SER MAESTRO

Ser maestro: será llenar la mente de conocimiento o será lograr que tus estudiantes logren soñar todo lo que desean y lo vuelvan realidad; sería la segunda opción; bueno sería la mejor opción, lograr en otros seres humanos lo que piensan o sueñan en realidad. Y ¿Cómo lograrlo? Bueno no será sencillo, claro si se es un buen maestro: que piensa, siente, vive y está enamorado no de su profesión sino de sus estudiantes. Ahora la pregunta del millón ¿Cómo saber que estás enamorado, no de tu profesión sino de tus estudiantes? Para ello voy a dar un ejemplo: cuando estas solo, o no tienes compañía, desearías enamorarte de alguien, sinceramente tal vez hasta morirías por saber que a alguien le interesas, pero supongamos que estas desesperado en tu soledad, buscas a una persona para que te acompañe en los días fríos o bien llamados solos, bien la encuentras; pero no estás enamorado y aunque te bese no te sabe rico, aunque te abrace no sientes nada. Si te sientes igual como si estuvieras solo, bien de que valió, de nada.

Ahora un ejemplo contrario estás solo, pero un día ese amor que estabas buscando llego, puede ser en el día menos esperado para ti, en ese momento se siente la diferencia, cuando te besa, así tuviera mal aliento te sabe rico, si te abraza lo sientes de verdad, tan solo deseas que ese momento no se vaya: Porque traigo este ejemplo, sencillo ¿por qué quien no se ha enamorado o quien no desea encontrar esa persona para unir su vida a alguien? Usted se preguntará y que tiene que ver este ejemplo con la docencia o con ser maestro; le contestaré es lo mismo si no se enamora, si no lo desea, si no lo vive no le va a saber a rico, no lo disfrutará, solo lo hará por dinero, por cuestión económicapor una vida más estable; pero nunca pensará en sus estudiantes como personas que viven, sueñan, tienen problemas y sienten.

En la universidad los maestros cuando preparan a un profesor o bien llamado docente no le enseñan esto; pero cuando te enfrentas a la vida, y si te importa la vida de los demás lo experimentarás. Verás a tus estudiantes no como una opción para conservar un trabajo si no como la opción de ayudar en el proceso de transformación de una vida, verás en tus estudiantes la oportunidad de hacer cada día una historia nueva en sus vidas logrando en ellos no una mente llena de conocimientos; ni siendo meros reflectores del conocimiento de otros. Lograrás en ellos que deseen escribir su propia historia que tengan sus propias ideas, que logren lo que desean ser. Piensa maestro deseas continuar enseñando solo conocimiento o deseas imprimir en tus estudiantes el deseo de escribir sus propias historias.

Un maestro verdadero y enamorado; no se conforma con preparar sus clases, no se conforma con estudiar el tema, no se conforma con sancionar y nunca preguntar; ¿por qué lo hiciste? ¡No! Un buen maestro, se esfuerza cada día por saber más de sus estudiantes, sus necesidades físicas, mentales, sociales, psicológicas, y lo más importante nunca se cansa de hacerlo. Siempre en su corazón brilla la esperanza que ese chico que todos miran con desprecio que la sociedad no acepta, sea el mejor; que logre salir de la condición donde se encuentra. No será sencillo y menos en Colombia en el país donde vivimos donde la cultura y el escribir tu propia historia no es el plato diario de los hogares más pobres; donde solo se piensa en conseguir lo del diario vivir, pagar un arriendo y llevar un bocado de comida a la boca de la familia. Pero para eso existen los maestros esos que tuvieron la oportunidad de ir a una universidad.

Para eso estás tú maestro, para que le enseñes a ese niño que no ve nada de oportunidad en su vida; a lograr el máximo de su potencial en todos los aspectos de su vida. Eso sería ser un verdadero maestro; enamorado no de su diploma ni del dinero que logra mes a mes con lo que enseña, si no de los seres humanos que pasan por sus manos y no serán pocos serán muchos tendrá muchas oportunidades para demostrar porque se llama maestro.Te invito con este escrito a que siempre pienses en tu profesión no como el argumento para vivir mejor, sino como el argumento de lograr que otro viva mejor¨.

Escritor: Marta Yaned Quintero García