“UN EMPUJONCITO A LA REFORMA DE LA JUSTICIA”

 En nuestros medios de comunicación y en el  entorno observamos panfletos y anuncios que promocionan candidaturas de personas avaladas por nuestra Constitución para tomar las riendas de nuestro país, propuestas van y vienen y todos con miras de ser los máximos líderes de la vida política de nuestro país. Sin embargo tras esa carrera comercial de venderse, se prometen hasta dar el cielo y la tierra para generar confianza y lograr conseguir el mayor número de adeptos para instalarse dentro del emporio administrativo más grande de una Nación. Aun así dentro de las miles de propuestas se encuentran vagamente las grandes reformas que buscarían darle una orientación al desorden legislativo que nos enfrentamos, en vista que nuestro país es orgullosamente el número uno en instaurar normas de todos los tipos, sabores y  colores, al igual que también somos el número uno en violación de ellas mismas.

Al ver todo lo que sucedía, me di cuenta que muchas de esas reformas solo benefician a unos pocos desarticulando el principio constitucional de la Primacía del Interés General sobre el Particular. Aun así me vi en la tarea de generar participación a tantas reformas que se han venido cocinando pero que se dejan en bajo y quizás con tanto protagonismo noticioso sobre otros temas que lo único que logran es desviar la realidad, me motivaron en la construcción de mi propia reforma que en parte podría alivianarle a los grandes parlamentarios nacionales un desgaste mental y emocional en la búsqueda de una reforma que no solo vele por temas de interés penal sino que tocara otros temas que son de suma importancia como lo es la familia; y como institución conformada por muchos otros vínculos, se es necesario protegerla e instaurar responsabilidades dentro de los miembros que las conforman.

Vale la pena recalcar que una verdadera reforma a la justicia exige de manera responsable echarle un vistazo a todas las normas jurídicas que conducen las actuaciones legales vigentes; no sería malo reformar más que unas normas penales, sino reformas laborales, comerciales, administrativas y por supuesto normas civiles. Este último más que todo se encuentra con un gran número de vacíos de ley que impiden la visión dinámica del derecho ya que normas tratadas del siglo pasado estén todavía causándonos dolores de cabeza.

Tal  como lo había enunciado antes, fue la institución familiar la que me llamo la atención y me inspiro para trabajar en un aporte que hoy por hoy la sociedad misma nos reclama y sobre todo el medio ambiente que está de moda por tanto desgaste ambiental que impide el verdadero cumplimiento de un buen estado de calidad de vida para todos en general. Quizás  el tema que traigo a colación sea de gran recelo y genere polémica, pero de eso se trata, temas que toquen el tejido social para que revolucionemos la mente y el sentido común. Por eso he tenido suficientes criterios para investigar sobre el tema del tabaquismo, pero más que eso ver su desempeño dentro de la institución familiar, quien se encuentra en peligro por tan semejante hábito optado de manera libre por los individuos y la sociedad.

Dicho habito, lo estudie con buena óptica y  deseo que se opte dentro de las grandes reformas de la justicia en nuestro código civil,  “El Tabaquismo como Causal de Divorcio”. Nuestro código civil por excelencia y más conocido por toda la comunidad, enuncia en su artículo 154,  nueve causales de divorcio entre ellas encontramos causales preventivas como sancionatorias, ejemplo de ellas las relaciones sexuales extramatrimoniales o para que quede claro la infidelidad como una causal que sanciona tal comportamiento y el uso habitual de sustancias sicotrópicas o alucinógenas, al igual que el hábito del licor como medida preventiva para velar por la intrigad física, moral y económica de la familia como tal. Lo extraño de todo es que dentro de las nueve causales no se encuentra por ningún lado el tabaquismo. Quien debería estar situado como un hábito que en verdad atenta de miles formas a la salud integral del ser humano y más si existe una convivencia familiar.

El tabaquismo por su parte trae consigo un sin número de efectos primarios y secundarios que no respeta ni la vida misma del consumidor sino que tampoco respeta la vida del otro ya que se convierte en un fumador pasivo y datos científicos enmarcan las grandes consecuencias que genera el espirar de manera habitual las toxinas de un cigarrillo común. Por tal motivo se hizo un proyecto investigativo que involucrara cierto comportamiento como tentativo para la integridad familiar no solo de la pareja como tal sino de los propios hijos o de todos aquellos que conforman la institución familiar, quien es sagrada dentro de nuestro marco Constitucional por excelencia, en la Norma de normas.

Si ejemplificamos un grupo familiar sabemos que dentro de ella deben existir un grupo de derechos y obligaciones que deben ser compartidos de manera conjunta. Por eso el consumo del cigarrillo puede llevar a que las unidades afectivas se rompan en vista que la sustancia toxica del tabaco conlleva a problemas de salud pública. Basta con observar la manera de agredir sin necesidad de accionar con golpes que expresen maltrato pero la teoría de la agresión va más allá, de una dinámica corporal de levantar la mano o golpear; sin embargo el tabaquismo dentro de la unidad familiar es generador de agresión física afectando pulmones, la piel y la calidad del ambiente familiar entre unas de las tantas consecuencias que se enmarcas, no sin ello descuidar la activación del cáncer y patologías respiratorias que atentan contra la vida misma hasta provocar la muerte. La pareja no debe estar obligada recibir de su cónyuge maltrato físico de esta índole y más cuando no se respeta el cuidado personal del consumidor que contagia a los demás. Eso por un lado si hablamos de los atentados físicos y psicológicos ya que un hábito genera en gran parte trastornos de comportamiento que pueden llevar al consumidor primario alterarse y actuar en muchas ocasiones  de manera agresiva y ahí se podría reflejar un maltrato más evidencia.

