
Barbero, J.M. (1991). Perder el objeto para ganar el proceso. Revista Signo y Pensamiento. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Comunicación y Lenguaje. 18. 22- 29.
Corredor, C. (2001). La modernización inconclusa. En: Mipas (Eds.) Desarrollo económico y social en Colombia. (pp.15 – 37) Bogotá D.C. Colombia: Universidad Nacional de Colombia
Thompson, J. (1998). Introducción y Capítulos 1 y 2. En: Dos (Eds.) Los media y la modernidad. (pp. 13 – 114)
Valencia, D. (2006). ¿Es posible recuperar el sentido de la política? Revista Escribanía. Universidad de Manizales. 16. 67 – 77.

Escritor: Claudia Yaneth González González