Una aproximación al estudio de los contenidos de los mensajes

De manera indistinta, diariamente recibimos un número incuantificable de mensajes, los cuales llegan de diferentes fuentes y nos ofrecen diversos contenidos. Los aparatos ideológicos del Estado, como conceptualizó el filósofo francés Louis Althouser a la familia, escuela, iglesia y medios de comunicación, emiten diversos contenidos a millones de receptores. Hay en la cotidianeidad mensajes lo suficientemente claros para cualquier tipo de receptores, que no requieren de profundidad para su entendimiento.

Pero existen otros que no son fáciles de entender y, en más de una ocasión, el receptor ha tratado de explicárselos, pero no logra captar la verdadera intención de esa palabra, frase, oración o discurso. Es más, se auxilia de otra persona para tratar de desmenuzar en su mente el mensaje no entendible. Aunque tampoco se da tiempo para razonar que, como en éste último caso, depende de una apreciación externa a él, de un punto de vista distinto. Sin embargo, en realidad, sus juicios estriban a partir de la valoración del mensaje de quien le auxilió en la interpretación del mismo.

También resalta el hecho de la existencia de mensajes cuya intención es diferente a la que en apariencia transmiten. Se han realizado varias investigaciones serias en relación, por ejemplo, a la influencia de las caricaturas infantiles en la conducta violenta de algunos niños. Casos concretos se observan en las formas de comportamiento de personajes, en apariencia inocentes, como El Correcaminos, creado por el animador Chuck Jones para la Warner Brothers en 1949 o Bugs Bunny producido por Leon Schlesinger para la misma empresa, y que en 2002 fue nombrado por TV Guide como el dibujo animado más grande de todos los tiempos, compartiendo este honor con Mickey Mouse de Walt Disney.

En tales series de dibujados animados, sus personajes principales incitan a la violencia, se burlan de las desgracias humanas y se muestran indiferentes ante el dolor. Son varios los padres de familia que se sorprenden cuando se enteran de lo anterior y la influencia de tales acciones en la conducta de sus hijos. Pero sí se decidieran a descomponer el mensaje de la WB hallarían muchas cosas más que las señaladas anteriormente. Lo anterior sin tomar en cuenta otro tipo de historias presentadas bajo el esquema de dibujos animados, sobre todo de origen japonés, que comenzaron a llegar a nuestro país en los albores de los últimos diez años del Siglo XX, donde la violencia era tan recurrente y las destrucciones de entornos naturales o materiales, con utilización de armas biológicas o químicas, se convirtieron en escenas tan comunes. A pesar de ello, dichas emisiones de mensajes contribuyeron al establecimiento de nuevas formas de concebir al mundo.

Asimismo, hay algunas series norteamericanas de principios de esta era, que fueron diseñadas para un público adulto, pero cuyo receptor final fue el infantil y han sido determinantes en la proliferación de conductas, de las cuales se apropiaron un número importante de niños. En estas últimas se percibe poco respeto hacia los valores universales, a patrones de conducta cívica, además de un descuido exagerado por la ecología. Surgen entonces muchos cuestionamientos en relación a cómo es posible desmenuzar el mensaje. De qué manera podemos descomponerlo (decodificarlo, como lo propone la escuela funcionalista de la comunicación) y encontrar sus verdaderas intenciones.

Así como en estas series, aparentemente serenas e inofensivas, en otro tipo de mensajes como los emitidos en campañas publicitarias, propagandísticas, políticas e incluso sociales, hay una intencionalidad ideológica. ¿ Buenos o malos ?, no es recomendable adjetivar de esa manera a los mensajes emitidos o codificados. Por ello, el Análisis de Contenido se convierte en una excelente, adecuada y completa técnica para escarbar y localizar las verdaderas significaciones del contenido, además a través de ella el emisor se sorprenderá con la frecuencia en que se envían éste tipo de significados ocultos.

El Análisis de Contenido utiliza una metodología especializada para ayudar al receptor a llegar al fondo del mensaje y encontrar las intencionalidades de los mismos. Su aplicación requiere de mucha agudeza, pero nos permite encontrar los elementos que conforman los mensajes, para de ahí partir en la búsqueda de sus verdaderos propósitos.

Escritor: Rodolfo Rocha Garnica