El consumo del cigarrillo por su parte también atenta contra la economía de la canasta familiar, puesto que para muchos padres hace parte como un producto de primera necesidad y es más la carga en cuanto al rendimiento económico para la sustentación de la responsabilidad alimenticia para los integrantes de la familia y más cuando existe un hábito crónico que activa la prioridad de una cajetilla de cigarrillos más que la carne o la leche para los hijos o para el sustento de la misma pareja. Esto se evidencia en todos los estratos puesto que el hábito de fumar no respeta condiciones sociales y más cuando un consumidor es de niveles económicos escasos si lo comparamos con la situación laboral del país en no brindar salarios que dignifiquen al trabajador.

Si hablamos de lo importante de los sentimientos y manifestaciones de cariño y afecto  dentro de la unidad familiar visualizamos que gracias a este vicio social se pierden las buenas relaciones íntimas y sexuales de la pareja; el solo imaginar que una de las parejas tendría mal aliento, piel manchada y destilación de nicotina en todas sus parte corporales menguarían el deseo y hasta el punto de evadir esas responsabilidades. Ya que esas consecuencias también las ocasiona el tabaquismo, los dientes manchados y descalcificados y la mera presentación personal generan rechazo a la hora de expresar acciones intimas hacia su cónyuge; eso sin contar que orgánicamente hay ciertas reacciones que genera el cigarrillo por su nicotina como la impotencia entre otros aspectos, donde los científicos le han dado aporte gracias a sus investigaciones que han arrojado en los últimos tiempos.

Con todo lo anterior se pueden dar bases claras para que sea involucrado esta nueva causal y más cuando la naturaleza de que exista una causal taxativa en el articulado es de suma importancia ya que en procesos contenciosos se puede invocar y el trámite podría ser más ágil y cómodo. Teniendo en cuenta que este comportamiento debe ser tratado de manera igualitaria como si fuese una sustancia sicotrópica, puesto que la ciencias de la salud la involucran dentro del grupo como tal, solo que dentro de la teoría “sabia de la legislación en nuestro país”, ha legalizado su consumo y producción ya que hay interés  económicos particulares,  puesto que  las empresas tabacaleras son un negocio y está creando divisas para el país. Por eso no se ha atrevido a tomar este producto como debería serlo, ya que es necesario control y delegar responsabilidades a los consumidores primarios que de manera desorganizada involucran a los que no están de acuerdo con su consumo. Es por eso que se requiere más que conciencia, si observamos que el medio ambiente también está siendo víctima de los miles de consumidores que lo único que aportan es daño a su salud personal al ambiente sano y calidad de vida y por supuesto al ambiente y calidad familiar.

Se preguntaran porque se debe enfatizar el daño a la calidad familiar, pues sí es sencillo; el Ministerio del Trabajo y  la Protección social, recientemente ha expedido una resolución que prohíbe el fumar o consumir el tabaco de esta manera en recintos cerrados y públicos  (Res.01956/2008), pero el vacío esta en; ¿será que los padres de familia como autoridad en el hogar cumplirían esta normas en sus casas? Y más cuando la autoridad los enviste de “hacer lo que ellos quieran en su recinto o en su propia casa”, he ahí el dilema y de entrada la familia se encuentra en un estado vulnerable frente a este fenómeno que no ha tenido explicación, puesto que las recientes encuestas de aplicación en esta investigación arrojan que la moda y la sociedad de consumo ha intercedido para que el número de consumidores crezca y junto con él sus efectos secundarios en el ambiente y en fumadores pasivos.

Si reunimos todos los elementos anteriores, encontramos razones suficientes para trabajar que si es posible comenzar con una buena reforma y que esta sea social e integral. Propuestas como estas ayudarían mucho a la protección de la institución familiar y también a establecer responsabilidades sobre los consumidores, al igual que exigir a las políticas nacionales en buscar que esto se convierta en un nuevo proyecto con visión social  e integrador del derecho, abonándoles beneficios a las personas como tal y bueno al medio ambiente. Pero también lo importante es que se generaría sensibilidad y respeto por el cónyuge y los demás miembros familiares, para así tener bases  sancionatorias y preventivas frente a esta nueva causal, por que junto con ella concurren otras causales ya establecida como las infidelidades, la responsabilidad y el cuidado para ese núcleo esencial, en vista que si no existiera dicha causal “tabaquismo como causal de divorcio”, se podrían cometer muchas más como el abandono y la deslealtad entre cónyuges con sanciones rigurosas.

Por último, se hace el llamado a aquellos líderes que desean ocupar los altos cargos políticos y administrativos que se desprendan de intereses personales y que posean una visión amplia frente a esta propuesta que en la vida real se hace necesaria; eso sí respetando ante todos la autonomía de la voluntad privada o más bien el consentimiento de los contrayentes en optar conformar una vida familiar libre de humo de cigarrillo. Ya que la propuesta será respetable en persona que con su consentimiento acepten este hábito o vicio como no perjudicial para su unidad familiar y dejar que aquellos cónyuges que  se casaron o conformaron una unión marital de hecho lo hacen sin percibir que el otro sea un fumador en potencia o que en el transcurso de la relación se tomen esos nuevos hábitos.

No queda más que hacer la invitación a toda la comunidad y a todos los ciudadanos como tal en involucrarnos frente a todos los fenómenos que impliquen la unidad social y que en parte el cambio y transformación de buscar más justicia social e interés general no solo está a cargo de aquellos representantes que se encuentran en el congreso nacional, sino que la reforma exige nuestra acción como aplicadores del principio  de participación ciudadana y más cuando estamos en la nueva era de un Estado Social de Derecho.

Escritor: John Jander Villegas Oquendo