¿Por qué hablar de Ciencia intimida a los estudiantes?

La enseñanza de las ciencias está en la mira en la actualidad, dada su importancia en este siglo en donde se lleva una forma de vida altamente tecnológica, la dificultad que los estudiantes están teniendo en asimilar y aprender ciencias se refleja en los bajos resultados que estos mismos están obteniendo y la falta de interés a la hora de elegir carreras científicas para la continuación de estudios, entre otros.

Como docentes nos planteamos (o debiésemos, al menos) cuál es el trasfondo de esta problemática ¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué nuestros estudiantes no están aprendiendo? ¿Dónde está realmente el problema, en ellos o en las prácticas docentes? Si observamos el problema bajo el punto de vista netamente estudiantil, se nos hace evidente que la falta de motivación que los estudiantes presentan en torno a cualquier tema científico es una de las aristas más importantes de la problemática, dado principalmente por que éstos no ven a la ciencia como algo propio, o más bien cercano, creyendo así que la ciencia se practica solo en laboratorios, formándose una visión errónea y para ellos atemorizante.

No es un secreto que todo concepto que envuelve al área científica es más bien complejo, dado que la ciencia conlleva conceptos teóricos de los cuales se deben manejar para comprender los fenómenos a estudiar y que, adicionalmente, ésta se basa mayormente en modelos, haciéndola aún más abstracta y difícil de asimilar. Poniendo esto como escenario de aprendizaje, los estudiantes aprenden y asimilan conocimientos sin realmente comprenderlos, se trata de un conocimiento inerte, aprender sin entender lo que se aprende es un conocimiento inútil, que difícilmente utilizaran o recordaran en un futuro, es un conocimiento no aplicable.

 Si bien es cierto, los estudiantes están teniendo problemas de aprendizajes no significativos en las aulas de clases, los cuales les impiden aprender, o peor aún los atemorizan. Es tarea de los docentes, acercar la ciencia a los alumnos, pero ¿Realmente se sabe, como docentes, cual es la importancia de enseñar ciencia? ¿Por qué los estudiantes deben aprender ya sea Química, Física o Biología?

En sí, aprender ciencias implica entender el mundo que te rodea, lograr comprender lo que se cree inexplicable y que sucede “porque sí”. La ciencia ha estado presente desde la creación del Universo, desde ahí en adelante todo lo que ocurre a nuestro alrededor tiene una explicación científica, partiendo desde fenómenos naturales como los terremotos, las lluvias, los cambios climáticos y las erupciones volcánicas, etc., hasta los productos de belleza, limpieza y de alimentación que utilizamos a diario, se elaboran a través de procesos científicos.

Si se examinan, entonces, las prácticas docentes, ¿Éstas abordan la visión de la ciencia cotidiana? O simplemente, ¿Se plantean en el aula clases teóricas en donde los estudiantes aprenden hechos y fenómenos utilizando definiciones científicas muy alejadas de explicaciones más bien espontáneas que todos construimos de la realidad?. Es importante que el profesorado logre entender de que hay más de una forma de enseñar, las clases (sobre todo las de ciencia) deben realizarse de forma dinámica y atractiva ante los ojos del estudiantado, dejar atrás la enseñanza transmisión – recepción, presentarles los contenidos invitándolos a pensar, observar, poner a prueba sus ideas, sacar conclusiones y así acercarlos más a la labor de un científico, que es básicamente indagar en una situación detectada como problema.

Es casi imperativo que los docentes cambien la forma pasiva de enseñar, donde no se le permite al estudiante pensar ni, mucho menos plantearse interrogantes, en donde no se les permite ser parte de su propio proceso de aprendizaje, deben dejar de ofrecer respuestas a preguntas que ni siquiera el estudiante se ha planteado, ¿Por qué es tan difícil independizar al estudiante en su aprendizaje? ¿Qué impide hacerlo? ¿El docente posee las herramientas necesarias para enseñar bajo el halo de metodologías que permitan pensar más que reproducir? Probablemente sea ésta última interrogante la que nos permita llegar al problema neurálgico de la grave falta interés y desmotivación con que el estudiante lidia en el aula de clases, ya que, los docentes se resisten a los cambios a la hora de utilizar nuevas metodologías para enseñar, dadas las dificultades técnicas que conlleva ponerlas en prácticas, dado que no poseen referencias propias de nuevos estilos de enseñanza y también, por la sobre carga de trabajo que acarrea plantear clases innovadoras.

Autor: Andrea Bravo A.

Los comentarios están cerrados.