Inmersos en un escenario internacional inequitativo e injusto, en el cuál el quinto más rico de la población acapara del 80% de los recursos mientras el quinto más pobre sólo dispone de menos del 0,5%, Argentina se debate entre una posición de debilidad frente a las grandes potencias del globo o, como contrapartida, la necesidad de dotarse de cierta fuerza mediante la asociación con sus pares latinoamericanos, que le permita discutir con un relativo poder la configuración de las decisiones de orden político-económico. En este contexto, Samir Amir establece los “cinco nuevos monopolios” que serán fundamentales en las próximas décadas: el dominio de la tecnología, el control de los flujos financieros, el acceso a los recursos naturales del planeta, el dominio de la comunicación y de los medios de comunicación y de la industria armamentística.
El reaseguro de un cierto control se manifiesta en la definición de una política de dominio de lo resortes de la economía mundial, planteados por Amin en el sentido de que “los objetivos del capital dominante son siempre los mismos –el control de la expansión de los mercados, el saqueo de los recursos naturales del planeta, la sobreexplotación de las reservas de la mano de obra de la periferia-“. Viraje El comienzo del siglo XXI encuentra a nuestro país alejado del paradigma de la política exterior instaurado a comienzos de los noventa. este cambio preanuncia un marco distinto para entender hacia dónde se encamina Argentina en el contexto internacional.
La Cumbre en Mar del Plata en Noviembre de 2005 implicó la virtual liquidación del ALCA y la correspondiente consolidación del Mercosur y la posibilidad, para más adelante, de la formación de una sólida “Comunidad Sudamericana de Naciones”. Claramente “el lugar en el mundo” para nuestro porvenir como nación se encuentra en un estrechamiento de los vínculos políticos, económicos, territoriales, tecnológicos y culturales con los vecinos sudamericanos. El economista estadounidense, Joseph Stiglitz, se encuentra convencido que el Mercosur es una opción eficaz a la globalización, debido a que extiende el mercado a los países vecinos. “Los economistas pensaban que uno podía obtener mayores ganancias con acuerdos comerciales Norte-Sur, que con los Sur-Sur. Pero los acuerdos Norte-Sur como el NAFTA han sido desequilibrados. El norte obtuvo más ganancias que el sur”, afirma.
Proyectos a concretar Desde su creación, el Mercosur se instauró con la idea primigenia de establecer un bloque netamente económico. de que es imprescindible el diseño e instrumentación de un proyecto a escala regional. La constitución reciente de un Parlamento Sudamericano va en ese sentido y permite corroborar que se abre paso una mayor consideración de concepciones políticas.
La idea del presidente de Venezuela, Hugo Chávez de disponer de defensa común en el continente marca un salto cualitativo, atento a la expansión voraz del aparato militar estadounidense y su ubicuidad para instalarse y tender a gestionar zonas preciadas en recursos naturales, como parte del despliegue de su política de sostenimiento del liderazgo y preservación del poder de única superpotencia mundial. No obstante a la par de lo político, se verifica una profundización de los términos económicos, pero con novedades superadoras.
La posible concreción del Banco del Sur allanaría el camino para que las naciones sudamericanas obtengan un financiamiento conveniente para impulsar obras de infraestructura, dejando atrás la tutela de los créditos del Banco Mundial, condicionantes junto con el FMI del diseño de los planes económicos. Es un momento propicio para encarar este proyecto, si tenemos en cuenta los rebosantes montos que alcanzan las reservas internacionales de la mayoría de los países y solamente haría falta, según cálculos de economistas, destinar el 7% de estas reservas para conformar un capital suficiente para iniciar sus operaciones y dotarlo como instrumento potable de financiamiento.
Al mismo tiempo, continúa en danza la idea de instalar un Gasoducto continental, desde Venezuela hasta Argentina. Aunque a priori se estipula como un proyecto faraónico y descabellado por su extensión geográfica y el costo que supone su tendido, lo trascendente es haber generado la idea de un autosostenimiento energético sudamericano, visto la escasez en el futuro de las fuentes de energía tradicionales.
Nueva agenda informativa regional: el caso Telesur La asimetría de poder político y económico entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado es una realidad innegable que tiende a acentuarse cada vez más. Como consecuencia lógica, se refleja en la diseminación de los flujos de comunicación e información. La tríada estipulada por Estados Unidos, Europa y Japón controla el 90% de los bienes y servicios de la información en el mundo. Esta conformación de flujos de información dominantes se asienta desde hace varios años en la concentración de los medios de comunicación, que reduce el campo de la diversidad de los distintos actores, promoviendo la homegenización cultural. expresa Ignacio Ramonet, periodista y Director de Le Monde Diplomatique, Francia.
