REFLEXIÓN SOBRE LA ENSEÑANZA DE IDIOMAS

Disponemos hoy en día de una gran variedad de oferta para elegir el sistema de aprendizaje más apropiado para cada uno: podemos elegir desplazarnos a numerosos centros públicos o privados que ofrecen cursos que se adaptan a todos los bolsillos y horarios, o bien optar por aprender sin ni siquiera salir de casa, pudiendo acceder a un aula interactiva con total libertad de horarios y sin necesidad de invertir tiempo y dinero en los desplazamientos, basta con tener un ordenador y conexión a internet.

Sea cual sea el sistema elegido, todos tienen en común que siguen un método de aprendizaje adaptado al momento y que tiene la finalidad de sacar el máximo provecho del tiempo empleado por el alumno.El objetivo de estas líneas es analizar la metodología de la enseñanza de idiomas dentro de la situación de enseñanza institucional (en oposición a la situación natural, que sería por otra parte la más idónea y la que hemos utilizado todos al menos para aprender nuestra lengua materna).

Tenéis que saber que desde el siglo XIX se han sucedido diversas metodologías de idiomas que concebían de distinta manera el uso de la lengua materna, que daban distintas funciones al profesor y al alumno, y que otorgaban importancia bien al escrito, bien al oral.En cuanto al uso de la lengua materna citaremos la metodología tradicional, que limitaba casi exclusivamente el aprendizaje de idiomas a la traducción. El método directo evitaba recurrir a la traducción e introducía el vocabulario con explicaciones del profesor ayudado por el uso de objetos y de imágenes. Como punto intermedio entre ambos surge la metodología activa, que permite utilizar la lengua materna puntualmente para explicar el significado de nuevas palabras.

Hablemos ahora del papel del profesor y del alumno. En la metodología tradicional el profesor dominaba la clase y el alumno escuchaba y se limitaba a tomar notas y a preguntar dudas. Con el método activo, por el contrario, se busca una participación activa del alumno que se convierte en un elemento más del aprendizaje y que determinará la orientación elegida por el profesor.Reflexionemos ahora en el tratamiento que cada metodología daba a la enseñanza de la lengua escrita y oral. La metodología tradicional daba prioridad a la lengua literaria que prevalecía sobre la lengua oral del día a día. Para los seguidores de esta metodología era más importante leer textos literarios escritos en otro idioma que hablar esa lengua extranjera. Surge como oposición el método oral, que forma parte de la metodología directa, que busca que el alumno hable y otorga gran importancia a la pronunciación.

En la actualidad la enseñanza de idiomas se caracteriza por su carácter práctico y comunicativo y por seguir las directrices del MECR.La gramática y el vocabulario son elementos que el alumno debe saber utilizar pero siempre en contexto y con una finalidad eminentemente práctica. Es decir, su aprendizaje tiene como finalidad el poder expresarse con corrección y riqueza ante un hablante nativo. Poco importa que no sepan recitar de memoria los conectores de la subordinada causal o no puedan explicar para qué sirve el discurso indirecto si saben utilizarlo en una conversación, o pueden comprender un artículo o incluso redactarlo.

El MECR

A principios de los años 90 y en respuesta a la diversidad lingüística y cultural de Europa, el Consejo de Europa redactó el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas (MCER) que establece la existencia de seis niveles distribuidos en tres bloques:

 Usuario básico: nivel A1 (acceso), nivel A2 (plataforma)
 Usuario independiente: nivel B1 (umbral), nivel B2 (avanzado)
 Usuario competente: nivel C1 (dominio operativo eficazmente), nivel C2 (maestría).

Estos seis niveles son comunes en toda Europa, facilitando así la movilidad de los ciudadanos, que verán cómo sus títulos de idiomas tienen la misma validez dentro y fuera de su país.El objetivo del MECR no es el de establecer una metodología concreta aunque sí establece varios puntos referentes al uso de la lengua materna y al papel del alumno y del profesor. La lengua materna podrá usarse para organizar la clase y explicar ciertos conceptos y se reducirá a medida que aumente el nivel del alumno. El profesor podrá decidir el estilo de enseñanza que desee y la organización de la clase, así como el tiempo que acordará a cada actividad. El alumno podrá tener un papel activo o pasivo en función de la situación y podrá trabajar en grupo o de manera autónoma.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES:

• Conseil de la coopération culturelle. Comité de l’Éducation « Apprentissage des langues et citoyenneté européenne, 2000, Un cadre européen commun de référence pour les langues : apprendre, enseigner, évaluer.» Didier
• MOIRAND S., 1982. « Enseigner à communiquer en langue étrangère ». Paris, Hachette
• PUREN, C. (1988): « Histoire des méthodologies de l’enseignement des langues », Paris, Nathan-Clé International, Col. DLE.
• http://www.uned.es/ca-tudela/revista/n001/art_8.htm
• http://www.lb.refer.org/fle/cours/cours3_AC/prof_fle/cours3_prof01.htm

 Escritor: Laura Mateos Llamas