REFLEXIONES GENERALES ACERCA DEL ARTE, LA CULTURA, Y SU TRANSMISIÓN HOY

El tejido de relaciones entre las representaciones culturales y los medios de comunicación a través de los cuales éstas se llevan al público es hoy lugar común de discusión. Sin embargo al observar la evolución histórica de los medios de comunicación es inevitable observar la posición que los grupos políticos, que poseían el poder de los medios masivos, tomaban respecto de estas prácticas culturales; no obstante, al ver la fuerza y el impacto que estas representaciones tenían en la sociedad, la cultura empieza a ser un instrumento de poder, y se comienzan a generar limites que impiden una expresión totalmente limpia y espontánea.

Ya contaminada por la clase política, la cultura empieza a tomar otros rumbos, aparecen grupos y movimientos en contra de este control, y se generan expresiones revolucionarias, que permiten a los artistas encontrar una vía de escape a la represión. No obstante, la cultura sigue su camino hacia la burocracia, los gobernantes se apoderan de ella, y ya los fines creativos y de goce estético se truncan, para dar paso a los intereses políticos. Sin embargo, la cultura siempre está por encima de esto, ya por un camino, ya por otro, busca la manera de que la imaginación no se reprima, y a cada tentáculo cortado, en la cultura nacen dos o tres, y de esta forma los artistas buscan nuevas alternativas de expresión, y en esa ruta encuentran que las vías gastadas de los tradicionales medios de comunicación están demasiado controladas, así pues, se dan a la tarea de encontrar nuevas alternativas que les permitan llegar al público sin ser coartados, y es por allí, donde se encuentran con las nuevas tecnologías y los nuevos medios de comunicación: la internet, y en ella facebook, twitter, los blogs, las páginas web, caminos desconocidos pero que en este momento movilizan enormes masas a las cuales pueden llegar sus obras.

Ahora bien, estas nueva tecnologías plantean un nuevo obstáculo, se trata ahora no de llegar al público que se deleitaba con el arte, refiriéndome en este caso por ejemplo a la escultura, o a la pintura; sino de abordar un público nuevo, en su gran mayoría joven, que no ha tenido un contacto demasiado cercano con el arte, un público que hay que conquistar a través de sus medios, apropiándose de ellos, aprendiendo su lenguaje, su funcionamiento, sus gustos; un público el cual hay que intentar educar en el gusto, la sensibilidad y el conocimiento artístico. “Dentro de grandes espacios históricos de tiempo se modifican, junto con toda la existencia de las colectividades humanas, el modo y manera de su percepción sensorial” (Benjamin. 3).

Aunque, a mi parecer, estas nuevas formas de comunicación han permitido llevar las manifestaciones culturales a una mayor cantidad de gente, han producido que el arte se cosifique, que las expresiones ya no sean tan auténticas “Incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra” (Benjamin. 2), ya que estas nuevas tecnologías posibilitan la fácil reproducción de la obra, razón por la cual estas van perdiendo poco a poco su aura.

Si bien, es cierto, el arte contemporáneo ha optado por nuevas formas de expresión tales como las instalaciones, la cuales difícilmente se pueden reproducir, o los performance, su transmisión se va decantando únicamente por el registro en video, y es este registro lo que posibilita que la obra de arte pierda su originalidad, su autenticidad, y siguiendo a Benjamin, lo que en la reproducción técnica de la obra de arte se atrofia es el aura de ésta (3),lo anterior llevado de la mano de las nuevas tecnologías, transforma el arte, lo convierte en un bien de consumo, hace del arte y la cultura un ente sin alma, “acercar espacial y humanamente las cosas es una aspiración de las masas actuales tan apasionada como su tendencia a superar la singularidad de cada dato acogiendo su reproducción…quitarle su envoltura a cada objeto, triturar su aura, es la signatura de una percepción cuyo sentido para lo igual en el mundo ha crecido tanto que incluso, por medio de la reproducción, le gana terreno a lo irrepetible” (Benjamin. 4-5).

Del otro lado, quienes apoyan estas nuevas tecnologías de las que se vale el arte también proponen su argumentos a favor de su posición, es el caso de la página de internet artespain.com, quienes apoyan lo que ellos denominan “arte electrónico”, pues las personas encargadas del desarrollo de esta página piensan que “actualmente el uso de nuevas tecnologías y herramientas digitales dejaron de ser una especie de violencia contra el arte para convertirse en una de sus principales características; muchos artistas incorporaran dichas herramientas para crear sus obras”.

Semejante es el caso de la página web narratopedia.net, la cual tiene como fin generar un espacio donde los cibernautas tengan la posibilidad de plasmar sus ideas, sus escritos de manera libre e inclusiva. Según sus propios creadores Narratopedia es sobre todo un espacio de encuentro, la gente que quiere contar sus historias, la que se interesa por las aspectos técnicos de la publicación y la edición digital, los que quieren revisar y estudiar los nuevos fenómenos narrativos, los que están atentos a las derivaciones pedagógicas, quienes ven en este ejercicio una oportunidad para desarrollar inteligencia y creación colectiva y para consolidar la cibercultura, todos ellos y quienes se sienten aquí cómodos, conforman la comunidad narratopedia.

Visto esto, ¿cuál es el papel de la cultura ahora?, ¿hacia dónde debe encaminar sus esfuerzos de promulgación del arte? En principio, es claro que la cultura debe proponerse mantener vivas las expresiones artísticas, una vez puesta la mirada en este objetivo, hay que proveerse de todas las arma y herramientas de las nuevas tecnologías comunicativas, e intentar valerse de ellas para difundir el arte, claro está, buscando la forma de protegerlo, de proteger su aura, lograr su divulgación sin convertirlo en un objeto común; que sea un objeto por sí mismo capaz de crear esa comunicación tríadica, que permite la obra, es decir, esa comunicación entre la obra de arte, que es como la voz, el alma misma del artista, con el espectador, y como tercer elemento de esta triada, y no menos importante, las sensaciones que la obra puede llegar a generar en ese ser que la contempla. Para lograr finalmente que el paso de los tiempos modernos, contemporáneos, no se permita poner una cruz sobre las tumbas del arte, sino que las épocas actuales dialoguen cómodamente con la cultura, que se complementen con el arte, y encuentren en él su propio reflejo, su imagen única, que el arte se símbolo de su autenticidad.

Escrito por: Juan Carlos Fuentes