Todavia no amanece

Todavía no amanece, se prenden las luces.

Susurra el viento entre gritos desaforados de  príncipes y princesas, revoloteando entre su fortuna.

Alguien llora en un rincón, otro niño muere antes de cumplir cinco.

Mi padre cae desplomado, en cambio mi madre aún tiene fuerzas para enterrarlo.

El agua que hay en mi vaso, es del mismo color que el agua que tiro por la ventana.

Otro pobre se muere.

Nadie lo vela, le quitan las ropas para cocerse zapatos.

El resto, abono.

Vuela el pan podrido contra los ventanales de los palacios.

El calor emerge del cuerpo de los hambrientos. En las mentes de algunos ya comienzan a funcionar mecanismos distintos.

El velo de los santos se corre, algunas aureolas caen desplomadas en picada, estruendoso ruido que retumba en las paredes vacías de las iglesias.

El marco de polvo, rastro de la historia. Hoy la historia se hace en las calles, es ahí donde se puede ver.

Tiemblan los cristianos,

Retumban las vajillas en los palacios, rechinan los dientes los cobardes,  terror en los ojos de la nobleza y la aristocracia.

Levanto la mirada y veo a otro, se encuentra conmigo y nos vemos igual.

Las lenguas no callan, y las mentes no paran. No hay más saltos en la calle, la ciencia nos ampara.

Bañarse,  ya no hace mal.

La tía fue soltada, de la prisión fugaz liberada. Lleva una etiqueta, ya no está poseída, está enferma. Aún conserva  marcas en su cuerpo, no a causa de su enfermedad, sino de aquellos que quisieron exorcizarla.

Ya no puede cerrar bien la boca, casi ni habla, pero es libre.

Oí por ahí que esclavizaron a un niño, en nombre de la ciencia, y a cambio, en algún rincón, hay una institución con su nombre; y unas ampollitas rojas pasan de ser enfermedad a cura.

Las letras comienzan su emigración de Italia, se expanden, se arman grandes murallas para contenerlas.

Pequeñas, grandes y medianas bolsas comenzaron a circular, y resulta, que al final del día, incluso uno cabría en alguna de ellas.

Los bueyes y las ovejas recibieron su sendero, y así también sus desechos.

Durante el atardecer salió un extraño con un libraco en alto, al grito de “¡Enciclopedia!”, tras de él corrían los sacros con sus ballestas.

Durante la siesta se oyeron reventar algunos globos, de los nobles, en sus fiestas.

Sus risas se convierten en gritos, sus cabezas ruedan en canastos.

Sus vestimentas ahora son trapos.

Pero hoy no solo los nobles pierden sus cabezas, también algunos que empiezan a dudar de la existencia de dios, y tantos otros que frente a los ojos de algunos son  incorrectos.

Los que conservaron sus cabezas, maquinan nuevos paradigmas.

Cadenas que se rompen, ranas y perros que quedan preñadas artificialmente.

Los huecos en el mapa se cubren, pensamos abarcar todo.

La Fe nos abandona.

Los poderosos se debilitan, los débiles se potencian.

 Algunos mecanismos comienzan a dejar rastros claros en el cielo.

Otros,  se divierten pensando el pensar. Dicen que se entretienen acomodando saberes.

El hombre ya no sólo se opone a la naturaleza, se opone también a sí mismo, comienzan a gestarse algunas certezas.

El tío, ducho en las artes del hierro, ahora es Herrero.

Algunas Artes embellecen, otras entretienen y algunas son usadas en la práctica cotidiana.

Los artistas/artesanos, pierden la barra…

Se cambian algunas etiquetas, surge la Estética y cómo cualquier recién nacido, reclama atención.

En algún cuarto los artistas suben un escalón, y así se acercan más a Dios.

Al atardecer cierran sus persianas los gabinetes de curiosidades y abren sus puertas nuevas instituciones.

Los músicos tocan, al compás de su marcha, del fondo de una sala, al escenario de otra.

Algunos artistas sueltan amarra, ya sólo escuchan las voces de  su inspiración.

Aparece la identidad en las obras de este nuevo Arte.

Nuevos poderes emanan, armados con chapas y palabras.

Tal vez mañana se vuelvan a caer…

La experiencia se hacer saber. Alguien me escupe una nueva realidad frente a los ojos.

No hay traspaso sagrado de información.

Todos tenemos capacidad de saber.

Trabajemos unidos pues somos lo mismo.

Nuevos núcleos se crean, se expanden, como burbujas, asimilan algunos conceptos como propios, a veces chocan entre sí, se prestan partículas de jabón.

La segmentación del todo en mil partes, cada una a su vez única e irrepetible, se cargan de emociones, de tradiciones, se reparten por el mundo, en distintas regiones, en distintos espacio-tiempo. Pretenden ser impermeables, de tal manera que cualquier bacteria que penetra en ellas es transformada en materia propia.

Mis ojos se cierran, ya no los puedo  mantener abiertos, mañana no los abriré.

 Al final del día, el sol se fue, sólo quedan algunos vestigios naranjas fríos de sus rayos…

Nace una semilla, durante mucho tiempo será planta, tendrá muchas ramas y más hojas. Algunos seres vivirán sobre ella, otros por debajo, incluso al lado; y eventualmente esta planta envejecerá y morirá, dejando con seguridad un montón de tierra fértil y alguna nueva  semilla.

Escritor:  Nanni Mugler

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