UNA MIRADA A LOS RECURSOS, LOS NEGOCIOS DE LA POLITIQUERIA, LA CULTURA DE CORRUPCIÓN Y LA EDUCACIÓN “EL ENEMIGO A DESTRUIR

Colombia, país con una infraestructura natural creada para ser una potencia mundial, tiene bajo su seno a un puñado de politiqueros que apuestan por acrecentar sus riquezas, aumentar la pobreza y regalar por unos pesos los recursos producidos por la madre naturaleza en los territorios de este hermoso país.

Según el significado de política, es una ciencia que trata de la organización de los Estados o sociedades. ¿Es entonces el gran problema de Colombia la organización? Son muchos los testigos del despilfarro de recursos y el poco dinero que recibe por ellos, de la forma en que se consigue trabajo en la sociedad, de donde van a parar los dineros del Estado en una contratación; pero muchos de estos testigos son sordomudos y lo peor no ven, no se saben expresar o sencillamente no quieren denunciar. Parece ser que existe un futuro oscuro, poco prometedor, sumado a esto no hay quien represente al pueblo, o no sabemos elegir, nos Falta conciencia de voto y no hay educación correcta con miras al cambio.

Por un lado las grandes multinacionales son las más beneficiadas por donde se vea, mano de obra a bajo costo, exorbitantes ganancias y políticas de estado débiles que incrementan las posibilidades de las compañías para vulnerar derechos y no obtener mayor castigo; mientras estas mega compañías reciben billones de dólares de ganancias, nuestra tierra es destruida, los páramos sufren, se secan, y ¿qué hacemos los colombianos? Elegir una y otra vez a los mismos, personajes nacidos en cuna de oro, otros no tan ricos pero con la palabra corrupción en la conciencia.

La otra cara del país, “los politiqueros”, elegidos por voto popular, representantes de los intereses de millones de colombianos con la esperanza de cambio, mentalidad de “este si es”… ¡No! La política en la realidad del país es diferente; luchamos por el día a día, los estudiados votamos por quien nos brinde un puesto de trabajo, los necesitados arrojamos ideales al cesto de basura por un plato de comida, por dinero y lo peor, unos y otros no medimos las consecuencias de un voto errado, de un voto que mantiene a la clase “politiquera” en el poder. Lamentable realidad, elegir por quien votar de acuerdo a lo que ofrece en el momento y no por los ideales o por su conciencia de un cambio, pero es la realidad que afrontamos cada periodo de elecciones; compra de votos de una u otra forma, traslado de intereses, un sistema de votación paupérrimo, entes registrales sin control real, violencia para conseguir lo deseado; incontables son los delitos cometidos en cada elección, resumibles a una solo palabra CORRUPCIÓN.

Unión peligrosa, la que existe entre las entidades con políticas netamente capitalistas y la clase “politiquera”, multinacionales que tienen como único propósito obtener más y más dinero sin importar las consecuencias y “politiqueros” que venden su país pero por beneficio propio; solo pueden buscar algo, destrucción total de nuestra tierra y entre ellos y nuestros recursos solo existe una barrera, nosotros, seres humanos conscientes del peligro de esta unión. Por eso, seres humanos conscientes, significa, votar bien, elegir bien, estudiar, educar a nuestros hijos, valorar cada gota de agua y cada centímetro de suelo fértil; y desde luego este será el principio del cambio, el principio de una lucha sin posibilidad de tregua, lucha de intelectuales, de personas educadas, que no se dejan pisotear, ni regalan sus decisiones, contra quienes no desean ver a un pueblo educado, para no arriesgar el trono que les hemos concedido durante muchos años por falta de una verdadera “EDUCACIÓN”.

Por unas y otras razones, la educación corre grave peligro, a pesar que es de bajo nivel, en ella encontramos un aliciente para empezar un cambio en nuestra conciencia, sacar del juego el flagelo de la corrupción de nuestra sociedad solo se logra con mucho esfuerzo y con educación. La educación hay que mejorarla y el primer paso es ser sensatos al momento de elegir a nuestros representantes, exigirles el cumplimiento de sus propuestas, inversión en educación y verdaderas políticas de estado, sin posibilidad alguna de corrupción. Por eso hoy aplaudimos a los pocos no politiqueros que luchan por hacer su trabajo bien, a aquellos que no les da miedo denunciar o castigar a los que roban nuestros recursos, a aquellos que tienen pasos firmes para mejorar LA EDUCACIÓN, lo que parece ser la única salida al problema de ganancias hacia un solo bando, por eso hoy con este pequeño escrito de opinión se les recuerda que un pueblo educado es capaz de defenderse de los más feroces ataques de los enemigos que quieren destruir sus tierras y sin mejorar en lo más mínimo sus condiciones de vida.

Escritor: JOHN EDISON VALDES PRADA