SOBRE LA EDUCACIÓN DE HOY… Y QUIZÁ LA DE SIEMPRE

Por más raro que le parezca lo que voy a decir, es muy cierto: nosotros, los venezolanos, jamás hemos tenido educación, y esto no es algo exclusivamente nuestro, no, es casi una regla a nivel mundial porque prácticamente a todos lo que nos han dado es instrucción, que es otra cosa: e que distamucho del ser pensante que debería formar la educación.

Ese ser complejo que se enreda en sus ideas, y duda de todo y todos, hasta el ridículo punto de no creer lo que no comprende o llegar al semejante acto de reflexionar sobre lo que hizo u ocurrió… Y ahora que lo pienso, quizá ahí se halle la episteme, el origen y concentración misma, de todos nuestros males, ya que bajo esta metodología vamos en automático: y cuando por malaya día volteamos a ver que fue lo que hicimos (quizá uno de esos pocos días en que pensamos) hasta nos deprimimos y comenzamos a rezarle a la virgen desata nudos para que nos saque de este apuro en el cual nos metimos por no detenernos a pensar un poquito.

Esta costumbre es algo en extremo peligroso, aunque no lo parezca o no nos percatemos de ello porque tal vez ya se ha hecho costumbre en nuestra sociedad; dado que se puede volver algo crónico el mal y convertir a los sujetos pensantes en seres psicóticos, debido a que las personas que pasan por esta mala al ver semejante despelote(su vida autómata), y por flojera o comodidad compasivo), logrando con ello un constante divagar para no enfrentar.

Esto termina generando una realidadalterna y divergente del contexto social que comparte con sus demás contemporáneos en tiempo y espacio similares, obviamente esta personalísima y evasiva decisión genera un ser obtuso, incoherente y retrogrado(ya que su pensamiento se ciñe a su lógica y cómoda realidad propia) que tan solo percibe lo que es su provecho y beneficio más inmediato, debido a que carece de un razonamiento profundo y se maneja en el mundo de manera básica e instintiva y no racional y órgano que no se usa se atrofia”, y al estar atrofiado el cerebro… que más nos queda.

Y quizá por ello vivimos la época del desechable, que a llevado a las personas a creer que todo es reemplazable, esto trae como consecuencia la despersonalización de los individuos como producto de una pérdida en la valoración que proviene de la conexión con nuestras pertenencias, ya que nuestros enseres son los que socialmente representan nuestro mundo interior de manera no, lo que tenemos importa ya que nos transmite seguridad, entre otras cosas más, debido a que provienen de nuestras victorias personales y de nuestros gustos y preferencia que se relacionan directa y exclusivamente con nuestro ser intimo(y lo que deseamos mostrar de él).

En interacción con el mundo físico; lógicamente, al perder esta conexión interna (en algunos casos como resultado de un snobismo estúpido) nuestra brújula personal se extravía, ya que la mayoría de las veces: no tenemos lo que queremos y lo que queremos no lo tenemos; muchas veces producto de que cuando tuvimos lo que quisimos no lo valoramos y pensamos que había algo mejor, ya que lo que teníamos lo podíamos desechar, un verdadero circulo vicioso, que en algunos casos termina por sembrar a los individuos en una depresión avasallante y casi sempiterna; a lo que podría replicar alguno: “eso no es así, yo no voy a vivir siempre extrañando algo”, y es verdad, quizá no algo, pero sí a alguien -o un momento específico- que siempre retorna a nuestra memoria porque no lo supimos apreciar en su momento: producto de esta misma acción psicótica que nos hace rechazar el disfrute del aquí y el ahora por un posible mejor mañana o la añoranza de una ayer lejano, y ése es el busilis de esta “educación” que referí al inicio: que nos enseña a buscar el mañana sin apreciar el hoy mientras le vamos dando, dando y dando, sin pensar, en un mundo de autómatas.

Escritor: John peña