¿QUÉ NOS DEJA LA REVOLUCIÓN EDUCATIVA RESPECTO A LA COBERTURA Y CALIDAD EN EL SISTEMA EDUCATIVO?

Entendiendo que la educación tiene una gran relación con el contexto social y económico en el que esta se desarrolla, es posible afirmar que las políticas que se proponen para “la transformación social y económica de una sociedad determina cómo se realiza el proceso educativo, quiénes acceden a él así como también define sus objetivos” . En este sentido, se puede afirmar que los avances en los niveles de cobertura en la educación básica y media, que se lograron durante la Revolución Educativa (2002-2010), se hicieron a costa de la calidad de la misma. A continuación se analizan algunos factores que respaldan el hecho de que el avance en la cobertura se dio por el afán de cumplir la obligación estatal de progresar en la satisfacción del derecho a la educación.

En primer lugar, debido al compromiso adquirido por Colombia en el Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales, el Estado está en “La obligación de alcanzar el logro progresivo de la completa aplicación de los derechos” lo que “exige que los estados actúen tan rápido como le sea posible en esa dirección” . De acuerdo a la idea anterior y teniendo en cuenta que la educación es considerada como un derecho por el Estado Colombiano, (artículos 27, 67, 68 y 69 de la Constitución) además de que la educación básica es de carácter obligatorio en el país, las políticas educativas que se adopten deben ser progresivas para el cumplimiento de todos los principios del derecho a la educación, es decir Igualdad, Equidad y Accesibilidad.

De acuerdo con lo anterior, una de las banderas de la política de la Revolución Educativa era avanzar en la cobertura en el sector educativo para de esta forma progresar en el cumplimiento de la accesibilidad, disponibilidad y permanencia en el sistema de educación formal, en particular en los ciclos de preescolar, básica y media. Sin embargo, en el afán de avanzar en el cumplimiento de las obligaciones internacionales y nacionales, al aumentar la cobertura se descuidó la calidad de la educación pública debido a varios factores que se trataran en los párrafos siguientes.

Al finalizar el período presidencial de Álvaro Uribe Vélez, la cobertura en transición, básica y media se incrementó en un 15,5% por la creación de 1´485.585 cupos y “el número total de estudiantes matriculados creció de 9´611.660 estudiantes en 2002 a 11´097.245 en 2010” . Sin embargo, este aumento en cobertura se logró “por una mayor eficiencia en el uso de los recursos” y por tanto el crecimiento en la población atendida no fue proporcional a los recursos con los que contaban las instituciones escolares. Es decir, que mientras la tasa de estudiantes matriculados ascendía los recursos de las instituciones se mantenían iguales o con ligeros aumentos que no alcanzaban para financiar una educación de calidad permanente para cada estudiante matriculado, y en consecuencia con éstas medidas de racionalización la calidad disminuyó a costa del aumento de estudiantes. Cabe aclarar que cuando se habla de estudiantes matriculados, no se garantiza que éste mismo número de estudiantes permanezcan en el sistema hasta finalizar el año escolar ni que estén en la edad apropiada para un determinado ciclo de educación.

Adicionalmente, si se observa el aumento de cupos discriminado por ciclo educativo es posible evidenciar que la mayoría de los cupos creados fueron destinados para la educación básica, que es justamente la que se considera como obligatoria por la Constitución Política de 1991 en su artículo 67 en el que se establece que esta “será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica.”

Tomando en cuenta lo anterior, “el crecimiento se concentró en la educación básica secundaria” debido a que “de 1´059.311 cupos nuevos en el sistema, 866.872 representan la ampliación en este nivel, que pasó de tener una cobertura bruta del 79,45% al 102,02%” , si se comparan estos resultados con la ampliación relativa al mismo parámetro en la educación media se puede observar que el crecimiento en dicho ciclo no fue tan notable debido a que en 2002 la cobertura bruta para este nivel fue de 57,4% y a 2010 registró un aumento, relativamente pequeño, al llegar a 79,4%. Lo anterior demuestra que los esfuerzos de la Revolución Educativa por ampliar la cobertura se dieron de manera proporcional a lo exigido legalmente o a lo acordado en algunos tratados de carácter internacional, cabe aclarar además que dicho aumento en la disponibilidad de la educación no significa que la permanencia en el sistema educativo también se haya logrado lo que refuerza la hipótesis de que los logros alcanzados por la política que se está discutiendo solo se dieron en la medida de las obligaciones legales del Estado.

Otro factor que ha agravado la calidad de la educación básica y media en el país es la repitencia escolar y los criterios que se aplican para determinar si un alumno reprueba o aprueba un año lectivo. Si bien, se registró un progreso en el índice de repitencia durante los primeros años de la Revolución Educativa debido a que “en primaria, por ejemplo, la tasa de repetición cae cinco puntos porcentuales en las zonas rurales y tres puntos porcentuales en las urbanas y en secundaria la reducción es de 3,1 y 3,8 puntos porcentuales para las zonas rurales y urbanas respectivamente” , esto no garantiza que los niveles de exigencia se hayan mantenido antes y después de la entrada en vigencia de la Revolución Educativa lo que probablemente indica que se facilitó la promoción de los estudiantes para así movilizar una mayor cantidad de población y en consecuencia aumentar el número de cupos disponibles y la cantidad de bachilleres en el país, lo anterior se refuerza si se tiene en cuenta que “entre 2002 y 2009, la cantidad de bachilleres aumentó en 66,9% (277.428 estudiantes)” .

Es decir que al no hacerse evidente, en el reporte presentado por el gobierno, las estrategias que se utilizaron para disminuir la tasa de repitencia, es prudente pensar que es posible que el aumento en el número de bachilleres y estudiantes promovidos se haya dado por una mayor flexibilización académica cuyo objetivo no es otro que movilizar una mayor cantidad de población por el sistema educativo sin importar la calidad de la educación que se imparte. La intención del gobierno puede ser expresada en palabras del consultor del Banco Mundial Alberto Rodríguez “en Colombia la repitencia sigue siendo muy alta. En los primeros años del siglo XXI la lucha contra la repitencia debe ser sin cuartel y nos debe llevar a que nuestros recursos limitados se utilicen mejor. Para atacar la repitencia hay programas efectivos, como las «clases aceleradas» desarrolladas inicialmente en Brasil y que hoy ya se utilizan en Colombia. Pero además de estos programas, es importante que los directores escolares y maestros modifiquen su estrategia de «asustar» a alumnos y familias con la repetición si el alumno no se esfuerza para aprender” .

Escritor: July Catherine Sanchez Perez