El abordaje específico sobre el contenido de la agenda global nos lleva a repensar una postura esgrimida por Stella Martini –investigadora en medios masivos de comunicación- quien sostiene que, aunque circulan infinidad de noticias sobre el mundo, las agendas continúan siendo selectivas y excluyentes, destacándose por tematizar el conflicto, especialmente en el mundo en desarrollo. Para el economista egipcio Samir Amin “los medios de comunicación no sólo uniformizan hacia abajo la cultura mundial que transmiten, sino que además abren nuevas posibilidades a la manipulación política. La expansión del mercado de los medios modernos es ya uno de los principales componentes de la erosión del concepto y de la práctica de la democracia en Occidente mismo”.
Sin embargo, es posible inventariar atajos a este “determinismo” de la información procesada por las grandes conglomerados mediáticos mundiales. Siguiendo el camino de la cadena árabe Al Jeezira, que muestra un panorama alternativo, los países sudamericanos deberían integrarse no sólo económica y comercialmente, sino también alentar producciones periodísticas conjuntas. La creación de la cadena Telesur es un medio interesante, pero todavía muy embrionario ya que el proyecto incluye a muy pocos países de la región. De esta forma se podrían introducir nuestros intereses y tomas de posición y se lucharía por contrarrestar la visión dominante que impera.
Desafíos pendientes La consolidación de la embrionaria Comunidad Sudamericana de Naciones aparece como uno de los retos del futuro mediato. izquierda. La gran posibilidad que surge para Argentina es aprovechar la punta de lanza que significa esta asociación no solo para usufructuar negociaciones beneficiosas con el Nafta, la Comunidad Europea o el conjunto de países asiáticos, sino también para acrecentar las relaciones comerciales con China, India y Rusia, mercados en expansión, con perspectivas de alta tasa de crecimiento y con necesidad en alza de consumo de commodities.
Recursos naturales y ecología El suministro de agua dulce se presenta como un problema grave, que puede dar lugar a conflictos por su acceso. En otro sentido, aparece en el tapete una discordancia sobre un tópico llamado a ser central en la agenda política-económica: la visión dispar sobre los biocombustibles, entre algunos líderes sudamericanos, tal es el caso de las posturas antagónicas que exhiben Lula Da Silva y Hugo Chávez. Sobre los alcances de esta nueva tecnología, Gerd Lepord -Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional- refiere los inconvenientes de promover esta alternativa a los combustibles fósiles: su implementación no va a reducir la contaminación ambiental, porque son contaminantes, aunque en menor medida que el petróleo y sus derivados; resulta peligroso porque la ampliación de la frontera productiva para el cultivo de las oleaginosas con que se procesa este combustible determina la tala de bosques y árboles, fundamentales para el equilibrio ecológico; finalmente -como lo preanuncian muchas voces críticas- su implementación a gran escala determinará la reducción de la oferta alimenticia para la población, en especial para los sectores de menos recursos, como supuso el aumento exorbitante del precio de la tortilla de maíz en México.
Políticas superadoras La generación de marcos de reciprocidad en algunas áreas económicas, que ya se están llevando a cabo, surge como una política a intensificar. El intercambio actual de alimentos, energía y transferencia de tecnología surge como una medida inteligente, en la convicción cierta de usufructuar las ventajas competitivas de cada país. Por ejemplo, Argentina exporta alimentos, Brasil asiste en conocimiento de tecnología de punta, Venezuela provee suministro de petróleo y Bolivia de gas; expuesto concretamente en la asistencia financiera de Venezuela a Sancor, a cambio de leche y de transferencia de conocimientos en el campo de la producción lechera y la complementación petrolera entre PDVSA, Enarsa y Petrobrás, mediante exploración conjunta en la Faja del Orinoco y la plataforma del mar argentino.
Aunque estas experiencias indican que la tendencia es auspiciosa, todavía queda en el debe la carencia de un plan estratégico a largo plazo, con políticas de Estado permanentes, tal el caso de los pasos previsibles que fue desarrollando en sucesivas décadas la Unión Europea. Un plan sostenible para la supervivencia de los países latinoamericano debe acelerar el impulso de proyectos científicos de investigación y tecnológicos de alta calificación y promover el vínculo educativo entre las universidades de la región; sin descuidar una complementación de base en materia de salud y educación: tal la experiencia de las misiones de salud y el plan de alfabetización educativa que provee actualmente Cuba en Venezuela.
Escritor: Christian Blanco
Los comentarios están cerrados.