Tres ideas, una aplicación.

Cuando supe que el principio de incertidumbre corroboraba las ideas sobre la influencia de la mente en la materia casi me caí de espalda. De cierta forma los sabios de la antigüedad le llamaban mentalismo. Sobre todo los Hermetistas, discípulos directos e indirectos de Hermes Trismegisto. Esta idea ya era antiquísima cuando Heinsenberg descubrió o propuso tal razón. Pero para mí ambas ideas eran totalmente nuevas.

La de Hermes llevaba ya siglos y la de Heisenberg ya tiene casi un siglo de vida. Nació en el año 1927 cuando Werner Heinsenberg “se dio cuenta de que las reglas de la probabilidad que gobiernan las partículas subatómicas nacen de la paradoja de que dos propiedades relacionadas de una partícula no pueden ser medidas exactamente al mismo tiempo”. Esto aplicable a nuestra realidad se refiere a que el observador puede influir con su mente o intenciones psíquicas en lo observado. Tal cual lo había creído Hermes Trismegisto siglos atrás. Pero qué sentido tiene asimilar estas ideas que desde lejanos y cercanos tiempos nos vienen a “revolver al gallinero”. Simplemente porque nos ayudan a considerar mucho más el poder de nuestra mente, con ello podemos modificar considerablemente nuestra realidad.

Este principio nos dice que cuando observamos un átomo este se transforma en materia, y que cuando dejamos de observarlo este se transforma en onda, y es a la vez partícula y onda. Y que son los llamados “quantos”. La materia a nivel infinitesimal está compuesta por pequeñas partículas, ya sean átomos, quarks, moléculas o células. Cada una de esas partes unidas unas con otras forman la realidad en un ámbito más físico. A esto se le llama “teoría de la causación ascendente”. No se sí recuerdan el capítulo de Los Simpson en cuya introducción la “cámara” comienza a alejarse de Homero hasta llegar fuera del planeta, luego fuera de la galaxia, luego paso por todas las galaxias y bueno, al final vuelve a la imagen de Homero sentado con una cerveza en sus manos. Ese es un buen ejemplo de lo que es la “teoría de la causación ascendente”. ¿Pero qué sentido tiene todo esto que les hablo con las ideas mentalistas de Hermes y el principio de incertidumbre de Heinsenberg? Allá vamos.

Antes de ir a la relación de estas tres ideas convengamos en que el mentalismo de Hermes Trismegisto y el principio de incertidumbre de Heinsenberg son lo mismo. En profundidad no son lo mismo, pero en la realidad viene a ser lo mismo. En este sentido sólo nos queda relaciones el principio de incertidumbre con la teoría de la causación ascendente. Dicho esto, prosigo a hacer una relación que nos puede ser útil en el día a día.

Primero: la relación entre esos infinitesimales componentes como átomos – que son los que conforman las moléculas y estas últimas las células y estas últimas el cuerpo y la realidad que percibimos – y el principio de incertidumbre es que en gran y absoluta medida al influenciar con nuestra mente en las pequeñas partículas (psicoquinesia) nosotros somos quienes creamos la realidad personal e impersonal. Es decir, la realidad tuya y la de los demás. Todo esto con el simple hecho de “pensar”. Segundo: si nuestra mente ejerce fuerte influencia en los átomos, está ejerciendo influencia directa en las células. Tercero y último: al ejercer nuestra mente en las células estamos ejerciendo influencia con nuestros pensamientos no sólo en las células o componentes de nuestro cuerpo, sino que también en toda la realidad observable.

Conclusión particula un elefante antes de que se haga partícula, veremos un elefante. Esto en un ejemplo caricaturesco. Llevado a lo cotidiano sería lo siguiente: si nos levantamos en la mañana y pensamos que tendremos un día maravilloso, es muy probable que así sea. Ahora bien. ¿Por qué es probable y no es seguro de que si pensamos en que tendremos un buen día lo tendremos? Simplemente porque al acto de pensar debemos agregarle ineluctablemente el acto de sentir. Al agregarle un sentir a ese pensamiento le añadimos un poder absoluto en donde nuestra mente es capaz de transformar nuestra realidad tal cual como nosotros la deseemos. Por esto en la actualidad las ideas espirituales de sabios milenarios se están mimetizando con las teorías de la física cuántica. Estamos llegando por fin a un acuerdo.

Todas estas tres ideas, el mentalismo de Hermes Trismegisto, el principio de incertidumbre de Heinsenberg y la teoría de la causación ascendente tienen en si guardadas una sola aplicación que las une: pensar positivamente. De esta forma al crear en nuestra mente un mundo más armonioso, justo y bello la realidad física comenzará a cambiar. Por tal razón, cuida tus pensamientos porque ellos contienen una intención que modifica inexpugnablemente a la realidad que te rodea. Es tan iluso pensar que por pensar positivo nuestros días malos puedan cambiar, dirán ustedes. Pero no es que cambien, es que al pensar positivo hasta las cosas malas logran tener armonía y las vemos luego sólo como una oportunidad para seguir creciendo. Bueno. Les dejo esas tres ideas, pero recuerden su aplicación: PIENSA POSITIVO o PIENSA BONITO.

Escritor: Sergio Reyes

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