Un día en la vida de un profesor

 Hoy voy a tomar mi primera clase de la materia de Literatura y el programa menciona algo de “despertando a la imaginación”. No entiendo que tiene que ver la literatura con la imaginación, me cuesta trabajo pensar que a mi edad puedan “despertarme a la imaginación”; sin embargo, me dejaré llevar por éste singular programa, seré un reto para mi profesor, que por cierto me pregunto ¿como será?, será uno de esos maestros con aire de intelectual, come libros, con lentes, ropa clásica, mocasines recién lustrados… o será todo lo contrario, no lo sé, es una duda que me carcome la cabeza.

¿Que podré esperar de él?, tal vez que nos dé toda una cátedra de los inicios de la literatura y cómo es que ésta nos va a despertar a la imaginación y bla, bla, bla, creo que tendré que estar alerta para no perder detalle, o quizá no tenga que prestarle mucha atención al hombre, y sólo nos dé dos o tres técnicas para despertar a la imaginación y nos llevemos todo el cuatrimestre con esto.

Mis nuevos alumnos 4 de Agosto de 2014 Hoy es el primer día de clase y voy a impartir una de mis materias favoritas que se llama “despertando a la imaginación”. Estoy entusiasmado porque ésta materia va a darme las pautas con las que voy a ir conociendo a cada uno de mis alumnos, sus gustos, sus preferencias, qué los motiva, hacia dónde tengo que guiarlos y de qué manera. Es muy gratificante cuando vas descubriendo la personalidad que los rige y más aún cuando vez como van creciendo, desarrollando sus habilidades y llegando poco a poco a la meta que deseo para cada uno de ellos.

Mi clase 5 de Agosto del 2014 Ayer disfruté tremendamente la clase con mis nuevos alumnos, hay muchos que prometen; no obstante, hubo uno en particular, no puedo dejar de pensar en él, curiosamente me recuerda a mí cuando estaba en la universidad, es callado; sin embargo, puedo leer la curiosidad en sus ojos, la avidez con la que escucha mi clase, la atención que le pone a mis palabras, y el deseo que tiene por aprender a despertar su imaginación.

Este muchacho llamado Carlos, despertó en mí varios recuerdos de mi juventud, me hizo inclusive añorar aquellos momentos en los que me estaba preparando para lo que ahora hago, esos momentos en los que buscas respuestas, cuestionas, investigas y te esmeras por aprender, por crecer, por desarrollar tus habilidades; aunque a veces resulta complicado y te puedes perder en querer cubrir expectativas de tus profesores.

Por cierto, hablando de profesores, recuerdo a una profesora en particular; que si por ella hubiera sido, yo no sería un escritor reconocido, ya que mis ensayos, poemas, escritos, lo que yo produjera, a ella, le parecían “insuficientes”, yo no alcanzaba ni siquiera la categoría más baja de su evaluación, que puedo decir, mirenme ahora, consagrado en mi carrera, con varios libros publicados y muchos de ellos reconocidos como libros de escritura creativa a nivel mundial; inclusive traducidos en más de cinco idiomas, si ella me hubiera convencido de que no debía escribir, no hubiera sucedido este maravilloso acontecimiento que llena mi vida.

Por ello esto me lleva a querer dar más a mis alumnos y al mundo, ya que me doy cuenta que algunos de mis colegas pueden llegar a ayudar mucho o a obstaculizar aún más, y yo quiero ser de esos profesores que ayudan más que entorpecer e inclusive poder aportar mis conocimientos y experiencia docente para tratar de eliminar poco a poco aquella mentalidad que frena y que crea limitaciones.

En fin, mañana será otro día y mis reflexiones nocturnas me tranquilizan y me motivan a seguir esforzándome, a ser una persona de éxito, más humanitaria, menos pesimista y con una visión más clara hacia el futuro, hacia lo que quiero seguir haciendo que es escribir y compartir estos escritos a todo aquel que desee leerme.

Escritor: Zulim Asminda Colin Ayala